El padre de todos los submarinos
Dos exposiciones recuerdan a Monturiol y su sumergible legado
"Ha llegado la hora de recorrer los abismos del mar, estos desiertos cubiertos de tinieblas eternas que hieren la imaginaci¨®n del hombre con terrores supremos; ya es hora de que la raz¨®n triunfe sobre el miedo y se libre a la ciencia esta parte de la Tierra hasta ahora ignorada". No es, aunque lo parezca, la opini¨®n del vehemente Capit¨¢n Nemo, sino la de Narc¨ªs Monturiol (1819-1885), el inventor del pionero submarino Ict¨ªneo y al que se recuerda ahora en una exposici¨®n en el Museo Mar¨ªtimo de Barcelona como uno de los padres de los sumergibles: desde los de manubrio, que a duras penas, ?ay Dios!, emerg¨ªan, hasta los grandes colosos nucleares de la clase Ohio y los atrevidos batiscafos, pasando por los U-boot nazis. "Sent¨® las bases de la navegaci¨®n subacu¨¢tica", establece el comisario, Joan A. For¨¦s, que recalca que Monturiol invent¨® el fundamental concepto de doble casco (ocho a?os despu¨¦s, Julio Verne lo us¨® en el Nautilus).
La exhibici¨®n, que sigue el anhelo de profundidades y la historia de los submarinos, incluye planos, maquetas, dibujos, im¨¢genes de la pel¨ªcula de Bellmunt de 1993, un audio de la voz del propio Monturiol, un traje de buzo que parece sacado de las vi?etas de Rackman el Rojo y ?dos sumergibles de verdad! Es cierto que son peque?itos -tambi¨¦n lo era el minisub del Seaviw, ya que estamos, y qu¨¦ partido le sacaba Kowalski-, pero en ellos cabe toda la maravilla (y la claustrofobia) de la aventura submarina. Ambos son civiles y est¨¢n pintados de amarillo y no de gris como los escualos militares. S¨®lo por verlos ya vale la pena la visita. Se trata del suizo E2 Tanit, botado en 1986, una especie de min¨²sculo platillo que, se informa uno con horror, puede llevar a su tripulante, en solitario (no cabes m¨¢s que t¨² y tu miedo) hasta 260 metros de profundidad, y el franc¨¦s Globule (1974), que permite bajar a 300 metros, acompa?ado, que da menos grima. Uno de los grandes atractivos de la exposici¨®n es un tercer sumergible, el futuro Ict¨ªneo 3, un submarino cient¨ªfico de nueva generaci¨®n, "el sumergible catal¨¢n" del siglo XXI, que se construye en el mismo museo de las Atarazanas y que se quiere heredero, con todos los adelantos, del esp¨ªritu de los otros dos de mismo nombre, los construidos en su d¨ªa por Monturiol. La exhibici¨®n documenta pormenorizadamente el proceso de construcci¨®n del nav¨ªo, que ha de acabar el a?o que viene, y sus retos (entre otros, el de la financiaci¨®n).
Inmersi¨®n! Monturiol y la conquista del fondo del mar (hasta el 30 de mayo de 2010) es la mitad de una doble exhibici¨®n en torno al inventor, destinada a difundir su figura y sus aportaciones a la historia de la navegaci¨®n submarina con motivo del 150? aniversario de la botadura del primer Ict¨ªneo en el puerto de Barcelona, en 1859. Si la exposici¨®n barcelonesa se centra en la historia del sumergible y la fascinaci¨®n de las profundidades marinas, la parte m¨¢s biogr¨¢fica del personaje y sus aspectos sociales y pol¨ªticos se presenta en el Museo del Empord¨¤, en Figueres (donde naci¨®), con Monturiol, una voz entre utop¨ªa y realidad. Ambas exposiciones han sido organizadas por los dos museos y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC). Con respecto a la conciencia social del progresista Monturiol, baste recordar que su idea de inventar un submarino arranca dcl deseo de aligerar el duro y peligroso trabajo de los pescadores de coral que hab¨ªa observado en Cadaqu¨¦s y el cabo de Creus.
El sumergible de Monturiol -como luego el de Isaac Peral- fue desde?ado por el Gobierno espa?ol. "Si Espa?a hubiera tenido submarinos en el 98", reflexiona For¨¦s, "es muy posible que no se hubiera perdido Cuba".
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