"Tan buenos como el Donostiarra"
El Orfe¨® Catal¨¤ se reivindica en la nueva etapa del Palau de la M¨²sica
"?ste es un momento de ilusi¨®n, de esperanza". Que del Palau de la M¨²sica Catalana salgan sustantivos que inviten al optimismo tras m¨¢s de tres meses de noticias negativas parece ins¨®lito. Sin embargo, Josep Vila, director del Orfe¨® Catal¨¤, no encuentra otros para definir el actual estado de ¨¢nimo de los 76 miembros del coro no profesional, fundado en 1891 por Llu¨ªs Millet y Amadeu Vives, e instituci¨®n origen de la construcci¨®n del Palau de la M¨²sica. Adem¨¢s de recobrar proyectos de envergadura que hab¨ªan sido cancelados por los ex responsables de la entidad alegando falta de recursos econ¨®micos, la nueva direcci¨®n y las administraciones p¨²blicas -Ministerio de Cultura, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona- que tutelan el Palau coinciden en que el canto coral deber¨¢ constituir en el futuro pr¨®ximo, que ahora se perfila, la espina dorsal de la concepci¨®n art¨ªstica de la instituci¨®n.
El coro recupera protagonismo en la nueva etapa y pide m¨¢s promoci¨®n
El amor a la m¨²sica ha mantenido unidos a todos los coros del Palau de la M¨²sica, tanto los vocacionales, con el Orfe¨® a la cabeza, como el ahora profesional y antes becado Cor de Cambra, pero no por ello ha sido menor la indignaci¨®n y la rabia de sus miembros cuando conocieron el desfalco perpetrado por sus anteriores gestores. "Durante tiempo ha reinado entre nosotros la desilusi¨®n", dice Montserrat Suri?ach, con m¨¢s de 25 a?os como corista en el Palau. "?ramos muy conscientes todos de que no ¨¦ramos la prioridad para los que mandaban. Ha sido dif¨ªcil mantener la moral de los cantores", reconoce Vila. Pero del duelo colectivo resurge ahora en los cantores la esperanza en un futuro que todav¨ªa no saben c¨®mo ser¨¢, pero vislumbran mejor que el pasado. "Estamos muy ilusionados. La recuperaci¨®n de la instituci¨®n est¨¢ siendo lenta, pero las perspectivas son buenas", afirma Assumpta Terr¨¨s, contralto en las filas del Orfe¨® Catal¨¤ y vocal de la junta de gobierno.
Josep Vila tiene claro qu¨¦ debe ser el Orfe¨®. "Cuando en 1998 me ofrecieron la direcci¨®n, ped¨ª que se apostara por la formaci¨®n, se cre¨® la escuela coral y se renovaron las voces del coro. Y ped¨ª paciencia para poder trabajar con tranquilidad hasta alcanzar los objetivos. Tres a?os despu¨¦s, el crecimiento art¨ªstico experimentado era grande, pero el siguiente paso, el de promocionar adecuadamente el coro vendiendo lo que hac¨ªamos, nunca lleg¨®".
Cuando a mitad del pasado septiembre se iniciaron los ensayos de la nueva temporada y Joan Llinares, entonces reci¨¦n nombrado director ejecutivo del Palau, pregunt¨® a Josep Vila c¨®mo iba a ser ¨¦sta, ¨¦ste le respondi¨®: "Gris". La penumbra, sin embargo, ha dado paso a un rayo de luz. "El principal est¨ªmulo del coro, de cualquier coro, es su propia actividad art¨ªstica", asegura Vila, quien no se rasga las vestiduras al reconocer que el Orfe¨® Catal¨¤ "no es el mejor coro de Catalu?a, pero s¨ª uno de los mejores. Y el ¨²nico", agrega, "que por el n¨²mero de cantantes puede cultivar el gran repertorio sinf¨®nico coral".
"No somos un coro profesional y eso tiene sus l¨ªmites", reconoce Terr¨¨s, aunque con vehemencia a?ade: "Pero somos buenos, tanto como el Orfe¨®n Donostiarra. Si no hemos hecho m¨¢s es porque no se nos ha dejado". Para Vila lo que le falta al Orfe¨® es "un manager que sepa vendernos bien". Y reflexiona: "Que nuestra pol¨ªtica de promoci¨®n deba ser tan ambiciosa y arriesgada como la del Donostiarra hay que sopesarlo. Esa opci¨®n entra?a riesgo y si a ellos les ha ido bien tambi¨¦n s¨¦ de otros que han fracasado. Debemos valorar nuestro potencial y que nuestra actividad est¨¦ a su altura".
"El otro Millet es F¨¨lix"
Una de las personas que integran la comisi¨®n art¨ªstica que est¨¢ repensando el futuro del Orfe¨® es Llu¨ªs Millet, para quien el pasado "es un patrimonio que debe usarse, pero del que no se puede vivir". "Siempre se puede ir m¨¢s lejos y ¨¦ste es un buen momento", anima. Sabe bien de qu¨¦ habla. ?l no s¨®lo es nieto del fundador del Orfe¨® Catal¨¤ e hijo de quien fue el tercer director del coro: tambi¨¦n naci¨®, en 1939, en el mismo Palau de la M¨²sica -"es algo que me ha venido as¨ª", se?ala resignado- y en 1977 sucedi¨® a su padre en la direcci¨®n musical del coro hasta 1981. M¨²sico como sus ancestros, se form¨® en Barcelona y en Alemania, y en 1958, cuando todav¨ªa no hab¨ªa cumplido 20 a?os, debut¨® como director de orquesta al frente de la formaci¨®n de c¨¢mara Solistas de Barcelona.
Cordial, afable y de juicio ponderado, forma parte desde su refundaci¨®n, en 1983, del consejo de direcci¨®n de la Revista Musical Catalana, que edita el Orfe¨® Catal¨¤, y ha actuado como asesor musical de su fundaci¨®n, aunque su opini¨®n musical no siempre haya sido tenida en cuenta. Aboga por mantener y reforzar la secci¨®n pedag¨®gica, donde se forma la cantera que nutre el Orfe¨®, y por promover la creaci¨®n art¨ªstica con "un concurso de obras corales". "Hay que enriquecer el repertorio. Es lo que hac¨ªa el Orfe¨® en la ¨¦poca de mi abuelo".
Llu¨ªs Millet asume la vocal¨ªa de bibliotecario en la junta de la entidad coral y defiende con vigor el legado que en ella se conserva. "Conf¨ªo en que en el futuro las personas que rijan los destinos del Palau sepan dotar de forma adecuada la biblioteca. Es parte del patrimonio del Orfe¨®, aunque no brille tanto como derribar una iglesia y hacer aparecer una nueva fachada", ironiza. Sobre F¨¨lix Millet -"¨¦l es el otro Millet", dice-, primo segundo suyo, prefiere no hablar. De hecho, desde que el esc¨¢ndalo del saqueo del Palau salt¨® a la prensa, dice sentirse perjudicado porque el uso de su apellido le causa en la vida cotidiana no pocos equ¨ªvocos y problemas.
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