Los textos secretos de Lula
?ste es un memorando que los asesores del presidente de Brasil enviaron a su jefe: "Le recomendamos que reciba en visita de Estado a su colega iran¨ª, Mahmud Ahmadineyad. Seguramente esta decisi¨®n ser¨¢ criticada, pero esa visita tendr¨¢ para usted y Brasil m¨¢s beneficios que costos: 1) Su foto recibiendo al presidente iran¨ª reafirmar¨¢ ante el mundo que tenemos una pol¨ªtica internacional independiente de Estados Unidos, al que no tememos ofender o irritar. 2) Como nuevo actor global, Brasil puede y debe desempe?ar un papel protag¨®nico en las principales negociaciones de estos tiempos. La que desarrollan EE UU, Europa, China y Rusia con Ir¨¢n sobre su programa nuclear es muy importante, y Brasil no debe quedarse al margen. Podemos convertirnos en actores indispensables para disminuir las fricciones con Ir¨¢n. Es m¨¢s, nuestro pa¨ªs tambi¨¦n puede mediar en Oriente Pr¨®ximo. Brasil es grande, exitoso, no alineado y no tiene conflictos de inter¨¦s en esa regi¨®n donde los actores tradicionales carecen de ideas y credibilidad. Y usted, se?or presidente, tiene prestigio. Podemos aportar una nueva perspectiva y ser vistos como paladines de la paz en el mundo. Esto nos dar¨ªa m¨¢s influencia en negociaciones relacionadas con nuestros intereses inmediatos. 3) Los esfuerzos para que Brasil llegue a ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU se ver¨ªan fortalecidos con el voto de Ir¨¢n".
El presidente brasile?o se ha equivocado en su apoyo a Ir¨¢n
El presidente de Brasil estuvo de acuerdo e invit¨® a Mahmud Ahmadineyad, ofreci¨¦ndole una calurosa bienvenida. D¨ªas despu¨¦s de la visita, recibi¨® esta carta de un buen amigo: "Querido Lula. Como sabes, no me gusta molestarte. Como tambi¨¦n sabes, me siento muy orgulloso de ti. Pero hoy te escribo con el derecho que me dan los a?os que pasamos juntos luchando como l¨ªderes sindicales cuando, en este pa¨ªs, organizar a los trabajadores y oponerse al r¨¦gimen militar era un delito. Sent¨ª una gran tristeza cuando te vi abrazando al presidente de Ir¨¢n. ?Pensaste en ese momento, viejo compa?ero, que si t¨² y yo hubi¨¦semos estado hoy en Ir¨¢n haciendo lo que hicimos en Brasil cuando ¨¦ramos j¨®venes -protestar contra la dictadura- ese presidente que t¨² abrazaste nos estar¨ªa condenando a muerte? La televisi¨®n oficial iran¨ª anunci¨® las sentencias a muerte de ocho personas. ?Su delito? Protestar contra el Gobierno y contra la que ellos consideran que fue una elecci¨®n fraudulenta del presidente a quien recibiste con todos los honores. En otras palabras, Lula, van a morir a manos de tu hu¨¦sped por ser hoy como fuiste t¨² cuando ten¨ªas su edad y, al igual que ellos, no pod¨ªas soportar callado los abusos de la dictadura. Adem¨¢s, en Ir¨¢n, centenares de estudiantes y l¨ªderes pol¨ªticos est¨¢n en la c¨¢rcel y algunos seguramente estaban siendo torturados mientras t¨² ofrec¨ªas un banquete al responsable de estos hechos. No objeto que hayas invitado a este tirano: comprendo esos c¨¢lculos de Estado. Y espero que, en privado, le hayas hecho saber que a los brasile?os no nos gustan los Gobiernos que matan a sus opositores. Pero me entristeci¨® verte de la mano con ¨¦l. Sus manos est¨¢n manchadas de sangre, las tuyas no.
Estuve de acuerdo contigo cuando le dijiste al mundo que si un pa¨ªs como Ir¨¢n desea tener un programa nuclear con fines pac¨ªficos, debe poder hacerlo. Pero Ir¨¢n no merece tu defensa. El primer ministro de India, Manmohan Singh, se opuso sin ambig¨¹edades al programa iran¨ª. Sin ambig¨¹edades, Lula. D¨ªas despu¨¦s de tu espaldarazo, 25 pa¨ªses emitieron un voto de censura contra Ir¨¢n. La comunidad internacional no cree a tu hu¨¦sped de honor cuando dice que no est¨¢ intentando producir bombas at¨®micas. Hasta China y Rusia, que tienen muchos m¨¢s intereses que Brasil en Ir¨¢n, respaldaron la resoluci¨®n. ?Tus asesores no te alertaron del riesgo que corr¨ªas apoyando a un l¨ªder sangriento? S¨¦ que la pol¨ªtica internacional requiere maniobras y compromisos. Lo que no entiendo es que hayas estado dispuesto a ignorar tan p¨²blicamente los principios que te hicieron ser lo que eres. S¨¦ que a¨²n est¨¢s aprendiendo a ser un l¨ªder mundial. Pero recuerda que no vale la pena serlo si para eso debes dejar de ser quien eres".
Estos textos ni son secretos, ni son verdaderos. Los he inventado yo. Pero si bien son s¨®lo producto de mi imaginaci¨®n, su mensaje central refleja una realidad que hoy le es obvia hasta al propio Lula: se equivoc¨®.
mnaim@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.