"No me gusta el teatro de las grandes ideas"
Ya se empieza a hablar del "patr¨®n Veronese" para referirse a un tipo de teatro nuevo, se dir¨ªa que un g¨¦nero en s¨ª mismo, ins¨®lito por su austeridad y profundidad. Efectivo por su capacidad de remover emociones y sorprendente por llegar tan lejos con tan poco.
El dramaturgo, director de teatro, actor, escen¨®grafo, responsable de espacios sonoros y titiritero Daniel Veronese es oficialmente argentino (naci¨® en Buenos Aires en 1955), pero las gentes del teatro espa?ol lo sienten suyo. No s¨®lo ¨¦l, tambi¨¦n a sus actores de El Perif¨¦rico de Objetos, compa?¨ªa que fund¨® en 1989 y que experimenta con la integraci¨®n de los int¨¦rpretes y las cosas.
El ¨²ltimo episodio del idilio entre Espa?a y Veronese se escenificar¨¢ sobre las tablas del teatro Espa?ol de Madrid (del 2 de diciembre al 17 de enero). Ser¨¢ gracias a uno de los mejores textos del estadounidense David Mamet, Glengarry Glen Ross (premio Pulitzer en 1984), que Veronese versiona con un reparto de actores espa?oles lleno de matices (Carlos Hip¨®lito, Gin¨¦s Garc¨ªa Mill¨¢n, Alberto Jim¨¦nez, Gonzalo de Castro, Jorge Bosch, Andr¨¦s Herrera y Alberto Iglesias).
"David Mamet escribe como yo monto; me es muy cercano"
?l no tiene muy claro qu¨¦ es eso del "patr¨®n Veronese", c¨®mo explicar eso de tomar un cl¨¢sico contempor¨¢neo y veronesizarlo. "Yo cojo una obra que me guste, actores que me gusten, a partir de ah¨ª lo esencial es el estudio sobre la particularidad humana, y eso pide un ritmo, una energ¨ªa, buscar la teatralidad donde los c¨¢nones no son los ortodoxos. Busco permanentemente el suceso, algo que no sea una letan¨ªa de incomunicaci¨®n".
Quer¨ªa montar Glengarry Glen Ross desde hace tiempo en Argentina. "No s¨¦ por qu¨¦ me gusta. Me va muy bien Mamet, quiz¨¢ por estas cosas de la inmediatez. ?l escribe como yo monto, me es muy cercano", afirma. Es la clase de dramaturgia con la que se siente c¨®modo, la misma de Arthur Miller o Tennessee Williams. "Tienen una sensibilidad muy centrada en las relaciones humanas. En ellos, los grandes temas devienen de lo particular, una peque?a cosa, bien iluminada y bien dicha, esconde facetas ocultas y repercute en la mente del espectador. No me gusta el teatro de las grandes ideas".
Sonr¨ªe, y cuando se le recuerda que tampoco parece gustarle el teatro de las grandes parafernalias, r¨ªe abiertamente: "Soy un chico barato, estamos acostumbrados a hacer cosas con poco dinero; Buenos Aires est¨¢ lleno de estas experiencias. A m¨ª me encantar¨ªa pagar un sueldo a mis actores, para eso s¨ª quiero el dinero, porque si no todo se hace muy duro, pero lo cierto es que todo nuestro trabajo es casi como un desaf¨ªo y una posici¨®n ideol¨®gica. Reutilizo escenograf¨ªas no s¨®lo por ahorrar, sino por saber que termina result¨¢ndome esencial en la escena".
En su Glengarry Glen Ross, admite, se deja notar el precedente de la pel¨ªcula, filmada en 1992 por James Foley y con un reparto inolvidable integrado por Al Pacino, Jack Lemmon y Alec Baldwin. "Fue escrita hace 30 a?os y sin embargo no puede ser m¨¢s vigente. Nos cuenta lo que estamos viviendo hoy, aunque quiz¨¢ no tan obscenamente".
Pese a que la historia central de la pieza gira en torno a la venta de terrenos, Veronese tiene claro que se puede proyectar a cualquier trabajo. "Habla de la p¨¦rdida de identidad, de cuestiones muy esenciales. Es una radiograf¨ªa impresionante del capitalismo y cuenta lo que est¨¢ pasando a nivel internacional".
Armado de esta filosof¨ªa, Veronese no teme al futuro del teatro. Un teatro que atraviesa uno de sus mejores momentos incluso en estos tiempos de crisis: "Va a acabar cuando el hombre no necesite comunicarse con el hombre. Cuando me siento en una butaca, s¨¦ que voy a ser part¨ªcipe de algo excepcional. Entro en un terreno de la emoci¨®n que no encuentro con mi pareja, ni con mis hijos", dice este hombre, que sostiene que tanto en Buenos Aires como en Espa?a se siente en casa: "De hecho, Madrid es la ¨²nica ciudad a la que vendr¨ªa tranquilo porque es muy acogedora y f¨¢cil".
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