Ma?ana podemos ser nosotros
Del elenco de derechos fundamentales plasmados en la Constituci¨®n, pocos habr¨¢ tan invocados y tan integrados en el subconsciente colectivo como el de la presunci¨®n de inocencia. A esa extensi¨®n de su conocimiento e implicaciones es seguro que habr¨¢n contribuido la multitud de pel¨ªculas norteamericanas en las que se nos muestras detenciones de "presuntos" rodeadas de garant¨ªas.
Sin embargo, no es tan seguro que a estas alturas est¨¦ tambi¨¦n tan extendida como su mero conocimiento, la convicci¨®n de su eficacia y la necesidad de respetar tal derecho con exquisita prudencia.
Estamos (mal) acostumbrados a contemplar detenciones en directo, a informarnos de la imputaci¨®n de delitos por una prensa que considera que la anteposici¨®n del t¨¦rmino "presunto" al sustantivo "autor" es suficiente para respetar el derecho fundamental a la presunci¨®n de inocencia y para cubrir el expediente frente a posibles errores. Todos terminamos llev¨¢ndonos por la inercia de estigmatizar como culpables a quienes bajo el foco de las c¨¢maras, o en las columnas de los peri¨®dicos, son se?alados como tales.
Pero olvidamos el dato fundamental de hacer seguimiento a la cuesti¨®n. Y no en pocos casos el ruido de la noticia inicial ahoga la realidad final de inexistencia de responsabilidad penal en quien hubo de sufrir los rigores de la lente de aumento en que se convierte la prensa. Grave error en un sistema jur¨ªdico como el espa?ol, en el que el procedimiento penal -tremendamente garantista-, no concluye con la detenci¨®n o la imputaci¨®n de una persona, sino que, respetuoso precisamente con el derecho de presunci¨®n de inocencia, abre un proceso que s¨®lo concluye en condena con fundamento en las pruebas.
Por ello, lanzarse de manera inmediata a culpabilizar a quien ¨²nicamente es detenido con indicios m¨¢s o menos s¨®lidos, implica, adem¨¢s de una osad¨ªa que puede truncar la vida del afectado, la banalizaci¨®n del proceso penal y denota, en el fondo, la falta de verdadera convicci¨®n sobre los beneficios de respetar la presunci¨®n de inocencia.
Ahora corresponde a todos -no s¨®lo a la prensa que ejerce su leg¨ªtima funci¨®n- decidir si creemos o no en la presunci¨®n de inocencia. Y si realmente creemos, empecemos a modificar nuestra percepci¨®n: los culpables lo son s¨®lo cuando son condenados en un proceso con todas las garant¨ªas. Los errores de percepci¨®n, los prejuicios, los paga hoy un ciudadano con nombre y apellidos; ma?ana, podemos ser los dem¨¢s.
Alberto Jabonero Corral es abogado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Violencia dom¨¦stica
- Agresiones f¨ªsicas
- Errores judiciales
- Amenazas
- ?tica period¨ªstica
- Negligencias m¨¦dicas
- Malos tratos
- Intromisi¨®n intimidad
- Intromisi¨®n honor
- Diagn¨®stico m¨¦dico
- Periodismo
- Integridad personal
- Violencia
- Poder judicial
- Medicina
- Delitos
- Problemas sociales
- Salud
- Sucesos
- Medios comunicaci¨®n
- Sociedad
- Comunicaci¨®n
- Justicia