Responsabilidades compartidas

La promoci¨®n de los derechos humanos, la justicia y la lucha contra la pobreza deber¨ªa ser una tarea compartida por las instituciones pol¨ªticas, econ¨®micas y educativas, pero tambi¨¦n por los ciudadanos. El congreso que la Asociaci¨®n Internacional de ?tica del Desarrollo (IDEA) celebra en Valencia debati¨® ayer sobre la necesidad de que todos estos agentes asuman sus responsabilidades en el desarrollo de los pueblos.

Pero ?qu¨¦ sucede cuando no existe sinton¨ªa entre las distintas sensibilidades de los ciudadanos y sus Estados? Quiz¨¢s sirva para ilustrar esta posibilidad el caso de la activista saharaui Aminetu Haidar, a quien Marruecos retir¨® el pasaporte y que mantiene una huelga de hambre en Lanzarote. La simpat¨ªa social que existe entre buena parte de los espa?oles hacia la causa del pueblo saharaui choca con el pragmatismo que mantiene el Gobierno con Marruecos.

Otro ejemplo, en una dimensi¨®n distinta, podr¨ªa ser el referido a las constantes reclamaciones de las ONG valencianas hacia el Consell por incumplir, a?o tras a?o, su compromiso de destinar el 0,7% del presupuesto a cooperaci¨®n.

"Ante la falta de responsabilidad oficial, la sociedad debe reclamar, protestar, buscar canales para que sus deseos se recojan por las autoridades", apunt¨® ayer David A. Crocker, profesor de la Universidad de Maryland y fundador de IDEA en 1984. "Pero, sobre todo, se necesita superar la brecha entre la dimensi¨®n pol¨ªtica oficial y el compromiso ¨¦tico de los ciudadanos".

Crocker apunta a la posibilidad de formar dirigentes sensibles a estas cuestiones para que, una vez incorporados a los cargos directivos, puedan servir de enganche con la sociedad y reflejar sus inquietudes en los lugares donde se toman las decisiones. "No me gusta demasiado hablar de la dicotom¨ªa Estados-ciudadanos", advierte, "pero tambi¨¦n es importante contar con instituciones h¨ªbridas" que sirvan para dinamizar estas relaciones.

La sensaci¨®n que tiene Adela Cortina, directora de la Fundaci¨®n Etnor (coorganizadora del congreso junto a las universidades de Valencia, Polit¨¦cnica y Jaume I) es que ser¨ªa m¨¢s interesante que esta brecha fuera m¨¢s grande, porque reflejar¨ªa un mayor activismo social. Pero no cree que sea as¨ª. "No considero que haya tanta movilizaci¨®n de la sociedad civil" demandando medidas contra la pobreza o la injusticia, se?al¨® ayer a este diario. Pero si existiera un clamor popular relacionado con estas peticiones, "los politicos ir¨ªan detr¨¢s, porque ah¨ª es donde estar¨ªan sus votos".

Cortina destac¨® el enorme potencial de los ciudadanos "si reivindic¨¢ramos m¨¢s". "Tenemos mayor poder del que creemos".

Eso s¨ª, reconoci¨® que el movimiento ciudadano "deber¨ªa ser m¨¢s fuerte". E hizo una reflexi¨®n sobre la politizaci¨®n excesiva que existe en la vida p¨²blica y que, en cierta forma, contamina tambi¨¦n al movimiento ciudadano. "Es evidente que cada persona tiene sus preferencias pol¨ªticas, pero por ello, las entidades ciudadanas no deben ser correas de transmisi¨®n de los partidos". Para esta catedr¨¢tica de ?tica de la Universitat de Val¨¨ncia, "la sociedad civil est¨¢ cada vez m¨¢s partidizada, y eso no es bueno".