Honestidad intelectual y pol¨ªtica
En la trayectoria de Jordi Sol¨¦ Tura destaca su participaci¨®n en la elaboraci¨®n de la Constituci¨®n, y dentro de ella su mayor aportaci¨®n fue su contribuci¨®n a la formaci¨®n del consenso, junto con los otros seis ponentes. El consenso, es decir, el acuerdo en los aspectos b¨¢sicos de la Constituci¨®n y la cesi¨®n en otros aspectos no tan esenciales, permiti¨® que la Carta Magna aprobada en 1978 fuera la primera de toda la historia de Espa?a aceptada por las principales fuerzas pol¨ªticas.
Su papel en las Cortes constituyentes no era nada f¨¢cil, porque defend¨ªa las posiciones comunistas (del PCE y del PSUC), que eran las m¨¢s radicales de la izquierda y representaban a grandes sectores trabajadores y populares. En las elecciones de 1977, los comunistas tuvieron aproximadamente el 10% de los votos en el conjunto de Espa?a (el doble en Catalu?a) y adem¨¢s lideraban los movimientos m¨¢s renovadores del sindicalismo, la universidad, los barrios... Por otra parte, dado el protagonismo que el comunismo hab¨ªa tenido en la lucha contra el franquismo, su inclusi¨®n o no en las instituciones aparec¨ªa a los ojos de Europa como la prueba de la democracia espa?ola.
Tuvo que convencer a su partido de que la Constituci¨®n era la mejor opci¨®n
Su funci¨®n como parlamentario en las Cortes que aprobaron la Constituci¨®n tuvo una doble faceta. Por una parte, contribuy¨® decisivamente a la formaci¨®n del consenso constituyente, defendiendo frente a los dem¨¢s ponentes las ideas sobre democracia, igualdad social y autonom¨ªa que derivaban de los programas del PCE y del PSUC. Por otra parte, tuvo que explicar y convencer (a veces emple¨¢ndose a fondo) a los dirigentes y a los militantes del partido que la apuesta por la Constituci¨®n era la mejor opci¨®n para los sectores populares que representaban.
Jordi Sol¨¦ pudo realizar esta doble labor, que muy pocas personas hubieran sido capaces de realizar, gracias a una trayectoria intelectual y pol¨ªtica, muy particular.
En primer lugar, porque hab¨ªa sido toda su vida un luchador por la democracia, la autonom¨ªa y el socialismo en los duros a?os del franquismo. En ocasiones estas palabras suenan a ret¨®rica pero en su caso guiaron su trayectoria desde los a?os de estudiante, pasando por la expulsi¨®n y las dificultades en la universidad, el exilio, la lucha clandestina y la prisi¨®n... hasta el triunfo de la democracia y de su propia trayectoria personal, al conseguir la c¨¢tedra universitaria, casi al mismo tiempo.
Adem¨¢s, pudo aportar ideas a la Constituci¨®n, desde la izquierda, porque hab¨ªa sido un intelectual, cr¨ªtico con las ideas recibidas, que hab¨ªa actualizado las teor¨ªas marxistas con el estudio de Gramsci y de los te¨®ricos neomarxistas de los a?os sesenta y setenta, y hab¨ªa interiorizado las experiencias europeas que tras la II Guerra Mundial hab¨ªan conciliado democracia y comunismo. En los partidos comunistas occidentales esta orientaci¨®n culminar¨ªa en el "eurocomunismo" de los a?os setenta y ochenta, y sobre todo, en la reconciliaci¨®n entre los ideales de la democracia y del socialismo que se ha impuesto en la mayor¨ªa del mundo actual.
Realiz¨® desde la izquierda una aportaci¨®n muy novedosa al consenso constituyente por los estudios que hab¨ªa dedicado a la historia de las ideas pol¨ªticas de Espa?a y de Catalu?a. Sus conclusiones sobre los fracasos del constitucionalismo espa?ol, sobre la l¨ªnea pol¨ªtica, teor¨ªas de Prat de la Riba o Valent¨ª Almirall son una parte decisiva de sus publicaciones y le proporcionaron bases s¨®lidas para su contribuci¨®n a la nueva Constituci¨®n.
Como profesor transmit¨ªa tanto entusiasmo que hoy somos varias decenas los profesores de Derecho Constitucional y Ciencia Pol¨ªtica que nos reclamamos de su influencia.
Aunque siguiera alargando esta lista de m¨¦ritos no acabar¨ªa de explicar el rasgo m¨¢s definitorio de su personalidad, algo que resultaba una suma de capacidad de trabajo, coherencia, honestidad, vitalidad, sentido del humor, generosidad... No est¨¢ nada mal haber pasado de panadero a catedr¨¢tico, y despu¨¦s parlamentario y ministro... Pero lo m¨¢s importante fue que lo hizo sin cambiar un ¨¢pice su personalidad ni el trato con los dem¨¢s. Sigui¨® siendo el mismo. Esta calidad humana se trasluc¨ªa en sus palabras y junto a su capacidad intelectual y sus ideales pol¨ªticos fue una de las claves para que muchos, muchos, confi¨¢ramos en ¨¦l.
Eliseo Aja es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona y futuro presidente del Consejo de Garant¨ªas Estatutarias.
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