?Reconstruir el Muro?
Una pol¨ªtica de izquierda es posible, sin recaer en nostalgias de infiernos pasados
En v¨ªsperas de que hace 20 a?os cayera Ceaucescu en Rumania, el dibujante Forattini mostraba en una vi?eta a un ni?o con los bigotazos del l¨ªder ex comunista Achille Occhetto que saltaba sobre las ruinas del muro de Berl¨ªn, queriendo escapar. El seudosocialista Craxi se lo imped¨ªa diciendo: "?No, t¨² no!". De hecho hasta hoy la derecha italiana ha seguido esgrimiendo la acusaci¨®n de comunismo contra las organizaciones procedentes de un Partido Comunista, el de Berlinguer y Napolitano, que fuera pilar del orden constitucional y del mantenimiento de una mentalidad democr¨¢tica en Italia.
Al asumir sin reservas la democracia, el llamado "eurocomunismo" traz¨® en Italia y en Espa?a una clara divisoria ante el modelo sovi¨¦tico, en cuya revisi¨®n cr¨ªtica se implicaron buen n¨²mero de sus intelectuales. Hubiese sido l¨®gico que esa tendencia se acentuara al desaparecer el "socialismo real" y quedar al descubierto en los archivos todos sus abusos, e incluso la dimensi¨®n genocida de las pol¨ªticas de Stalin y Lenin. No obstante, por lo menos entre nosotros, puede comprobarse que tal previsi¨®n no se ha cumplido. Vuelve un lenguaje de "guerra de clases" contra el capitalismo, cuya ¨²nica justificaci¨®n es la actual crisis, sin la menor referencia a los aspectos negativos del pasado comunista. Los verdugos estalinistas pueden dormir tranquilos. Los cr¨ªmenes del capitalismo (o del imperialismo) lo justifican todo.
En este sentido, el Congreso del PCE, reunido en el aniversario de la ca¨ªda del Muro, ha ofrecido un ejemplo insuperable de ensimismamiento y de amnesia colectiva. Los comunistas, al decir de su nuevo secretario general, no tienen que arrepentirse de nada: fueron siempre h¨¦roes. Volvemos al periodo de "clase contra clase", sin alcanzar siquiera el nivel autocr¨ªtico del XX Congreso del PCUS en 1956. La encarnaci¨®n del Mal, el Capitalismo, mediante el mercado "impone una democracia de baja intensidad", la cual, por su condici¨®n subordinada al poder econ¨®mico "anula la capacidad cr¨ªtica del individuo" y se pretende "la ¨²nica democracia posible". Contra ella "tenemos que rebelarnos". El ant¨ªdoto revolucionario es la "democracia participativa", aroma de Ch¨¢vez, aupada sobre "la lucha y la movilizaci¨®n", para oponerse a "las agresiones del capital" y frente a los mecanismos "individualistas" de toma de decisiones (elecciones). La superaci¨®n del capitalismo s¨®lo se alcanzar¨¢ mediante el socialismo. Sin m¨¢s. Marx se pierde en la lejan¨ªa. Y tambi¨¦n el Partido Comunista "de Pepe D¨ªaz y Dolores" que invoca como antecedente suyo, ignorando que ese Partido fue el del Frente Popular que acab¨® con el "clase contra clase" y defendi¨® un r¨¦gimen democr¨¢tico. Centella debiera leer la dur¨ªsima cr¨ªtica de Dolores Ibarruri a la invasi¨®n de Checoslovaquia por el Pacto de Varsovia en 1968, si pretende de veras "entroncar con lo mejor de nuestra historia".
Ante todo, es amigo de Cuba (l¨¦ase del castrismo), donde, a su juicio, los hoy encarcelados fueron "c¨®mplices de atentados terroristas", o "han estado a sueldo de la Embajada de EE UU". Apenas un demagogo del r¨¦gimen se atrever¨ªa a hablar as¨ª. Las preferencias de Centella van hacia "los procesos de acumulaci¨®n del poder popular". M¨¢s Ch¨¢vez.
El chavismo constituye el puente entre este PCE regresivo y los grup¨²sculos que, desde un dualismo similar, buscan tambi¨¦n "el socialismo del siglo XXI". Proponen para ello como Besancenot en Francia un frente anticapitalista. Aqu¨ª con desprecio hacia la democracia representativa y movilizaci¨®n antisistema. De nuevo la prueba de que la tierra es redonda consiste en que tras salir por la extrema izquierda se acaba en la extrema derecha. En este caso, asumiendo el supuesto contenido liberador de la violencia contra el pluralismo democr¨¢tico, como hicieran anta?o los j¨®venes fascistas. Menos mal que hasta ahora la imitaci¨®n es simple caricatura, igual que unos textos revolucionarios de insuperable cursiler¨ªa en los cuales no falta la profanaci¨®n del mito de Ant¨ªgona para avalar la violencia.
Malos tiempos para la izquierda, necesaria siempre que nos atengamos a un eslogan del 68: "Todo reformismo se caracteriza por el utopismo de su estrategia y por el oportunismo de su t¨¢ctica". Si sustituimos oportunismo por realismo, la f¨®rmula es perfecta. La defensa de los desfavorecidos, una movilizaci¨®n creciente contra la xenofobia (refer¨¦ndum suizo) y la corrupci¨®n, un proyecto ecologista que supere el desfase entre las palabras y las pol¨ªticas, medidas socialdem¨®cratas contra la crisis gravando las rentas m¨¢s altas y no el consumo de la mayor¨ªa, supresi¨®n inmediata de la Ley Beckham, cr¨ªtica ponderada a las generalizaciones que salpican el proyecto de Econom¨ªa Sostenible, son muestras de que una pol¨ªtica de izquierda es posible, sin recaer en nostalgias de infiernos pasados.
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