El vuelo fant¨¢stico de la imaginaci¨®n

En la c¨¢rcel se sue?a y la imaginaci¨®n vuela mucho m¨¢s lejos que cuando se est¨¢ fuera. Hace tres a?os el artista Frederic Amat recibi¨® una carta con el membrete del Centro Penitenciario Hombres de Barcelona, m¨¢s conocido como la c¨¢rcel Modelo, el singular edificio pan¨®ptico de la calle de Enten?a.

El cat¨¢logo de una de sus exposiciones, le explicaban, hab¨ªa ido a parar al taller de artes pl¨¢sticas del centro y algunos internos se hab¨ªan interesado por su trabajo. ?Podr¨ªa participar en una clase? Amat no lo dud¨® ni un momento. Acudi¨® y les habl¨® de su trabajo y de su vida; una charla que se fue animando y se prolong¨® varias horas. "?Por qu¨¦ no hacemos otro encuentro?", le pidieron los internos al acabar.

Tres de los artistas fueron inquilinos de esta c¨¢rcel durante el franquismo

Amat tom¨® la iniciativa y les propuso un ejercicio. En aquellos momentos trabajaba en la escenograf¨ªa de la ¨®pera El viaje a Simorgh para el Teatro Real, en torno a la imagen de un p¨¢jaro (simorgh significa 30 p¨¢jaros en persa) y les pidi¨® que cada uno hiciera su p¨¢jaro imaginario y tambi¨¦n una estrella.

Cuando volvi¨® a la Modelo el taller estaba lleno de p¨¢jaros y estrellas, incluida una jaula vac¨ªa sin p¨¢jaro. "Un vuelo fant¨¢stico de la imaginaci¨®n", reconoc¨ªa ayer. Les mostr¨® un aspa de seis brazos y pregunt¨®: "?Qu¨¦ es esto?". "Una estrella", dijo uno. "Esto es aqu¨ª", dijo otro. Efectivamente, era el croquis del modelo pan¨®ptico de la prisi¨®n.

Amat decidi¨® entonces invitar a otros artistas: Antoni Miralda, Evru y el impresor Oriol Tresserras, y tambi¨¦n al fil¨®sofo Rafael Argullol, y organizar un taller que dur¨® casi seis meses y del que ahora ha nacido un peque?o libro que fue presentado ayer en la propia c¨¢rcel Modelo de Barcelona. Asistieron al acto algunos de los internos que participaron -los que todav¨ªa est¨¢n all¨ª-, as¨ª como los monitores que dirigen estos talleres. "Lo veo y no lo creo", dec¨ªa Amat ayer con el peque?o -y exquisito- libro en la mano.

Miralda record¨® c¨®mo les explic¨® el concepto, la g¨¦nesis y la realizaci¨®n del famoso proyecto Honeymoon, el noviazgo y matrimonio de la barcelonesa estatua de Col¨®n con la neoyorquina estatua de la Libertad. Y reconoc¨ªa: "Me encontr¨¦ con una historia mucho m¨¢s potente de lo que pensaba, me encontr¨¦ a m¨ª mismo, me sirvi¨® para reflexionar".

Para Evru -que ayer no pudo asistir por estar convaleciente de una intervenci¨®n-, Tresserras y Argullol, la experiencia ten¨ªa doble filo. Los tres ya hab¨ªan estado dentro y no precisamente como artistas invitados. Evru les cont¨® que se hab¨ªa inventado un mundo propio, un Estado con su himno y su moneda, el evrugo, e intercambi¨® evrugos por vales del economato de la c¨¢rcel. Tresserras asegur¨® que de su paso por la Modelo en 1974 no s¨®lo ten¨ªa malos recuerdos, sino tambi¨¦n la memoria de las especiales relaciones que se crean en este mundo cerrado, tan distintas de las del exterior.

Argullol, que ingres¨® en dos ocasiones durante el franquismo, recordaba el fr¨ªo que se pasa en la c¨¢rcel, que como una magdalena de Proust le devolvi¨® de golpe toda la memoria. "En la c¨¢rcel la imaginaci¨®n vuela mucho m¨¢s que fuera", explic¨®, "desde la c¨¢rcel se han escrito y pintado cosas maravillosas".

El debate sobre la superioridad de la literatura o de las artes pl¨¢sticas para expresar los sue?os entre el fil¨®sofo y Amat fue uno de los momentos memorables del taller. Porque para los internos ha sido una experiencia destacable; para algunos, seguramente, crucial. Escucharles ayer desvelaba la importancia que puede tener en la vida de una persona que pasa por dificultades que algo o alguien, en un momento, ilumine espacios y caminos por los que transitar. "Esto ha sido una cosa que nos permite ser algo m¨¢s, salir de la rutina", explicaba uno de ellos, que al tiempo expresaba su deseo de conocer cu¨¢l hab¨ªa sido la impresi¨®n que los artistas se llevaban de ellos.

El Departamento de Justicia de la Generalitat ha editado 1.000 copias del libro. "En medio de tantos libros innecesarios, ¨¦ste es muy necesario", dijo Argullol.