??ltima ocasi¨®n para la reunificaci¨®n de Chipre?
Cuando los mandatarios del mundo se reunieron en Berl¨ªn para conmemorar el 20? aniversario de la ca¨ªda del Muro, escolares de la Rep¨²blica de Chipre (RC) se plantaron cerca de la L¨ªnea Verde, de cuyo mantenimiento se ha ocupado la ONU y que durante 35 a?os ha separado a la RC de la Rep¨²blica Turca del Norte de Chipre (RTNC), no reconocida internacionalmente, para pedir la retirada de la misma. En la actualidad, Chipre sigue siendo el ¨²nico pa¨ªs dividido de Europa (pr¨¢cticamente por criterios ¨¦tnicos) y su capital, Nicosia, al igual que Berl¨ªn en su d¨ªa, tambi¨¦n se encuentra dividida.
Sin progresos aparentes, las dos partes llevan 15 meses negociando la reunificaci¨®n de Chipre, invadida por Turqu¨ªa en 1974, despu¨¦s de violentos conflictos entre las comunidades griega y turca de la isla, y tras la intentona griega de anexi¨®n mediante un golpe de Estado. En el refer¨¦ndum de 2004, el Plan Annan, del anterior secretario general de la ONU, fue mayoritariamente rechazado por los grecochipriotas y abrumadoramente refrendado por los turcochipriotas.
La paciencia se acaba en ambas partes. Si no hay reunificaci¨®n, la partici¨®n podr¨ªa ser permanente
La paciencia se est¨¢ acabando en ambas partes y cada vez se habla m¨¢s de que, si no hay reunificaci¨®n, la partici¨®n ser¨¢ permanente, y que se corre el riesgo de crear una situaci¨®n tipo Bosnia. Sin o con reunificaci¨®n, Turqu¨ªa tiene que abrir sus aeropuertos y puertos al tr¨¢fico de la RC y reconocer el pa¨ªs, un punto caliente en la cumbre de la Uni¨®n Europea (UE) hoy. Esto desbloquear¨ªa ocho de los cap¨ªtulos que Turqu¨ªa tiene que negociar para entrar en la UE, pero Ankara afirma que no se mover¨¢ a menos que Bruselas alivie el "aislamiento" de la RTNC, donde no se aplica el acquis comunitario.
El tiempo se acaba. El presidente Demetris Chrisofias, de la RC, y Mehmed Al¨ª Talat, su hom¨®logo de la RTNC, est¨¢n mucho m¨¢s en sinton¨ªa que sus predecesores, pero Talat debe enfrentarse a su reelecci¨®n en abril y podr¨ªa perder ante Dervis Eroglu, cuyo Partido de Unidad Nacional, que derrot¨® al Partido Republicano Turco de Talat en las ¨²ltimas elecciones legislativas de abril, es partidario de la creaci¨®n de dos Estados. Sea cual sea el acuerdo alcanzado, habr¨¢ que someterlo de nuevo a dos referendos.
Es dudoso que ambas partes voten s¨ª. La actitud de los turcochipriotas se vuelve ahora m¨¢s inflexible, porque se est¨¢n desencantando de la UE, mientras que los grecochipriotas, que llevan cinco a?os disfrutando de su pertenencia a la Uni¨®n, consideran que un acuerdo de reunificaci¨®n ser¨ªa un juego de suma cero cuyo coste pol¨ªtico y econ¨®mico correr¨ªa de su cuenta. Despu¨¦s de visitar ambos territorios, a m¨ª me parece que todos tienen algo que ganar, pero para poder aceptar eso es preciso que exista, sobre todo entre los grecochipriotas, un enorme salto hacia la confianza en un futuro incierto.
El dividendo de la paz y la unificaci¨®n podr¨ªa ser considerable. As¨ª se pondr¨ªa fin a las atroces consecuencias humanas de la divisi¨®n, aunque cada comunidad tiene que hacer concesiones. S¨ª se resolver¨ªa, no obstante, la singular tragedia de Varosha, un suburbio grecochipriota de Famagusta, en su momento principal centro tur¨ªstico chipriota. La ciudad, con docenas de hoteles y torres de pisos vac¨ªos y en estado de abandono est¨¢ ocupada por el ej¨¦rcito turco desde 1974, cuando la poblaci¨®n fue obligada a abandonarla. Este problema es mucho m¨¢s f¨¢cil de resolver que el de las propiedades de grecochipriotas ocupadas por turcochipriotas o por colonos de la propia Turqu¨ªa. Entretanto, Ankara podr¨ªa tomar ahora, sin coste pol¨ªtico alguno, una medida que favorecer¨ªa la confianza mutua: permitir la entrada de un equipo de inspectores de la ONU para que elabore un informe sobre la situaci¨®n de la ciudad y el coste que tendr¨ªa su recuperaci¨®n, algo que ha pedido Alexis Galanos, "alcalde" grecochipriota de esta localidad fantasma.
Del mismo modo, los grecochipriotas podr¨ªan mostrar una mayor comprensi¨®n hacia el deseo que tienen los turcochipriotas de que se mantengan los Tratados de Garant¨ªa y Alianza entre Turqu¨ªa, Reino Unido y Grecia que, en 1960, contemplaron el derecho a intervenir en la isla (usados por Turqu¨ªa en 1974) para restablecer el statu quo creado, a su vez, por la independencia a Chipre de los brit¨¢nicos. Turqu¨ªa quiere que contin¨²en para el caso de que en el futuro se desate violencia inter¨¦tnica. Los grecochipriotas no ven esta necesidad, porque consideran que el Chipre reunificado estar¨ªa protegido por la UE. Ese sistema de garant¨ªas ser¨ªa derogado cuando Turqu¨ªa entrara en la UE, si es que entra.
La vergonzosa distorsi¨®n hist¨®rica imperante en los libros de texto escolares que utilizan ambas comunidades sigue fomentando la desconfianza. Despu¨¦s de 2004, Talat aprob¨® la utilizaci¨®n de libros menos tendenciosos, pero Eroglu acaba de librarse de ellos, mientras que los grecochipriotas, que seg¨²n el Eurobar¨®metro son los ciudadanos de la UE m¨¢s xen¨®fobos, siguen usando los antiguos manuales.
Chipre reclama la paternidad de Afrodita, diosa griega del amor. La mejor manera de honrarla ser¨ªa que ambas partes dejaran a un lado sus miedos y se abrazaran mutuamente.
William Chislett fue corresponsal del Financial Times y es colaborador habitual del Real Instituto Elcano. Traducci¨®n de Jes¨²s Cu¨¦llar Menezo.
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