Caramelos catalanes para Gucci y Loewe
Papabubble comercializa golosinas en todo el mundo desde hace cinco a?os
Lleg¨® el fr¨ªo y los caramelos con sabor a mojito o a pi?a colada han dado paso a los de naranja o pera, por ejemplo, rellenos de chocolate. En la tienda tambi¨¦n hay o ha habido dulces con sabor a violeta o a bergamota. El taller ha fabricado golosinas para Gucci y Loewe. Y sobre la mesa de Alejandro Siniawski, en el primer piso de una vieja tienda del carrer Ample, en pleno Barri G¨°tic barcelon¨¦s, dominada por el aroma a caramelo, est¨¢ la muestra del pr¨®ximo sabor al que se lanzar¨¢ el due?o de este taller de caramelos, que se llama Papabubble: el lichi.
Ya pas¨® la ¨¦poca dorada de la industria caramelera catalana, que arranc¨® cuando Enric Bernat tuvo una de esas ideas que, de tan sencillas, se convierten en geniales: clav¨® un palo a una golosina y cre¨® el Chupa Chups. De ello hace ya 50 a?os y su firma, una de las insignias de las empresas familiares catalanas con vocaci¨®n exportadora, ha pasado a manos italianas. Antes, una empresa estadounidenses hab¨ªa comprado la confitera Joyco. "Sin aspirar a tener el tama?o de Chupa Chups, nosotros seguimos manteniendo el pabell¨®n fuera de Catalu?a", dice Siniawski, que trabaj¨® en la firma de Bernat antes de comprar Papabubble, hace ahora m¨¢s de un a?o.
Los dulces se venden en Tokio, Se¨²l, ?msterdam, Nueva York y Taipei
Sobre la mesa del taller est¨¢ la muestra del pr¨®ximo sabor: el 'lichi'
La tienda tiene cinco a?os y hace dos arranc¨® su aventura internacional con un establecimiento en Tokio. Luego llegaron ?msterdam y Nueva York; m¨¢s tarde, Se¨²l y Taipei. Y a finales de noviembre abri¨® la ¨²ltima tienda, en Lisboa. Ahora, Siniawski estudia las ayudas que puede recibir de la Generalitat para pomoci¨®n en el exterior, con vistas a seguir una expansi¨®n global que espera que le lleve, el a?o que viene, a Mosc¨², Londres y Dubai.
Parece una expansi¨®n gigantesca, pero no se trata de grandes tiendas con voluntad de vender cantidades industriales de caramelos. De hecho, Papabubble no tiene ninguna f¨¢brica. Los caramelos se elaboran en obradores como el de la tienda barcelonesa. En la calle Ample, los dulces se fabrican en un peque?o anexo contiguo a la zona de ventas, e incluso en un mostrador a la vista de un p¨²blico que puede observar c¨®mo los trabajadores moldean la pasta caliente. "Fabricamos unos 50 o 60 kilos al d¨ªa en cada tienda", explica Siniawski, y a?ade que piensan en duplicar la cantidad, pero no en multiplicarla. "Quiz¨¢ pasemos de producir 50 kilos a 100, pero no a 50 toneladas", dice.
La clave, pues, est¨¢ en la calidad. La cuidan en Papabubble, para vender sus caramelos a 25 euros el kilo. Siniawski quiere que sus bombones se identifiquen m¨¢s con el dise?o o la moda que con las golosinas que uno puede encontrars en quioscos o supermercados. De hecho, ha evitado distribuir sus productos en grandes cadenas de alimentici¨®n. Y s¨ª lo hace, en cambio, en unos cinco o seis selectos establecimientos pasteleros catalanes y una treintena en toda Espa?a.
Otra estrategia es la personalizaci¨®n de los dulces. Las marcas de moda Gucci y Loewe no son las ¨²nicas que han encargado golosinas con dibujos especiales que hagan referencia a sus firmas. Siniawski ha recibido encargos de Ford y de Deutsche Bank, por ejemplo. Y tambi¨¦n recibe encargos privados. Por ejemplo, de parejas que quieren ofrecer a los invitados a su boda caramelos con sus nombres inscritos en ellos.
Pero la clave est¨¢ en el gusto. "Tenemos todos los sabores comunes imaginables, m¨¢s los ex¨®ticos que vamos probando", dice Siniawski. Y ah¨ª el tama?o peque?o de su producci¨®n es una ventaja. "Nuestras pruebas son peque?as. Si a la gente le gusta un sabor, seguimos; si no, lo dejamos". De ah¨ª que la oferta var¨ªe de temporada a temporada. Y la presencia global ayuda en esa experimentaci¨®n, porque cada tienda puede vender, adem¨¢s de los 25 sabores comunes, cinco m¨¢s para adaptarse a los gustos de las distintas zonas del mundo. En Nueva York, por ejemplo, arrasan unos caramelos rellenos de chili que aqu¨ª no lograron el triunfo. Y la tienda de Lisboa abri¨® con la intenci¨®n de probar los de higos. Si gustan, podr¨ªan llegar a Barcelona pr¨®ximamente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.