La vigilia de Tinduf
Los campamentos saharauis en Argelia viven pendientes de Aminetu Haidar. El Polisario dice que Espa?a puede "arrodillar" a Marruecos
La huelga de hambre de Aminetu Haidar alter¨® la vida de los 150.000 saharauis refugiados en los campamentos africanos de Tinduf: euf¨®ricos cuando se anunci¨® el regreso de la activista a El Aai¨²n y encolerizados cuando no pudo hacerlo. Pegados a la radio y a la televisi¨®n, reunidos en comit¨¦s y plantones callejeros los habitantes del desierto siguen minuto a minuto una crisis "en la que Espa?a ha sido c¨®mplice de Marruecos", seg¨²n la denuncia de Abdelkader Taleb Omar, primer ministro de la autoproclamada Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD) y secretario general del Frente Polisario. "Y el caso es que Espa?a sola puede poner de rodillas a Marruecos, no al rev¨¦s", agrega en entrevista telef¨®nica.
"Los marroqu¨ªes est¨¢n chantajeando a Espa?a", afirma el primer ministro de la autoproclamada RASD
Situados en el suroeste de Argelia, los cuatro campamentos son la sede de un gobierno en el exilio permanente alzado contra el aislamiento pol¨ªtico y el sometimiento a Marruecos. Las temperaturas y precipitaciones son all¨ª extremas y castigan a una poblaci¨®n con una econom¨ªa casi de subsistencia. Hace tres a?os, lluvias torrenciales arrasaron una agrupaci¨®n de casas de adobe y miles de personas quedaron a la intemperie.
"Ahora, con la situaci¨®n de Aminetu Haidar, estamos atravesando un periodo de angustia, un dolor que no hemos vivido, ni siquiera en los momentos de guerra y exilio", subraya Fatma El-Medhi, presidenta de la Uni¨®n Nacional de Mujeres Saharauis.
El exilio y la RASD, entidad creada por el Frente Polisario, son realidades desde febrero de 1976, en que Espa?a abandon¨® sus territorios en el S¨¢hara Occidental en manos de Marruecos y Mauritania, ignorando las directrices de descolonizaci¨®n de la ONU. Los saharauis llevan m¨¢s de 30 a?os reclamando su independencia y 15 a la espera de la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum que no acaba de convocarse.
Sin un horizonte claro sobre su destino, la huelga de hambre es un acontecimiento de primer orden en la vida de los campamentos que estos d¨ªas reciben a las familias espa?olas asignadas para que un ni?o saharaui pase con ellas las Navidades.
"La noche en que se pens¨® que a Aminetu se la iba a mandar a casa, todos est¨¢bamos viendo la tele y pensamos que ya era el momento del fin, pero luego vino la amargura. Desgraciadamente aquello fue un sue?o inacabado y nos doli¨® mucho ver que se juega con su vida y sus derechos", recuerda El-Medhi. Los habitantes de la RASD viven estos d¨ªas pendientes de Haidar y muy agradecidos a los actores, escritores, sindicatos, pol¨ªticos o plataformas ciudadanas solidarios con su causa. "Sabemos que ¨¦sta bien acompa?ada", subraya El Medhi.
La resistencia de la activista discurre paralela a la aparente impotencia espa?ola en la soluci¨®n del caso, que el primer ministro saharaui atribuye a la "debilidad" y a los "miedos" del Gobierno frente a Rabat: "Muchos dicen que si no fuera por la complicidad del Gobierno de Espa?a, Marruecos no hubiera podido hacer lo que hizo: echarla fuera de su hogar". Marruecos chantajea a Espa?a amenazando con retirar su ayuda en dos asuntos fundamentales: seguridad e inmigraci¨®n, seg¨²n Abdelkader. Pero las eventuales represalias afectar¨ªan a la Uni¨®n Europea. "Y usted podr¨¢ imaginarse qu¨¦ puede hacer Marruecos contra toda la UE".
"Esa debilidad hubiera podido entenderse algo si Marruecos fuera una potencia, o una superpotencia, o Espa?a dependiera de Marruecos. Entonces s¨ª se entender¨ªa algo", subraya Abdelkader. "Pero resulta que Marruecos hace muchos a?os que vive del turismo y de las exportaciones de sus productos vegetales. Y todo pasa por Espa?a: bien hacia Espa?a o hacia la Uni¨®n Europea. Y si Espa?a quiere cerrar el grifo puede estrangular Marruecos en cuesti¨®n de d¨ªas. Y en vez de que Espa?a se arrodille, Espa?a sola, sin la ayuda de la UE, tiene medios para poner de rodillas a Marruecos", opina.
A Abdelkader le gustar¨ªa que as¨ª fuera. Gobierna unos campamentos abrasados por el sol y la arena, que se distribuyen en cuatro n¨²cleos de poblaci¨®n: las wilayas o provincias, bautizadas con el nombre de las principales ciudades del S¨¢hara Occidental antes de 1.976: Aai¨²n, Smara, Auser y Dajla. Disponen de precarios centros hospitalarios, un centro de mutilados de guerra, escuelas y un complejo av¨ªcola-agr¨ªcola. La poblaci¨®n, conectada con el exterior por tel¨¦fono m¨®vil, vive en tiendas de lona, la jaima familiar, y junto a cada una de ellas, tres cuartos de adobe, con retrete, lavadero y cocina, y agua de pozo.
De una manera u otra, por los medios de comunicaci¨®n o las llamadas de familiares, la huelga de hambre de Haidar es bien conocida en Tinduf, seg¨²n sus dirigentes, que piden la mediaci¨®n del Rey ante la monarqu¨ªa alau¨ª. "Saludamos la disponibilidad del Rey que, en su d¨ªa, pronunci¨® un discurso en el sentido de que Espa?a no iba a defraudar a los saharauis. Yo creo que es momento de que de un paso majestuoso. Queremos que intervenga". La jefatura del Polisario insta a un cambio en la pol¨ªtica de Zapatero y a salvar la vida de la huelguista: "Nosotros consideramos que Aminetu servir¨¢ mejor a la causa viva mucho m¨¢s que muerta. Le decimos que nos interesa m¨¢s su vida que su muerte. Ese es el deseo, pero tampoco es aceptable que los marroqu¨ªes se salgan con la suya. Aqu¨ª en los campamentos la queremos viva, y con toda su dignidad. Si falleciera, causar¨ªa un dolor enorme en la poblaci¨®n; un dolor que no sabemos c¨®mo se canalizar¨ªa en la pr¨¢ctica. Eso complicar¨ªa mucho la situaci¨®n. Todo el mundo desea una soluci¨®n, que salve su vida pero que se respeten sus derechos".
Tambi¨¦n los invoca Fatma El-Medhi, representante de las mujeres saharauis, cuyo papel fue muy importante durante los a?os de la resistencia de los milicianos del Frente Polisario. Las mujeres suman el 34% del Parlamento saharaui y tienen car¨¢cter. "Es indignante lo que est¨¢ haciendo Marruecos, pero tambi¨¦n es intolerable la debilidad de la comunidad internacional", se queja esta dirigente. El pasado jueves, acudi¨® con varios cientos de saharauis de los campamentos a la sede del ACNUR (Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados) en Tinduf. "Hemos enviado varias cartas. Nos duele ver tanta tolerancia de la comunidad internacional ante este crimen contra la humanidad por parte de la dictadura de Marruecos. El sistema marroqu¨ª merece ser juzgado internacionalmente por no querer respetar la legalidad internacional", concluye
El-Medhi.
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