Paul A. Samuelson, "el mejor economista de la historia"
Autor de uno de los manuales m¨¢s influyentes, gan¨® el Nobel en 1970
Hace menos de un lustro, cuando Paul Samuelson cumpli¨® sus primeros 90 a?os, tuve que escribir un art¨ªculo en este peri¨®dico que titul¨¦ Los maestros nonagenarios y en el que pretend¨ª rendir homenaje a dos de esos economistas, leyenda viva de nuestro tiempo: el propio Samuelson y John Kenneth Galbraith. Hoy los dos han muerto. El primero lo hizo ayer, a los 94 a?os de edad. En ambos se un¨ªa esa cualidad que caracteriza a los grandes cient¨ªficos sociales: sus intereses iban m¨¢s all¨¢ de la especialidad en la que trabajaron y se hicieron famosos, y participaron activamente en la vida p¨²blica de sus entornos. No fueron economistas de campanario ni intelectuales encerrados en sus torres de marfil.
Catedr¨¢tico y asesor de Kennedy, fue un intelectual activo en la vida p¨²blica
Se consideraba un centrista incurable y recomend¨® a Obama esa posici¨®n
Nacido en Indiana, Samuelson estudi¨® en la Universidad de Chicago y se doctor¨® en la de Harvard, en un tribunal en el que figuraba Joseph Schumpeter, el gran economista austriaco. Se cuenta una an¨¦cdota que dice que los miembros del tribunal quedaron tan impresionados por la capacidad cient¨ªfica del joven Samuelson, que Schumpeter coment¨® abrumado: "Con nuestros conocimientos en relaci¨®n con los de este chico, ?podr¨ªamos haber aprobado nosotros?". Adem¨¢s de Schumpeter, en Harvard estudi¨® con otros economistas como Wassily Leontieff o Alvin Hansen, uno de los disc¨ªpulos favoritos de Keynes, quien public¨® un libro titulado ?Recuperaci¨®n total o estancamiento?, que vuelve a estar de actualidad ahora, y en el que defend¨ªa que el capitalismo puede permanecer en un estado de crecimiento lento, alto desempleo o subempleo, y exceso de capacidad o, lo que es lo mismo, de estancamiento. En 1970, un a?o despu¨¦s de su creaci¨®n, Samuelson obtuvo el Nobel de Econom¨ªa "por el trabajo cient¨ªfico a trav¨¦s del cual ha desarrollado la teor¨ªa econ¨®mica est¨¢tica y din¨¢mica, y contribuido activamente a elevar el nivel de an¨¢lisis en la ciencia econ¨®mica".
Catedr¨¢tico, escritor de peri¨®dicos (colabor¨® en decenas de ocasiones en las p¨¢ginas de EL PA?S), asesor de los presidentes dem¨®cratas Kennedy y Johnson, no hubo debate en el siglo XX y estos primeros a?os del XXI en el que no participase. En el a?o 2000, ante la posibilidad de que Bush ganase las primeras elecciones un grupo de tres centenares de economistas norteamericanos (entre ellos Samuelson y Galbraith) firmaron un manifiesto avisando de las desastrosas consecuencias que tendr¨ªa para que el bienestar llegase a la mayor¨ªa. Ante la invasi¨®n de Irak, esos economistas volvieron a manifestarse en contra. En ambas ocasiones acertaron.
Pero si Samuelson tuvo influencia fue por sus libros. Su manual Curso de econom¨ªa moderna: una descripci¨®n anal¨ªtica de la realidad econ¨®mica ha sido uno de los m¨¢s vendidos entre los estudiantes de Ciencias Econ¨®micas de todo el mundo, y el m¨¢s popular en la historia de la econom¨ªa. Hizo rico a Samuelson y contribuy¨® a formar a muchas generaciones de t¨¦cnicos. Publicado a finales de la d¨¦cada de los cuarenta, no lleg¨® a Espa?a hasta 1965, traducido por otro maestro nonagenario como Jos¨¦ Luis Sampedro, ¨¦ste afortunadamente entre nosotros. En el pr¨®logo, el economista traza su objetivo: brindar al ciudadano "una teor¨ªa que le permita comprender las instituciones y los problemas b¨¢sicos de la civilizaci¨®n de mediados del siglo XX".
Samuelson se consideraba a s¨ª mismo un centrista incurable. Hace poco tiempo, en uno de sus art¨ªculos recomendaba a Obama que se situase en esas posiciones para arreglar los problemas econ¨®micos que asolan a EE UU dentro de la Gran Recesi¨®n. Como consecuencia de tal equidistancia intelectual, fue atacado a izquierda y derecha. La izquierda consideraba que con sus reflexiones hab¨ªa contribuido a domar la parte m¨¢s insurgente del pensamiento keynesiano, al insertarla en el an¨¢lisis neocl¨¢sico: lo que acab¨® llam¨¢ndose la "s¨ªntesis neocl¨¢sica keynesiana", que fue apodada por Joan Robinson (una economista que mereci¨® el Nobel) como "keynesianismo bastardo". La derecha se ceb¨® en ¨¦l por sus ataques inmisericordes a Milton Friedman y Friedrich Hayek, los padres del neoliberalismo, a los que consideraba culpables de lo que ha ocurrido en el planeta en los ¨²ltimos a?os.
En un art¨ªculo titulado Adi¨®s al capitalismo de Friedman y Hayek, publicado en el ¨²ltimo trimestre del a?o pasado, cuando todo parec¨ªa posible, escribi¨®: "En el fondo de este caos financiero, el peor en un siglo, encontramos lo siguiente: el capitalismo libertario del laissez faire que predicaban Milton Friedman y Friedrich Hayek, al que se permiti¨® desbocarse sin reglamentaci¨®n. ?sta es la fuente primaria de nuestros problemas de hoy. Hoy estos dos hombres est¨¢n muertos, pero sus envenenados legados contin¨²an".
En el ¨²ltimo art¨ªculo publicado en EL PA?S, hace apenas un mes, Samuelson pronosticaba una nueva era mundial en la que el liderazgo de EE UU se ver¨ªa combatido por una cada vez m¨¢s potente China, a trav¨¦s de un ataque masivo contra el d¨®lar. Pero indicaba: "Muchas veces, a lo largo de siete d¨¦cadas de ense?anza de la econom¨ªa y creaci¨®n de libros de texto, me he equivocado. Aun as¨ª, recuerden d¨®nde leyeron todo esto antes. Como dec¨ªan los griegos cl¨¢sicos, no maten al mensajero que les trae malas noticias". Un buen testamento intelectual en una coyuntura en la que todav¨ªa estamos discutiendo si los economistas se equivocaron al no predecir la crisis que se ven¨ªa encima porque ignoraron los factores clave de la misma, o porque los excluyeron intencionadamente por motivos ideol¨®gicos, para propiciar una determinada agenda pol¨ªtica favorable a la desregulaci¨®n. En uno de sus art¨ªculos finales Paul Samuelson sentenciaba "Los sistemas de mercado no regulados tarde o temprano se suicidan". ?l no se suicid¨® sino que vivi¨® m¨¢s de nueve d¨¦cadas de ense?anzas fecundas para muchos. Por eso fue un maestro. Y por ello Kenneth Arrow, otro Nobel de Econom¨ªa, le consider¨® "el mejor economista de la historia".
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