Mejor el ruido que la par¨¢lisis
El Gobierno cambia la ley para asegurar la actividad de los aeropuertos - Los afectados denuncian que se prima la econom¨ªa sobre el bienestar - Los vecinos pagan ahora el mal planeamiento urban¨ªstico en los alrededores de Barajas
"?Qu¨¦ te parecer¨ªa si el chal¨¦ que compraste hace 20 a?os pierde el 30% de su valor de la noche a la ma?ana? ?Y si adem¨¢s te machacan porque no te dejan vivir tranquilo ni a ti ni a tu familia?". Quien formula la pregunta es Pepe Villar. Conoce la respuesta de primera mano, porque eso es lo que le ha sucedido en su casa de La Granjilla, una urbanizaci¨®n cercana a San Sebasti¨¢n de los Reyes (Madrid). "Los aviones transoce¨¢nicos te despiertan a las siete de la ma?ana y ya siguen todo el d¨ªa. En verano, cuando estamos en el jard¨ªn, es insoportable. Tenemos que hablar a gritos", contin¨²a.
La pesadilla cotidiana que vive Villar asusta. Pero los datos que exhiben desde el otro lado de la batalla apabullan. Un informe de AENA cuantificaba en 1.125 millones de euros las p¨¦rdidas que acarrear¨ªa el cumplimiento de una sentencia que consagraba el "derecho fundamental a la intimidad domiciliaria" de unos vecinos que todos los d¨ªas soportan el estruendo de los aviones. Y, lo que parece a¨²n m¨¢s importante en tiempos de paro masivo, unos 47.000 puestos de trabajo que desaparecer¨ªan en aras del derecho al descanso. Adem¨¢s, la sentencia hac¨ªa peligrar las cuantiosas inversiones de British Airways en Iberia.
"En verano tenemos que hablar a gritos en el jard¨ªn", dice el due?o de un chal¨¦
Seg¨²n AENA, volar menos costar¨ªa 1.125 millones y 47.000 empleos
Se iban a construir 4.500 viviendas en un barrio incluido en la huella sonora
Fomento deja sin contenido dos fallos que dan la raz¨®n a los vecinos
AENA dice que ha insonorizado el 94% de las viviendas afectadas
Barajas y El Prat tienen medio a?o para definir su ¨¢rea de influencia
Se trata de c¨¢lculos elaborados por una de las partes en el conflicto, cuya credibilidad ponen en duda los que se tragan los ruidos. Son pegas comprensibles. Lo dif¨ªcil de negar es que AENA eligi¨® bien el momento para publicar este informe. Tan s¨®lo dos d¨ªas despu¨¦s de que el estudio saliera a la luz, el Consejo de Ministros anunci¨® un cambio de ley que los afectados recibieron como un jarro de agua fr¨ªa.
La norma que present¨® el Ministerio de Fomento el 4 de diciembre pretende, en palabras de la vicepresidenta Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, "proteger a los ciudadanos que viven en poblaciones afectadas por el ruido de los aviones y salvaguardar los intereses de los usuarios de servicios aeroportuarios".
Pero m¨¢s all¨¢ de las amables palabras de los pol¨ªticos, la reforma sirve para vaciar de contenido las dos sentencias que en los dos ¨²ltimos a?os hab¨ªan dado esperanzas a los damnificados por el zumbido continuo sobre sus cabezas. El Tribunal Supremo reconoci¨® el a?o pasado el derecho a la intimidad domiciliaria a los habitantes de la urbanizaci¨®n de Ciudad de Santo Domingo, en Algete. Y orden¨® reducir a la mitad los vuelos en configuraci¨®n sur, es decir, aquellos que aterrizan en la Terminal 4 (T-4) de Barajas desde el norte con viento sur. Esto supon¨ªa que el aer¨®dromo m¨¢s importante de Espa?a disminuyera su actividad en un 20%. Un a?o m¨¢s tarde, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid apunt¨® en la misma direcci¨®n y emplaz¨® al gestor p¨²blico de los aer¨®dromos a reducir las operaciones "con car¨¢cter inmediato".
El PSOE pretendi¨® evitar una cascada de sentencias similares con una enmienda en el Senado a la ley ¨®mnibus que establec¨ªa la "obligaci¨®n" de soportar el ruido. Los grupos pol¨ªticos estaban de acuerdo en que, si hab¨ªa que elegir entre dos males, optaban por el menor. "Cualquier d¨ªa un tribunal iba a paralizar un aeropuerto vital para el pa¨ªs", se justific¨® entonces el senador socialista Antonio Hurtado.
Pero la movilizaci¨®n de los afectados ahuyent¨® el consenso. "Ning¨²n grupo hab¨ªa puesto inconvenientes. Tras el foll¨®n medi¨¢tico, los otros parlamentarios decidieron darse un tiempo para reflexionar. Yo mismo soy un afectado por el aeropuerto de Almer¨ªa en mi segunda residencia, pero nadie quiere que se reduzca la capacidad", asegura el senador responsable de la enmienda.
Una visi¨®n opuesta exhibe Luis Ram¨ªrez, presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Afectados por el Impacto del Tr¨¢fico A¨¦reo: "La enmienda nos dejaba vendidos. Parec¨ªa que la metieron en el ¨²ltimo tr¨¢mite de la ley a ver si colaba". Los socialistas la retiraron el 2 de diciembre, pero s¨®lo tardaron dos d¨ªas en atacar con la artiller¨ªa pesada: el Consejo de Ministros. El proyecto de ley que modifica la Ley de Navegaci¨®n A¨¦rea de 1960 obliga al Estado a "garantizar que se respeten los objetivos de calidad ac¨²stica fijados en la normativa estatal". Pero siempre que se cumplan estos requisitos -y aqu¨ª viene la parte sustancial- "ser¨¢ obligatorio soportar los niveles sonoros, sobrevuelos, frecuencias e impactos ambientales generados por la navegaci¨®n a¨¦rea". Con este movimiento, el Gobierno se asegura que ninguna sentencia exigir¨¢ reducir las rutas. Adem¨¢s, Fomento da cobertura legal para hacer o¨ªdos sordos a lo que dijo el Supremo. "AENA puede alegar que, como ha habido un cambio normativo, no puede ejecutar la sentencia", afirma el abogado de un conocido despacho que prefiere mantener el anonimato. "Se abre un nuevo litigio. No se puede legislar contra una sentencia firme. El Gobierno confunde mucho m¨¢s de lo que aclara", amenaza la abogada de los afectados, Mar¨ªa ?ngeles L¨®pez.
La servidumbre ac¨²stica es la soluci¨®n que propone la nueva norma. Este concepto trata de definir un entorno en el que, si no es posible cumplir los objetivos de calidad ac¨²stica deseables, al menos el Estado se compromete a actuar con aislamientos, indemnizaciones o traslados. Y establece que los aeropuertos de Madrid y Barcelona estar¨¢n obligados a definir las servidumbres en seis meses.
"Hasta ahora la ley obligaba a definir las servidumbres en 2020. O sea, que hemos adelantado la obligaci¨®n 10 a?os. Barajas tiene ahora 98 movimientos por hora, pero pretende llegar a los 120. Y sin este cambio no ser¨ªa posible", se?ala el senador socialista. "La insonorizaci¨®n mitiga el problema, pero no lo soluciona. Te pueden aislar una vivienda, pero ?c¨®mo te compensan la tranquilidad perdida en el jard¨ªn o la terraza?", responde el representante de los afectados. AENA calcula que ya ha insonorizado el 94% de las viviendas que quedan dentro de la huella sonora actual.
Hablar con los l¨ªderes vecinales que batallan y hacerlo con los responsables gubernamentales es como viajar de un planeta a otro. No se ponen de acuerdo en nada. Ni siquiera en el alcance del problema. AENA considera que en Madrid hay menos de 50.000 afectados. La asociaci¨®n cuenta m¨¢s de medio mill¨®n de damnificados por Barajas. Y 1,2 millones en toda Espa?a.
"Consideramos afectados a los que soportan m¨¢s de 65 decibelios de d¨ªa o 55 de noche, que es lo que marca la ley y las directivas comunitarias. No podemos incluir a todas las poblaciones sobre las que vuela una aeronave", argumenta Jos¨¦ Manuel Hesse, director de medio ambiente de AENA. "S¨®lo tienen en cuenta los valores medios. Es como si te duchas primero con agua hirviendo y luego helada. La media dir¨¢ que ha sido una ducha placentera", responde Luis Mart¨ªnez. "Los mapas de ruido que ha hecho AENA son m¨¢s que cuestionables. Y ahora est¨¢n pagando el pato por haber sido tan cicateros", asegura Paco Segura, de Ecologistas en Acci¨®n. Alg¨²n dato apunta a que esta queja tiene sentido. Por ejemplo, resulta sorprendente que la urbanizaci¨®n que ha dado nuevos br¨ªos al conflicto al presentar la demanda est¨¦ excluida de la huella sonora de Barajas.
La pelea pol¨ªtico-legal en torno a Barajas y el resto de aeropuertos de Espa?a no es ni mucho menos una novedad. Algo parecido ha sucedido en otros grandes aer¨®dromos como Heathrow (Londres), Charles de Gaulle (Par¨ªs) o Fr¨¢ncfort. Un ejemplo a seguir es el de la regi¨®n de Randstad, en Holanda. All¨ª, alrededor del aeropuerto se ha desarrollado una zona industrial, donde se evit¨® la construcci¨®n de viviendas. Las f¨¢bricas est¨¢n insonorizadas y en muchos casos el ruido de las m¨¢quinas de trabajo tapa el de los aviones. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictamin¨® en 2003 que los ruidos nocturnos no violan el derecho a la vida privada. Con este dictamen, Estrasburgo revocaba una sentencia en sentido contrario que hab¨ªa emitido el mismo tribunal en defensa de ocho ciudadanos que viv¨ªan al lado de Heathrow.
El conflicto entre el derecho a un entorno tranquilo y salubre y la necesidad de impulsar sectores clave para la econom¨ªa es de imposible resoluci¨®n. Y se asienta sobre hechos irreversibles, como el desarrollo urban¨ªstico desaforado de la zona en los ¨²ltimos a?os. "Se han construido urbanizaciones donde no se deb¨ªa. Un a?o antes de la inauguraci¨®n de la T-4, se quer¨ªan levantar 4.500 viviendas en El Molar, dentro de la huella sonora de Barajas", afirma Paco Segura, de Ecologistas en Acci¨®n.
"Es insostenible el crecimiento desmesurado de la actividad a¨¦rea. Por ejemplo, ?por qu¨¦ no paga impuestos el combustible de los aviones? Es una aberraci¨®n que un billete de ida y vuelta a Londres cueste 10 euros. La soluci¨®n es potenciar el ferrocarril", contin¨²an en la organizaci¨®n ecologista. Pero ¨¦sta, en todo caso, ser¨ªa una soluci¨®n a largo plazo. Y los vecinos reclaman soluciones ya. A pesar de que algunos se mudaron cuando ya sab¨ªan que la actividad de la T-4 socavar¨ªa su descanso.
Los afectados critican la pol¨ªtica de hechos consumados que ha adoptado AENA y apuntan al lugar elegido para la T-4, inaugurada en 2006, como el verdadero foco del mal. "Nos vendieron que hac¨ªan una ampliaci¨®n del aeropuerto, cuando en realidad construyeron uno nuevo y de tapadillo", denuncia Ram¨ªrez.
"Hemos vivido una cierta esquizofrenia, porque se protesta por el ruido y luego se ped¨ªa urbanizar cerca del aeropuerto. En Madrid y Barcelona se han construido viviendas posteriores a la Declaraci¨®n de Impacto Ambiental. La servidumbre servir¨¢ para imponer una ordenaci¨®n del territorio; que no se autorice ning¨²n desarrollo urban¨ªstico en esa zona".
Un documento hecho p¨²blico en 1999 por el Ministerio de Fomento admit¨ªa que el ruido del Gran Barajas afectar¨ªa a 15.000 vecinos. Cuatro a?os despu¨¦s de que la T-4 entrara en funcionamiento est¨¢ claro que los perjudicados son much¨ªsimos m¨¢s. Y no parece razonable pensar ahora en trasladar una infraestructura que cost¨® 6.000 millones d euros. Los cambios normativos, desde luego, no van en esa direcci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
