Una facultad que se cae a pedazos
Unos 6.000 alumnos de Educaci¨®n en la Complutense conviven con las obras y el gran deterioro del edificio
"?Obras no!". El mensaje, pintado con spray, mancha la malla azul que separa la facultad en dos trozos. A un lado, un grupo de alumnos almuerza en una mesa del pasillo de la segunda planta. Todos llevan abrigos. Al otro lado de la tela, se ve por el hueco a los obreros trabajando. La proclama, escrita con signos de admiraci¨®n, resume los d¨ªas sin calefacci¨®n, con ruido y polvo que soportan los alumnos, profesores y administrativos de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad Complutense.
El edificio de cuatro plantas, situado en la calle del Rector Royo Villanova, alberga a unos 6.000 alumnos, 400 profesores y 331 administrativos, seg¨²n datos del Decanato, que explica que las obras, que durar¨¢n tres a?os y se dividir¨¢n en fases, servir¨¢n para cambiar las conducciones, los desag¨¹es, las salidas de emergencia o la calefacci¨®n.
El Decanato y el Rectorado se culpan mutuamente de los fallos de la obra
Al falso techo de placas de yeso le faltan piezas y es posible ver el suelo de la planta siguiente entre los cables. Hay zonas del inmueble, sobre todo en los pasillos, con corrientes de aire fr¨ªo que obligan a ir abrigados y otras, como las aulas, donde la calefacci¨®n es casi insoportable, seg¨²n comprob¨® este peri¨®dico el pasado martes. La calefacci¨®n del edificio ha fallado durante m¨¢s de un mes, seg¨²n admite el decano Luis Arranz. Alumnos y profesores han ido a clase abrigados hasta los dientes. Las condiciones del centro han favorecido bajas por gripes y resfriados. Hace 15 d¨ªas, cedi¨® parte del techo de una clase mientras los estudiantes estaban dentro. "Fue escandaloso y preocupante", admite Arranz, que asegura que ocurri¨® en una zona del edificio que no est¨¢ en obras y que no est¨¢ relacionado con esta remodelaci¨®n. "Los t¨¦cnicos me dicen que no tiene por qu¨¦ suceder m¨¢s", se?ala.
Los alumnos han escrito una carta al rector, Carlos Berzosa, que le entregar¨¢n con todas las firmas que consigan recabar, adem¨¢s de concentrarse hoy por la ma?ana en el patio como protesta. Piden que les desalojen del edificio y alertan de su "miedo" por las obras tras la ca¨ªda del techo. Un portavoz del Rectorado asegura que el edificio es seguro y que hay una presencia "constante" de responsables que controlan ese aspecto.
No es la ¨²nica molestia que soportan en el centro. "Adem¨¢s del fr¨ªo imposible, hay veces que ni nos o¨ªmos en clase por el ruido de las gr¨²as", protesta el profesor Juan Antonio Garc¨ªa. Otra docente, Pilar G¨²tiez, denuncia las "condiciones paup¨¦rrimas" en las que trabajan. "He cogido una bronquitis por culpa del polvo, el fr¨ªo y las porquer¨ªas que aspiramos", asegura la profesora, que exige a su decano explicaciones t¨¦cnicas de las condiciones de seguridad y salubridad de los trabajos.
"La soluci¨®n ser¨ªa mudarnos de edificio, pero eso es imposible porque no hay sitio", admite el decano. Arranz da "toda la raz¨®n" a los estudiantes "por quejarse cuando faltan cosas elementales". Asegura que acaban de solucionar el problema de la calefacci¨®n. Un portavoz del Rectorado a?adi¨® que el arreglo se demor¨® porque las m¨¢quinas de la calefacci¨®n que se estropearon son antiguas y fue dif¨ªcil conseguir los repuestos.
El decano culpa directamente al rector de los fallos. "Ha habido descoordinaci¨®n entre el Rectorado y la constructora, si hubieran actuado r¨¢pido esto no habr¨ªa ocurrido", seg¨²n Arranz. El portavoz del Rectorado indic¨® que es el Decanato el que hace un seguimiento diario de la obra porque se est¨¢ produciendo en su facultad.
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