Vivimos un urbanismo loco
Rem Koolhaas aparece en la dram¨¢tica y poco iluminada nave central de L'Entrep?t Lain¨¦ (Burdeos), en medio de una instalaci¨®n de arte, con un auditorio provisional montado para la ocasi¨®n. Lo hace dentro del marco Ville d'aujourd'hui, vies de demain, les grandes conf¨¦rences d'architecture, organizadas por Arc en R¨ºve Centre d'Architecture. Koolhaas (Rotterdam, 1944), periodista y arquitecto, expone sus preocupaciones actuales sobre la ciudad y el espacio p¨²blico. Habla de naturalidad y de artificialidad, de que la arquitectura se debate en una duda permanente sobre esa dualidad.
"Uno de los resultados de esta duda es nuestra incapacidad para reconocer la vida en otro lugar que no sea el centro de las ciudades. Esta duda ha condenado a los barrios a pertenecer a una condici¨®n obligatoriamente secundaria, sin otorgarles ninguna capacidad para vivir y ser felices. Al mismo tiempo nos sentimos incapaces de reconocer que los proyectos de los a?os sesenta, setenta y ochenta son portadores de valores. Es una incapacidad para valorar nuestro pasado reciente, que ha sido condenado a una amnesia inmediata. Esta duda es algo que nos cuesta muy caro. Nos cuesta el placer de las ciudades. Nos cuesta tambi¨¦n el placer de lo desconocido y de la aventura, que puede que sea lo esencial de la ciudad".
Refuerza su posici¨®n con una afirmaci¨®n de orden moral. "Nuestra incapacidad para modernizar nuestro propio concepto de lo urbano nos ha conducido a un terrible urbanismo loco, que aparece por todos lados, que nos rodea, con su mediocridad, con un simbolismo sostenible de la peor cala?a, con un cinismo verde, una nulidad del espacio p¨²blico que se ha convertido en un espacio de exclusi¨®n cada vez m¨¢s radical. Nuestra agencia ha intentado escapar de todo esto. Por eso es por lo que hemos lanzado hace alg¨²n tiempo la idea de una arquitectura gen¨¦rica, inspirada en Erasmo, Lutero y Calvino, asumiendo as¨ª nuestro calvinismo".
El Centro de Congresos de C¨®rdoba, ¨²nico proyecto de OMA en Espa?a, recientemente retomado, resume muchas de sus preocupaciones actuales. Al d¨ªa siguiente, en la terraza del hotel Saint James en Bouliac, con Burdeos entre la bruma, Rem Koolhaas responde relajado.
PREGUNTA. Justamente en este momento de crisis que atraviesa Espa?a, el proyecto de C¨®rdoba tiene previsto empezar en 2010 -despu¨¦s de siete a?os desde que usted gan¨® el concurso-, gracias a una serie de cambios en las instituciones y a la coincidencia de la candidatura de C¨®rdoba como Ciudad Europea de la Cultura para 2016. ?Esto parece un hecho espont¨¢neo o se trata m¨¢s bien de una conjunci¨®n astrol¨®gica? Nos gustar¨ªa saber cu¨¢l es su sentimiento sobre la forma en que el proyecto va a seguir adelante.
RESPUESTA. Es un poco parad¨®jico. Usted habla de astrolog¨ªa y estoy de acuerdo. He tenido siempre un sentimiento muy fuerte de que esto iba a pasar, sobre todo porque es como un hecho que s¨®lo ocurre en un momento dado. Es algo que Rosa [Aguilar, antes alcaldesa de C¨®rdoba, ahora Consejera de Obras P¨²blicas y Transportes en la Junta de Andaluc¨ªa] ha querido hacer. Es una persona poco frecuente en el mundo pol¨ªtico, con verdadera consistencia. Al mismo tiempo, yo he tenido desde siempre serias dudas sobre la implicaci¨®n del sector privado en todos los edificios p¨²blicos. Creo que en Europa, desde hace diez a?os, hay una enorme contradicci¨®n entre las ambiciones y el dinero, y siempre podremos encontrar formas ex¨®ticas para que las ambiciones pol¨ªticas se satisfagan. A veces, se da uno cuenta de que la implicaci¨®n del sector privado no es siempre la soluci¨®n, porque los intereses son muy diferentes.
En un momento dado fui yo quien sugiri¨® cortar el edificio en dos, creyendo que eso podr¨ªa aclarar cu¨¢l era el dominio, el inter¨¦s y la responsabilidad del sector p¨²blico. Reduci¨¦ndolo, hemos contribuido a establecer una escala y un programa que puede ser m¨¢s puro, m¨¢s cl¨¢sico y m¨¢s representativo de qu¨¦ es lo p¨²blico. Creo que lo que ha sido una verdadera coincidencia es que la crisis permita este tipo de clarificaciones m¨¢s atractivas, en las que se evidencia que el sector privado ha influido con su problema en todos los aspectos del edificio.
P. Ha debido de ser duro para usted proponer el corte del edificio, ?no?
R.Mmm, no, porque he ido all¨ª varias veces y en un momento dado me di cuenta de que en t¨¦rminos arquitect¨®nicos era totalmente posible. Nunca he tenido la menor dificultad para imaginar las cosas de otra manera.
P. ?Usted no cree que, en Europa, la incorporaci¨®n de lo privado al ¨¢mbito de lo p¨²blico es la soluci¨®n?
R. Desde hace veinte a?os se utiliza este t¨¦rmino public-private partnership, pero cada vez m¨¢s se observa que se ha convertido en una oportunidad para que lo privado anteponga sus objetivos al bolsillo vac¨ªo de lo p¨²blico. No es que se haya convertido en una lucha, pero en estos veinte a?os las relaciones han sido bastante tensas, y ¨²nicamente en los ¨²ltimos diez a?os, lo p¨²blico ha comenzado a saber c¨®mo imponer sus propios intereses. Evidentemente es el camino l¨®gico, el problema es que se acumulan las indeterminaciones de los dos sectores. Y eso es lo que lo hace verdaderamente complejo, porque lo pol¨ªtico ya es inestable de por s¨ª, y si a eso se le a?ade la inestabilidad de lo privado... Hay que tener una concepci¨®n muy fuerte y una firme voluntad por las dos partes, para que la relaci¨®n se llegue a convertir en una verdadera colaboraci¨®n y yo no he tenido esa sensaci¨®n en C¨®rdoba.
P. Usted critica la artificialidad de Europa y la contrapone a la realidad de los pa¨ªses emergentes, en donde la espontaneidad genera una convivencia m¨¢s natural entre lo moderno y lo existente. Usted tiene tambi¨¦n la experiencia de Oporto, donde ha construido la Casa da Musica. ?No cree que los pa¨ªses del sur de Europa no han perdido a¨²n esa espontaneidad y pueden convivir mejor con la modernidad?
R. No me gusta generalizar. No veo necesariamente cosas en com¨²n entre los diferentes pa¨ªses del Sur. He intentado trabajar en Italia y nunca lo he conseguido; he tratado, insistentemente, de trabajar en Espa?a y s¨®lo ahora lo voy a conseguir en C¨®rdoba, a pesar de que lo persigo desde hace veinte a?os. Considero que este pa¨ªs, no es que sea reacio a lo que hacemos, pero es resistente en otros t¨¦rminos y es de dif¨ªcil acceso. Creo, sencillamente, que en Espa?a tienen una manera muy local de hacer las cosas y saben muy bien lo que necesitan. No les hacen falta las intervenciones extranjeras.
P. Nosotros creemos que Espa?a es todav¨ªa un pa¨ªs donde la convivencia entre lo viejo y lo nuevo es posible, y donde hay lugar para lo espont¨¢neo.
R. Quiz¨¢s sea verdad, pero no s¨¦ la raz¨®n. Puede que la modernizaci¨®n haya empezado m¨¢s tarde.
P. ?O que tal vez no haya empezado realmente?
R. Yo creo que se est¨¢ desarrollando, pero tal vez estos pa¨ªses est¨¦n m¨¢s contentos con ellos mismos. No estoy en absoluto de acuerdo con que en el Sur sean m¨¢s ingenuos y en el mundo anglosaj¨®n m¨¢s rigurosos.
Creo que cada proyecto tiene una ecolog¨ªa totalmente diferente y es muy raro que haya un proyecto que no requiera, por parte del arquitecto, un esfuerzo por defender su raz¨®n de ser. Creo que muy poca gente puede decir: "Yo voy a hacer esto en este tiempo, ?hag¨¢moslo!". Casi nadie. Creo que era m¨¢s frecuente en el pasado, pero tal vez esto sea tambi¨¦n una ilusi¨®n.
P. ?Usted cree que el proyecto de C¨®rdoba ser¨¢ un superviviente de la crisis?
R. Seg¨²n mi experiencia, todas las arquitecturas son supervivientes.
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