Pere Ribera i Ferran, un 'monsieur Rivi¨¨re' pedagogo
El personaje literario al que m¨¢s se parec¨ªa Pere Ribera i Ferran, fallecido en Barcelona el 16 de diciembre a los 94 a?os, es monsieur Rivi¨¨re, el protagonista de Vuelo nocturno, de Saint-Ex¨²pery. Despersonalizados por una concepci¨®n extrema de la responsabilidad, ambos estaban convencidos de que para abrir nuevos horizontes es necesario el sacrificio, de que los triunfos pesan como losas, de que el poder debe ser ejercido con el m¨ªnimo n¨²mero de concesiones. El director de una compa?¨ªa aeropostal de principios del siglo pasado y el director del mejor colegio de Barcelona (eso me dijo hace 10 a?os, por tel¨¦fono, al convocarme a una entrevista de trabajo) compart¨ªan, tambi¨¦n, la fe ciega en la capacidad transformadora de la comunicaci¨®n humana.
Pere Ribera i Ferran, nacido en 1915 en Ulldecona (Tarragona), s¨®lo ha sido una presencia -tan admirable como distante- en mi vida durante los a?os en que este pedagogo, ex profesor del Liceo Franc¨¦s de Barcelona y fundador de Aula Escola Europea, se ha ido extinguiendo. Pr¨¢cticamente hasta el final acudi¨®, con la m¨¢xima regularidad posible, a su despacho del colegio. Las ¨²ltimas veces, en silla de ruedas; durante algunos a?os, apoyado en un bast¨®n. Mientras la fuerza de su voz se iba atenuando, el brillo incisivo de sus ojos permaneci¨® intacto.
Profesor cult¨ªsimo
Algunas de las personas que, adem¨¢s de admirarlo, lo quisieron, me contaron que el se?or Ribera que conoc¨ª (que he conocido) no era m¨¢s que la sombra del se?or Ribera del siglo pasado (su siglo). Rivi¨¨re-el-Grande, Rivi¨¨re-el-Victorioso, que carga con su pesada victoria. No es dif¨ªcil imaginarlo: mente brillante, profesor cult¨ªsimo de historia del arte, lector voraz de intereses muy variados, l¨ªder nato con capacidad id¨¦ntica para la seducci¨®n y para la insolencia, visionario de la educaci¨®n multiling¨¹e, defensor a ultranza de la independencia.
Sobre todo, de la independencia respecto a las modas. Ribera i Ferran era absolutamente fiel a sus propios principios (al rigor, a la exigencia, al respeto, a la educaci¨®n del car¨¢cter, a la persecuci¨®n de la excelencia) y, por lo tanto, trat¨® de esquivar los condicionamientos de la ¨¦poca. Cuando en los a?os setenta se cuestion¨® la autoridad del docente y los padres comenzaron a querer ser amigos de sus hijos, Aula mantuvo el trato de usted a los profesores. Cuando llegaron el 11-S y el 11-M, lejos de la lectura apresurada y politizada, el se?or Ribera reuni¨® a profesores y a alumnos para hacer reflexiones de fondo: en un mundo tan cambiante se vuelve a¨²n m¨¢s imprescindible la necesidad de cultivar un esp¨ªritu cr¨ªtico, capaz de posicionarse con independencia entre las corrientes de opini¨®n.
El se?or Ribera no dej¨® ning¨²n legado escrito ni dict¨® por completo sus memorias ni sus ideas -por lo general, brillantes- sobre pedagog¨ªa, tal vez porque era una de esas infrecuentes personas tan eg¨®latra como generosa. Cuarenta y un a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, Aula Escola Europea sigue siendo un centro educativo sin ¨¢nimo de lucro, con ¨¢nimo experimental y con un alto nivel pedag¨®gico expresado en cuatro lenguas. Es obra suya. La gran herencia que deja a la ciudad de Barcelona.
Mientras la esposa del personaje piensa en "todo aquello a lo que hay que renunciar para poder conquistar", Saint-Ex¨²pery le hace decir a uno de los pilotos que el se?or Rivi¨¨re comanda: "Esta ciudad... ?me alejar¨¦ tan pronto de ella! Es bello partir de noche".
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