La beatificaci¨®n de P¨ªo XII enfrenta al Vaticano con Israel
Los rabinos exigen abrir el archivo para juzgar c¨®mo actu¨® ante el Holocausto
De forma inesperada, Benedicto XVI firm¨® el s¨¢bado el decreto que da luz verde a la beatificaci¨®n de P¨ªo XII, figura muy discutida por los jud¨ªos por su actuaci¨®n durante el Holocausto, y de paso aceler¨® el fren¨¦tico proceso de santificaci¨®n de Juan Pablo II. La conversi¨®n de P¨ªo XII en venerable ha soliviantado a los rabinos, que juzgan la decisi¨®n de Ratzinger como "insensible" y han mostrado su "dolor por las heridas reabiertas". Israel exigi¨® ayer de nuevo la apertura de los archivos vaticanos. Al considerar probadas las "virtudes heroicas" de ambos predecesores, el Papa contradice en parte su actitud prudente de hace un a?o, cuando decidi¨® echar el freno al proceso de canonizaci¨®n de Eugenio Pacelli, que hab¨ªa sido muy contestado.
Pero si Wojtila tiene ya su milagro preparado, y cientos m¨¢s en la lista de espera por si falla el de la monja francesa a la que cur¨® del Parkinson (con lo que podr¨ªa ser santo al a?o que viene), de momento P¨ªo XII s¨®lo tiene una relativa fama de taumaturgo lograda en los a?os cincuenta y sesenta.
El mensaje subrepticio en la firma del decreto de beatificaci¨®n de Pacelli parece ser, pues, no tanto religioso como pol¨ªtico: el Vaticano mantiene varias querellas con el Estado de Israel. La Santa Sede exige desde hace d¨¦cadas el mismo estatuto jur¨ªdico y fiscal que regulaba sus propiedades antes del nacimiento del Estado de Israel, y reclama la restituci¨®n definitiva de algunos bienes, como la Sala del Cen¨¢culo, hoy ocasional escenario de profanaciones.
En ninguna de las dos gestiones ha habido avances. Pero la gota que ha colmado la paciencia de Benedicto XVI, explican fuentes vaticanas, es la desaparici¨®n de los ¨²ltimos poblados cristianos de Tierra Santa, borrados por el avance de las excavadoras del Gobierno de Benjamin Netanyahu, considerado en Roma un fundamentalista anticat¨®lico. "Si P¨ªo XII es un mito negativo para los jud¨ªos, el Cen¨¢culo, la libertad de culto, la exenci¨®n fiscal y los ¨²ltimos pobladores cristianos de Palestina son s¨ªmbolos muy queridos para los cat¨®licos. S¨ªmbolo por s¨ªmbolo", explica Filippo di Giacomo, un analista vaticano. Hay otro motivo de descontento: el curso del conflicto palestino. Ayer, durante el ?ngelus, Ratzinger dej¨® ver de forma evidente su desencanto con la situaci¨®n pol¨ªtica en la zona, y lanz¨® un mensaje apenas velado de condena a Israel por la falta de avances en la "guerra no resuelta".
"La Navidad no es una f¨¢bula para ni?os", dijo Ratzinger, y como ejemplo puso la ciudad de Bel¨¦n, hoy cercada por el muro de hormig¨®n. "La ciudad donde naci¨® Jes¨²s no representa ya, desgraciadamente, una paz completa y estable, sino una paz fatigosamente buscada y esperada", afirm¨®. Y a?adi¨®: "Dios, en todo caso, no se resigna nunca".
Tras su viaje a Tierra Santa en febrero pasado, durante el cual el Papa transmiti¨® el plan de paz del entonces reci¨¦n elegido Barack Obama, todos esperaban avances. No los ha habido, y Ratzinger ha decidido que el tiempo de las contemplaciones ha expirado. A trav¨¦s de Ygal Palmor, portavoz del ministro de Exteriores, Israel dijo ayer que la canonizaci¨®n de P¨ªo XII "es un asunto interno de la Iglesia cat¨®lica" en el que "Israel no quiere interferir", aunque considera "vital que los historiadores valoren su actuaci¨®n frente al Holocausto" y que el Vaticano permita el acceso a los archivos. La bronca, parece, no ha hecho m¨¢s que empezar.
Mientras los jud¨ªos mantienen el retrato de P¨ªo XII en el museo del Holocausto, el Yad Vashem, como uno de los c¨®mplices del nazismo, Benedicto XVI lo colocar¨¢ en los altares de la Iglesia Cat¨®lica.
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