No pienso escribir esto
Si hoy no fuese 24 de diciembre, escribir¨ªa este art¨ªculo. Pero como lo es, Juan Urbano me ha pedido que no lo haga: "Hombre", dice, "si ya sabes que para m¨ª las navidades no son mucho m¨¢s que una suma de cu?ados y turr¨®n de Jijona en la que el orden de los factores no altera el producto, pero a¨²n as¨ª, no me parece el d¨ªa m¨¢s apropiado para hablar de la huelga del taxi, ?no?" Tal vez tenga raz¨®n, y por eso, en lugar de hacer este art¨ªculo nos ponemos a discutir sobre el origen de la palabra taxi, que ¨¦l sostiene que viene del griego, de la uni¨®n de t???, tasa, y ?t???, medida, y yo mantengo que sale de un apellido, que puede ser Tassis, el que usaba el Conde de Villamediana cuando trabaj¨® como Correo Mayor en la Corte de tiempos de Felipe III, o Thurn und Taxis, que era el de la arist¨®crata en cuyo palacio escribi¨® Rilke sus Eleg¨ªas de Duino. "?Anda ya!", me dice, "t¨², con tal de emparentarlo todo con un poema, eres capaz de decir que ciervo viene de Cervantes y garza de Garc¨ªa Lorca".
No hace falta ser un lince para comprender que el derecho a la huelga no incluye el chantaje
Pues igual tiene raz¨®n, porque a uno le gusta jugar con los significados de las cosas para intentar entender lo que ocurre alrededor, convencido de que el lenguaje y la realidad se parecen tanto que, igual que en la vida siempre hay m¨¢s rivales que victorias posibles, cada palabra tambi¨¦n tiene muchos contrarios, y por eso lo opuesto a "libertad" puede ser "esclavitud", "tiran¨ªa" o "sometimiento", pero tambi¨¦n "imposici¨®n", porque el que te pinta una raya delante de los pies te pone una mordaza. Y ah¨ª me paro, porque he prometido no escribir este art¨ªculo y si sigo esa l¨ªnea terminar¨¦ por regresar al asunto de los taxis y por decir que lo contrario de "huelga" es "piquete", y que no hace falta ser un lince para comprender que el derecho a la huelga no incluye la coacci¨®n, el chantaje, la amenaza, el boicoteo o el insulto, ni te autoriza, por ejemplo, a liarte a patadas con los que no secunden el paro que sea por el motivo que sea. Porque eso es lo que hac¨ªan estos d¨ªas los taxistas de Madrid, patear los coches de los compa?eros que intentaban trabajar, confundiendo de ese modo pedir justicia con tomarse la justicia por su pie.
Mi amigo Juan Urbano justifica el paro de los taxistas, porque dice que si ellos creen que la famosa Ley ?mnibus, y en concreto su art¨ªculo 21, les perjudica, por qu¨¦ no iban a manifestarse. Le digo que s¨ª, por supuesto, pero que protestar contra una reglamentaci¨®n que les perjudique no significa que puedan impedir que otros compa?eros piensen y act¨²en de otra forma; ni tampoco que puedan detener la ciudad, como si les perteneciese, que es lo que hicieron en el aeropuerto, montando barricadas y cortando el tr¨¢fico en la T-4; y en los intercambiadores o las estaciones de tren. O atascando la Puerta del Sol, y la plaza de Cibeles, y la de Col¨®n. "O sea", le digo, "no te preocupes porque te he regalado no escribir esta columna y no lo voy a hacer, pero esto es como lo de Berlusconi, que por muy mal que te caiga no puedes alegrarte de que le partan la cara, porque las cosas no se solucionan de ese modo, y porque la mejor manera posible de dejar de tener raz¨®n es perdi¨¦ndola a pu?etazos".
Le deseo una feliz Nochebuena a Juan Urbano, cuelgo el tel¨¦fono y me quedo pensando en ese tipo de actitudes violentas que avivan con toda seguridad ejemplos como el de la agresi¨®n salvaje a Berlusconi o, un paso m¨¢s all¨¢, el prendimiento de Sadam Hussein, capturado como un animal, we get him!, expuesto como un trofeo de caza en la televisi¨®n y ahorcado v¨ªa sat¨¦lite. Claro, si eso es lo que hace la democracia m¨¢s reputada del mundo, qu¨¦ van a hacer el resto de los ciudadanos del planeta, ?no creen? O sea, como aquello que dec¨ªan en una pel¨ªcula de Mel Brooks: "Hay que conseguir que el presidente se lo haga a su esposa, o de lo contrario se lo har¨¢ al pa¨ªs". Eso, pero sin gracia.
Pero, en fin, tengamos la fiesta en paz. No voy a escribir este art¨ªculo, sino otro en el que hable de la iluminaci¨®n navide?a y en el que les desee una noche maravillosa. Denme 10 minutos y me pongo con ello.
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