Porque Dios es poes¨ªa en la cual se cree
A mis 94 a?os he llegado a la conclusi¨®n de que todo tiene importancia y nada tiene importancia, porque la buena vida s¨®lo consiste en saber aprovecharse tanto de las cosas buenas como de las malas.
He aprendido esto de los grandes sabios antiguos, como P¨ªndaro, y de los modernos, como Ortega y Gasset: lo ¨²nico decisivo es ser lo que somos porque nuestra realidad, como toda realidad, siempre tiene algo de bueno. Tambi¨¦n el gran pensador franc¨¦s Andr¨¦ Maurois me ense?¨®, a fuerza de equivocarme, que "hay que tratar las cat¨¢strofes como molestias y jam¨¢s las molestias como cat¨¢strofes", porque, como afirmaba Tolstoi, "la felicidad no depende de acontecimientos externos, sino de c¨®mo los consideremos".
La religi¨®n en la que creo no es cosa de tristes gru?ones, sino ayuda mutua
Hoy es un d¨ªa especial para m¨ª porque de alg¨²n modo reu-nimos en esta mesa la labor de casi 100 a?os, por activa o por pasiva, y yo, que soy tan proclive a la sabidur¨ªa de Oriente, he acabado por aprender, mal que bien, lo que me ha descubierto y los hechos me han confirmado: "M¨¢s vale caminar bien que llegar".
Del mismo modo, tengo que decir que la religi¨®n, sin caer en maximalismos ni minimalismos, me ha ayudado mucho en los momentos dif¨ªciles. Sostengo que todo lo que has de creer, orar y practicar est¨¢ contenido en el Padre Nuestro. Y me inspiro en los disc¨ªpulos pr¨®ximos a Jes¨²s y en ese peque?o libro del siglo I, la Didaj¨¦, que se traduce por Ense?anza o Doctrina y que nos muestra que toda conducta positiva ha de basarse en la regla de oro: "No hagas a los dem¨¢s lo que no quieras para ti". Igualmente, el Pastor de Herm¨¢s nos dijo en el siglo II que "todo el que est¨¢ alegre obra bien y piensa bien".
La religi¨®n en la que creo no es cosa de tristes gru?ones, sino apertura y ayuda mutua, que siempre repercutir¨¢ en un mundo mejor, sea cual sea nuestro pensamiento: por eso, con el tiempo, mi fe se ha vuelto m¨¢s sencilla y m¨¢s dependiente de lo interior y de una conducta abierta a los dem¨¢s. Porque Dios, lejos de ser un amo exigente, es "poes¨ªa en la cual se cree".
Mis a?os, finalmente, se resumen en lo que debo a mi mujer, que colg¨® los h¨¢bitos cient¨ªficos para dedicarse a la educaci¨®n de nuestros hijos y, siempre mirando hacia la izquierda, ayudar a quien lo necesitase.
El te¨®logo Enrique Miret Magdalena falleci¨® el pasado 12 de octubre. Este texto es el que ley¨® a su familia durante su pen¨²ltimo cumplea?os, siguiendo una vieja costumbre que repet¨ªa a?o tras a?o. De alguna forma, es una s¨ªntesis de su manera de ver la vida y de entender el compromiso con los dem¨¢s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.