"Mal¨ª nos ha brindado toda su ayuda"
A cinco d¨ªas del inicio de la presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea, el pr¨®ximo 1 de enero, Miguel ?ngel Moratinos Cuyaub¨¦ (Madrid, 1951) no tiene tiempo para vacaciones. Los seis meses que se avecinan son los m¨¢s fren¨¦ticos de la diplomacia espa?ola en los ¨²ltimos a?os: bajo su responsabilidad est¨¢ la organizaci¨®n de m¨¢s de 2.500 reuniones, incluidas 14 cumbres de jefes de Estado y Gobierno.
Ayer, poco antes de regresar a Madrid para acompa?ar al presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a Chipre -¨²ltima etapa de su ronda de contactos con los l¨ªderes de los Veintisiete-, convers¨® telef¨®nicamente con EL PA?S. "Lo m¨¢s importante es la salida coordinada de la crisis econ¨®mica y establecer una estrategia de crecimiento sostenible de los pa¨ªses europeos en el horizonte de 2020", contesta cuando se le pregunta qu¨¦ le gustar¨ªa presentar como balance el 30 de junio de 2010, al t¨¦rmino de la presidencia que est¨¢ a punto de arrancar. "Y luego, a nivel personal", apostilla, como si de una carta a los Reyes Magos de Oriente se tratase, "me gustar¨ªa que, con el acuerdo de todas las partes, pudi¨¦semos reconocer al Estado palestino". ?En s¨®lo seis meses? "Es un poco justo", reconoce, en un rasgo de realismo, "pero vamos a trabajar por ello".
"El compromiso es que los cooperantes vuelvan cuanto antes sanos y salvos"
"Entendemos la actitud de firmeza de Argelia con Al Qaeda"
"No basta con que EE UU y China hablen. Europa debe hacerse o¨ªr"
"No pod¨ªamos devolver a Haidar en un avi¨®n en una especie de ping-pong"
"La imagen de Rajoy con los tomates en la mano es bastante pat¨¦tica"
"Obiang nos ha decepcionado. No ha cumplido su palabra"
Pregunta. ?En qu¨¦ se diferencia esta presidencia de las tres anteriores que ha tenido Espa?a? De la ¨²ltima, con Aznar, s¨®lo se recuerda su foto junto a Bush con los pies sobre la mesa...
Respuesta. ?sta es la presidencia de una nueva Europa, la del Tratado de Lisboa, la del siglo XXI, que quiere pesar y asumir sus responsabilidades en la gobernanza global. Es el arranque de una nueva etapa en el ya largo proceso de construcci¨®n europea y se produce en un momento de cambio de las reglas de juego de las relaciones internacionales. ?sa es la diferencia.
P. ?No est¨¢ la presidencia espa?ola devaluada por la aparici¨®n de las nuevas figuras institucionales de la Uni¨®n: el presidente permanente del Consejo [Van Rompuy] y la Alta Representante [Catherine Ashton]? ?No es frustrante para el ministro espa?ol no presidir las reuniones de sus colegas de Exteriores?
R. No est¨¢ ni mucho menos devaluada. Es otra responsabilidad. El gran desaf¨ªo es que seamos capaces de abrir camino a las nuevas instituciones. Personalmente no siento ninguna frustraci¨®n, voy a presidir los Consejos de Asuntos Generales, con una agenda bastante sustancial, y lo que vamos a hacer es apoyar a la Alta Representante para que pueda cumplir su nueva misi¨®n con todo el trabajo que la presidencia espa?ola ha ido preparando a lo largo del ¨²ltimo a?o. En las reuniones que he mantenido con la baronesa Asthon he podido comprobar su liderazgo y capacidad pol¨ªtica.
P. El Tratado de Lisboa sienta las bases de una pol¨ªtica exterior europea, pero ?no llega demasiado tarde? En la fallida cumbre de Copenhague contra el cambio clim¨¢tico parece haberse consolidado la idea del G-2: un mundo bipolar con EE UU y China como superpotencias.
R. Estamos en un momento de cambio de los equilibrios de poder en el mundo. De ah¨ª que la UE, con mayor raz¨®n, necesite dotarse de esa representaci¨®n ¨²nica, que le d¨¦ mayor presencia internacional. Habr¨¢ que trabajar para llegar a un G-3. No basta con que Estados Unidos y China hablen. La voz de Europa debe hacerse o¨ªr. Estamos decepcionados por los resultados de Copenhague, pero no vamos a cruzarnos de brazos. Bajo presidencia espa?ola, la UE va a seguir tirando del carro. Vamos a ejercer toda nuestra capacidad para alcanzar un acuerdo a la altura de lo que los europeos esperan.
P. La primera cumbre de la presidencia espa?ola de la UE ser¨¢ con Marruecos, el pr¨®ximo 8 de marzo en Granada. ?Vendr¨¢ el rey Mohamed VI?
R. Es una cumbre muy importante, con un gran valor simb¨®lico e hist¨®rico, porque ser¨¢ la primera cumbre que celebra Marruecos con la UE y todo lo que suponga anclar al norte de ?frica con Europa es positivo. A¨²n estamos trabajando en la agenda y esperamos que tenga una participaci¨®n al m¨¢s alto nivel.
P. Pese a sus buenas relaciones con Marruecos, Espa?a tuvo que recurrir a Francia y EE UU para resolver el caso Haidar.
R. Era un caso muy complicado y tuvimos que utilizar todas las capacidades diplom¨¢ticas y de influencia que tiene Espa?a tanto con Marruecos como con los actores que pod¨ªan llevar a una soluci¨®n satisfactoria del problema, que era lo que ped¨ªa la se?ora Haidar. A veces, en pol¨ªtica internacional, aunque uno tenga capacidad de interlocuci¨®n con una parte, al final hace falta el esfuerzo colectivo. Yo creo que hay que ponerlo en positivo, porque no se trata s¨®lo de este hecho sino de la soluci¨®n definitiva del problema del S¨¢hara Occidental y ah¨ª la ecuaci¨®n entre EE UU, Francia y Espa?a se va a poner de manifiesto en una nueva estrategia trilateral.
P. ?Fue una cesi¨®n admitir, en el comunicado que hizo p¨²blico el Gobierno tras el regreso de Haidar a El Aai¨²n, que la ley marroqu¨ª se aplica en el S¨¢hara?
R. No fue una cesi¨®n sino una constataci¨®n, como dec¨ªa el propio comunicado. Le podr¨ªamos preguntar a la se?ora Haidar si all¨ª se aplica o no la ley marroqu¨ª. Una cosa es constatar la realidad y otra es el estatuto del S¨¢hara Occidental, cuya definici¨®n corresponde a Naciones Unidas y nosotros compartimos.
P. ?No fue ingenuo el ministro de Asuntos Exteriores al aceptar que su hom¨®logo marroqu¨ª le endosara a la se?ora Haidar sin negarse a ello?
R. Yo rechac¨¦ esa expulsi¨®n, [pero] luego se llev¨® a cabo de facto y, cuando ya conocimos que la se?ora Haidar era expulsada, las autoridades de polic¨ªa actuaron correctamente aplicando la ley. No hab¨ªa otra alternativa. Las razones humanitarias llevaron tanto a la Polic¨ªa como al Gobierno a asumir esta situaci¨®n que hab¨ªamos rechazado y condenado cuando se me anunci¨® a m¨ª. No ha habido ninguna complicidad ni consulta pol¨ªtica, fue s¨®lo informaci¨®n que mi colega marroqu¨ª me traslad¨® ante un hecho ya consumado.
P. ?No pod¨ªa haberla metido de vuelta en el avi¨®n a El Aai¨²n?
R. No se plante¨®, porque una vez que entr¨® en territorio nacional, con permiso de residencia, no lo permit¨ªa la normativa. La propia instancia judicial fue clara: era enviarla en una especie de ping-pong de un pa¨ªs a otro.
P. El PP acusa al Gobierno de mentir por no haber informado de esa conversaci¨®n suya con el ministro marroqu¨ª y de sacrificar los intereses de los agricultores espa?oles en el acuerdo con la UE que coincidi¨® con el desenlace del caso Haidar.
R. Se miente cuando se niega la realidad y yo en sede parlamentaria narr¨¦ toda la verdad. No se ha mentido en ning¨²n momento. Al contrario, se ha actuado siempre de buena fe y con voluntad de resolver el problema. Respecto a la imagen del se?or Rajoy con los tomates... es bastante pat¨¦tica. El PP, cuando era Gobierno, negoci¨® una serie de contingentes arancelarios para los productos agr¨ªcolas marroqu¨ªes. Lo que ha habido ahora es la conclusi¨®n de un largo proceso de negociaci¨®n en el que se han defendido los intereses agrarios espa?oles sin ninguna relaci¨®n con el caso Haidar.
P. ?Ha hablado con las familias de los tres cooperantes catalanes secuestrados en Mauritania el 29 de noviembre?
R. Habl¨¦ el d¨ªa de Navidad. Les traslad¨¦ mi solidaridad y mi compromiso para ayudar, como est¨¢ haciendo el Gobierno, a encontrar una soluci¨®n r¨¢pida, lo m¨¢s r¨¢pida posible, aunque sabemos que estos secuestros son complicados.
P. ?C¨®mo los ha encontrado?
R. Satisfechos con el trabajo que est¨¢ haciendo el Gobierno, muy unidos y esperanzados en que todo se resuelva con rapidez, aunque l¨®gicamente es un momento dif¨ªcil para todos.
P. Pese al dramatismo de la situaci¨®n, ?est¨¢ satisfecho ahora de haber desarrollado en los ¨²ltimos a?os las relaciones con pa¨ªses como Mal¨ª de los que Espa?a estaba pr¨¢cticamente ausente?
R. Es indudable que la nueva pol¨ªtica espa?ola en ?frica nos ha permitido contar con una mayor capacidad de interlocuci¨®n. Afortunada o desgraciadamente, seg¨²n se mire, mi colega italiano est¨¢ agradecido de que le brindemos una base de apoyo, ya que Italia [con dos ciudadanos secuestrados por Al Qaeda] carece de embajada en Mauritania o Mal¨ª, donde nosotros la inauguramos hace tres a?os.
P. ?Qu¨¦ actitud ha encontrado en el presidente maliense?
R. El presidente Tour¨¦ tiene muy buena relaci¨®n con Espa?a y est¨¢ muy satisfecho de la cooperaci¨®n espa?ola. En los contactos que hemos tenido con ¨¦l nos ha brindado toda su ayuda, pero prefiero mantener la discreci¨®n y no desvelar el contenido ni las gestiones que estamos realizando con los distintos interlocutores para este caso.
P. El presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, visitar¨¢ Madrid pr¨®ximamente.
R. Vamos a tener a principios de a?o una reuni¨®n de alto nivel con Argelia y no me cabe duda de que la seguridad en el Sahel [franja sur del Sahara] ser¨¢ uno de los componentes esenciales de las conversaciones.
P. Argelia, que es uno de los pa¨ªses que m¨¢s sufre el azote del yihadismo, quiere que la ONU proh¨ªba el pago de rescates por la liberaci¨®n de rehenes.
R. Argelia ha sufrido durante d¨¦cadas el azote del terrorismo yihadista; a veces, ante la incomprensi¨®n de la comunidad internacional. Pero Espa?a, que tambi¨¦n ha sufrido el terrorismo de Al Qaeda, comprende perfectamente la actitud de firmeza que las autoridades argelinas mantienen en todas sus actuaciones.
P. ?Y ellos pueden entender que la prioridad para la sociedad espa?ola sea salvar la vida de sus tres compatriotas?
R. Claro, tienen que entenderlo. Para el Gobierno y para toda la sociedad nuestro compromiso es que los cooperantes vuelvan sanos y salvos y eso es lo que vamos a hacer buscando toda capacidad de negociaci¨®n y de soluci¨®n del problema.
P. Uno de los hitos de la presidencia espa?ola de la UE ser¨¢ la cumbre de la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo en junio en Barcelona. ?No teme un fiasco como en 1995, cuando apenas acudieron l¨ªderes a la capital catalana?
R. Es un reto dif¨ªcil, pero nos quedan seis meses para prepararla adecuadamente. Es cierto que para garantizar el ¨¦xito de la cumbre hay que iniciar una nueva din¨¢mica de paz en Oriente Pr¨®ximo y a ello nos vamos a dedicar en los primeros meses de 2010. Todos los actores, desde Mubarak a El Assad o Netanyahu han mostrado inter¨¦s por estar en Barcelona, pero tenemos que lograr una atm¨®sfera que permita que los proyectos puedan desarrollarse. Lo prioritario ahora es poner en marcha el Secretariado de la UPM en Barcelona y en enero vamos a celebrar una reuni¨®n en El Cairo para desbloquear el proceso.
P. El PP ha pactado con el Gobierno los objetivos de la presidencia espa?ola de la UE, pero se opone a su idea de modificar la posici¨®n com¨²n sobre Cuba, por creer que el r¨¦gimen castrista no ha dado pasos que lo justifiquen. Tambi¨¦n algunos gobiernos, como el alem¨¢n, ponen reparos. ?A¨²n as¨ª espera lograrlo?
R. No lo tenemos garantizado, pero lo vamos a intentar. En anteriores ocasiones hemos movido al conjunto de la UE, tras explicar nuestros objetivos y razonamientos, y queremos hacerlo tambi¨¦n en esta ocasi¨®n. Vamos a ver c¨®mo reaccionan los estados miembros.
P. Cuba ayudar¨ªa, si hiciera alg¨²n gesto...
R. Todos debemos ayudar. Cuba vive una situaci¨®n econ¨®mica y social muy dif¨ªcil y necesita una buena relaci¨®n con la UE. Y los europeos debemos estar m¨¢s presentes en la isla en este momento de reformas.
P. ?Qui¨¦n representar¨¢ a Espa?a en la toma de posesi¨®n del nuevo presidente de Honduras?
R. Depender¨¢ de c¨®mo evolucione de aqu¨ª al 27 de enero la situaci¨®n pol¨ªtica hondure?a. Hemos tomado nota de las elecciones, pero no podemos admitir que haya un presidente golpista, el se?or Micheletti, en la entrega de la banda presidencial.
P. El hecho de que Espa?a no reconozca la independencia de Kosovo ?no es un problema?
R. No. Ya hemos dicho que actuaremos con esp¨ªritu constructivo, asumiendo que la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos han reconocido la declaraci¨®n unilateral de independencia, pero buscando los dos elementos vertebradores de nuestra posici¨®n: la estabilidad de los Balcanes y la perspectiva europea de todos los pa¨ªses de la regi¨®n.
P. Su viaje de julio pasado a Guinea Ecuatorial suscit¨® muchas expectativas, pero al final Obiang no permiti¨® la presencia de observadores en las elecciones del pasado 29 de noviembre, que gan¨® de modo arrollador.
R. Es una decepci¨®n. El presidente Obiang no cumpli¨® con su palabra y ¨¦l asumir¨¢ las razones de por qu¨¦ no lo ha hecho. Desde luego, para el Gobierno espa?ol no era lo que esper¨¢bamos despu¨¦s de [haber mostrado] una voluntad de ayuda y cooperaci¨®n. Fue un error no permitir que hubiese observadores espa?oles y tampoco presencia de los medios informativos.
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