"La mejor terapia contra el dolor de la guerra es hablar"
La cita no pod¨ªa ser m¨¢s navide?a: d¨ªa 24 de diciembre en la plaza del pesebre en Bel¨¦n, pero el motivo del encuentro con Erik Fosse no puede ser menos festivo. Este cirujano noruego de 59 a?os fue uno de los dos m¨¦dicos extranjeros que lograron entrar en la franja de Gaza durante la ofensiva israel¨ª de enero pasado donde oper¨® d¨ªa y noche sin apenas descanso y vio escenas muy dif¨ªciles de procesar, incluso para un veterano en conflictos armados como ¨¦l.
Logramos sortear la marea de peregrinos, pol¨ªticos y boy scouts que desfilan por Bel¨¦n en estas fechas y nos sentamos en uno de los restaurantes de la plaza. All¨ª habla Fosse de su experiencia de Gaza, que poco o m¨¢s bien nada se parece a su vida en Oslo, donde dirige el departamento de Innovaci¨®n en Cirug¨ªa Cardiovascular del principal hospital de la capital noruega. "Lo t¨ªpico es que te deprimas cuando vuelves, porque has visto a mucha gente morir. Fue imposible salvar a todos. Vi a muchos morir porque no hab¨ªa camas suficientes, manos suficientes. Cerca de un tercio de los pacientes eran ni?os...". Unos 1.400 palestinos murieron; la mayor¨ªa civiles, seg¨²n la organizaci¨®n israel¨ª de derechos humanos B' Tselem.
El cirujano fue uno de los dos m¨¦dicos extranjeros que entr¨® en Gaza en enero
Llega el shawarma de cordero envuelto en pan de pita y la t¨ªpica ensalada ¨¢rabe con pan frito, pero cinco minutos de conversaci¨®n han sido suficientes para perder el apetito. Fosse habla y habla durante m¨¢s de media hora mientras marea a ratos la comida con el tenedor. "La mejor terapia es hablar, sacarlo fuera, por eso escrib¨ª el libro y por eso esta vez no ha sido tan traum¨¢tica como otras". Se refiere a Ojos en Gaza, el libro firmado por Fosse y su compa?ero Mads Gilbert, los dos m¨¦dicos cuyos rostros se colaron aquellos d¨ªas en los hogares de medio mundo a trav¨¦s de la televisi¨®n. En ¨¦l, con texto y fotograf¨ªas describen con dolorosa minuciosidad qu¨¦ pas¨® en el hospital Shifa de Gaza. Fue publicado hace apenas un par de meses y ya se ha convertido en un best seller en su pa¨ªs. La traducci¨®n al ingl¨¦s, al ¨¢rabe, al italiano y al finland¨¦s est¨¢n en capilla.
Fosse y Gilbert lograron entrar en la franja de Gaza en plena guerra gracias a la cabezoner¨ªa de la diplomacia noruega que pele¨® duro para que sus doctores pudieran burlar el cerco. Israel prohibi¨® la entrada a los reporteros durante los 22 d¨ªas que dur¨® el conflicto y los m¨¦dicos se convirtieron en una fuente de informaci¨®n muy ¨²til. Ellos sab¨ªan cu¨¢ntos civiles y cu¨¢ntos milicianos llegaban al hospital, qu¨¦ tipo de heridas ten¨ªan las v¨ªctimas y por tanto qu¨¦ tipo de armas utiliz¨® el Ej¨¦rcito israel¨ª... "Enseguida nos dimos cuenta de que los enfermos ven¨ªan con heridas producidas con armas muy sofisticadas, muy precisas, disparadas desde los aviones no tripulados", contin¨²a Fosse.
Poco a poco, la comida va desapareciendo, pero no queda ni tiempo ni ganas para tomar postre ni caf¨¦. Ma?ana, cuando se cumple un a?o de la ofensiva, se va a Gaza a supervisar los proyectos de su organizaci¨®n y a abrazar a sus amigos, los doctores palestinos con los que trabaj¨® codo con codo durante la guerra y para los que s¨®lo tiene buenas palabras. "Ellos son los verdaderos h¨¦roes. Son los que se quedan all¨ª, los que no pueden salir, los que han perdido a miembros de su familia. Pero es curioso, durante la guerra todas las televisiones quer¨ªan hablar con nosotros, los occidentales. Lo que dice el hombre blanco siempre es m¨¢s importante", dice con iron¨ªa.
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