Clausurado el ¨²ltimo reactor de la era de Chern¨®bil en la UE
Lituania se vuelve m¨¢s dependiente del gas ruso tras el cierre de la planta
Lituania se qued¨® ayer hu¨¦rfana de la central de Ignalina, su ¨²nica planta nuclear, cuyo reactor de fabricaci¨®n sovi¨¦tica RBMK 1500 -de la generaci¨®n de Chern¨®bil- proporcionaba un 70% de la energ¨ªa el¨¦ctrica consumida en el pa¨ªs b¨¢ltico. Vilna cerr¨® la central el 31 de diciembre en cumplimiento de un compromiso asumido a principios de la pasada d¨¦cada con la Uni¨®n Europea por razones de seguridad. Bruselas exigi¨® el cierre como condici¨®n para la adhesi¨®n lituana al club europeo, materializada en 2004.
La central de Ignalina era la ¨²ltima todav¨ªa activa en el territorio de la UE de la inquietante generaci¨®n de Chern¨®bil. Su reactor carec¨ªa adem¨¢s de estructura de aislamiento. Otros reactores de ese modelo siguen sin embargo activos en Rusia.
La central nuclear cubr¨ªa el 70% del consumo el¨¦ctrico del pa¨ªs b¨¢ltico
El ¨²ltimo vatio que sali¨® de la central decret¨® el fin de la independencia el¨¦ctrica de Lituania, que ahora pasa a depender del gas ruso. Las insuficientes conexiones con el resto de Europa y los retrasos en poner en marcha la construcci¨®n de una nueva central nuclear dejan abierta una sola v¨ªa posible para el abastecimiento del pa¨ªs b¨¢ltico: los gasoductos que, a trav¨¦s de Bielorrusia, conectan Vilna con Mosc¨². Esta situaci¨®n supone un nuevo y serio elemento de posible tensi¨®n en las ya conflictivas relaciones con Rusia de las rep¨²blicas b¨¢lticas. El cierre de la central, que garantizaba abastecimiento el¨¦ctrico a precios muy bajos, comportar¨¢ un sensible aumento de la factura energ¨¦tica, precisamente cuando Lituania sufre una grave recesi¨®n. El retroceso del PIB en 2009 superar¨¢ el 15%, el m¨¢s acentuado del mundo seg¨²n previsiones del FMI. El paro aflige al pa¨ªs b¨¢ltico con una tasa superior al 14%. El espantoso d¨¦ficit del Estado ha obligado el Gobierno a recortar las prestaciones sociales.
La UE ha previsto ayudas por un valor de 1.300 millones de euros (unos dos tercios ya desembolsados) para facilitar la transici¨®n energ¨¦tica, pero su empleo por parte de las autoridades lituanas no ha cambiado la inquietante nueva realidad de fondo: la nueva dependencia de Mosc¨².
El temor a que se reproduzcan crisis energ¨¦ticas al estilo ucranio es tangible, aunque Lituania cuenta con una ventaja espec¨ªfica que diluye la amenaza: los gasoductos que la abastecen prosiguen su recorrido hacia el enclave ruso de Kaliningrado. Un corte repentino a Vilna es por ello m¨¢s improbable que uno a Kiev, porque pondr¨ªa en peligro el suministro al enclave de Rusia.
El cierre se materializa en un momento de nuevos altibajos en la relaci¨®n con el gran vecino. Los pa¨ªses b¨¢lticos insisten en estos meses en que la OTAN se dote de un plan de defensa militar detallado para la zona del que la Alianza todav¨ªa carece. Unas recientes maniobras conjuntas de las fuerzas armadas rusas y bielorrusas cerca de la frontera estonia han mostrado la complejidad de la petici¨®n b¨¢ltica, que se enfrenta a serias resistencias de varios aliados europeos.
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