20 d¨ªas en prisi¨®n, primera visita
Greenpeace denuncia el "desproporcionado" encarcelamiento de sus activistas en Dinamarca - El jefe espa?ol de la ONG recibe hoy a su familia
Greenpeace intensific¨® ayer su campa?a de presi¨®n para pedir la liberaci¨®n de los cuatro activistas que contin¨²an en prisi¨®n preventiva en Copenhague desde la cumbre del clima, entre ellos, el director ejecutivo de la oficina espa?ola, Juan L¨®pez de Uralde. A s¨®lo dos d¨ªas de la vista judicial en la que el pr¨®ximo 7 de enero debe decidirse si siguen o no en la c¨¢rcel, Kumi Naidoo, director de Greenpeace Internacional, viaj¨® hasta Madrid para reunirse con un consejero de la embajada de Dinamarca y denunciar lo que considera una respuesta desmedida a la protesta pac¨ªfica que realizaron: colarse en la cena de gala que ofrec¨ªa la reina Margarita II para los jefes de Estado en el Palacio de Christiansborg y mostrar una pancarta que dec¨ªa Los pol¨ªticos hablan, los l¨ªderes act¨²an.
Los cuatro activistas se encuentran encarcelados desde el pasado 17 de diciembre en la prisi¨®n de Vestre Faengsel sin que todav¨ªa hayan sido imputados, separados en celdas, sin comunicaci¨®n con sus familiares durante todo este tiempo y s¨®lo con acceso a la CNN y a los medios de comunicaci¨®n en dan¨¦s. El jefe espa?ol de Greenpace recibir¨¢ hoy su primera visita en 20 d¨ªas: su mujer y su hermano.
"Esta situaci¨®n me recuerda a cuando en la ¨¦poca del movimiento antiapartheid la polic¨ªa entraba en las casas para realizar detenciones preventivas. Las detenciones preventivas son en realidad una detenci¨®n sin juicio y eso vulnera los derechos humanos, en especial en este caso con una detenci¨®n durante tanto tiempo", insisti¨® ayer el surafricano Naido. "Durante los movimientos antiapartheid en Sur¨¢frica ten¨ªamos un lema: Cargos o libertad. Es desproporcionado, sin sentido y carente de sensibilidad que durante todos estos d¨ªas, especialmente siendo las fiestas navide?as, no se les haya permitido ninguna visita de sus familiares".
Adem¨¢s del espa?ol L¨®pez de Uralde, que fue detenido en la cena de gala cuando entr¨® vestido de etiqueta en calidad de "Jefe de Estado de Greenpeace en nombre de la Madre Tierra" (como, seg¨²n ha asegurado la organizaci¨®n ecologista, indicaba el cartel del parabrisas de su limusina), tambi¨¦n permanecen encarcelados la noruega Nora Christiansen, que actu¨® como su esposa; el suizo Christian Schmutz, que desempe?¨® el papel de guardaespaldas; y el holand¨¦s Joris Thijssen, responsable de Cambio Clim¨¢tico de Greenpeace Internacional, detenido un d¨ªa despu¨¦s. S¨®lo pueden verse entre ellos unos pocos ratos en el patio de la c¨¢rcel, momentos que aprovechan para que Christiansen, la ¨²nica que habla dan¨¦s, les cuente lo que dicen los medios de comunicaci¨®n del pa¨ªs.
Tambi¨¦n ha sido la ecologista noruega la ¨²nica que ha podido recibir la visita de su familia y hoy martes se espera que sea L¨®pez de Uralde quien vea y hable por primera vez con sus m¨¢s cercanos. Todo lo que se sabe del director de Greenpeace Espa?a viene de los abogados. ?stos aseguran que se encuentra bien, aunque muy enfadado y combativo por el trato recibido.
"Dinamarca es un Estado de derecho y ahora hay que esperar el proceso legal, la cuesti¨®n es que estos activistas entraron ilegalmente en el palacio donde estaban todos los jefes de Estado", comenta a su vez Morten Hansen, el consejero de la embajada de Dinamarca en Madrid que recibi¨® a Greenpeace.
Tres posibles delitos
La polic¨ªa danesa solicit¨® la prisi¨®n preventiva de los cuatro activistas y la justific¨® por el riesgo de fuga o de destrucci¨®n de pruebas, algo que Greenpeace considera absurdo, ya que la ONG jam¨¢s ha eludido un juicio, asegura un portavoz. Mientras, los agentes investigan para acusarles de tres posibles delitos:
- Suplantaci¨®n de un cargo p¨²blico, con una pena de dos a tres meses de prisi¨®n.
- Falsificaci¨®n de matr¨ªcula diplom¨¢tica, de dos a tres meses.
- Allanamiento de morada con la agravante de que se trata de una sede de la Corona de Dinamarca y estaba la Reina. En este caso se enfrenta a una pena de hasta seis a?os.
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