Al Qaeda tambi¨¦n nos desnuda
Los esc¨¢neres corporales en los aeropuertos afectan a la intimidad y son de una eficacia discutible - ?Otra sobrerreacci¨®n improvisada?
El fallido intento del frustrado terrorista suicida Umar Farouk Abdulmutallab de hacer explotar en el aire un avi¨®n de Northwest Airlines poco antes de su aterrizaje en Detroit el d¨ªa de Navidad ha tenido una primera consecuencia: ha impulsado a varios pa¨ªses a introducir en sus aeropuertos un pol¨¦mico sistema de escaneado corporal que en teor¨ªa permite localizar sustancias no met¨¢licas que no pueden ser detectadas por los esc¨¢neres tradicionales.
Este tipo de esc¨¢neres, que generan una imagen en tres dimensiones del cuerpo de la persona que se somete a ¨¦l est¨¢ ya siendo utilizado en 19 aeropuertos de Estados Unidos. Holanda, Reino Unido y Nigeria han anunciado la inmediata introducci¨®n de ese tipo de controles. Alemania prefiere esperar hasta conocer los resultados de las pruebas que se van a poner en pr¨¢ctica. En pa¨ªses como Suiza, aunque el Gobierno recela de ellos, las autoridades aeroportuarias los ven con buenos ojos y los expertos creen que, si acaban imponi¨¦ndose en el conjunto de la UE, acabar¨¢n llegando tambi¨¦n a Suiza, cuyo aeropuerto de Z¨²rich es uno de los m¨¢s importantes nudos europeos de conexiones intercontinentales, en un plazo de entre dos y cinco a?os.
Los partidarios del esc¨¢ner aseguran que el desnudo es un mal menor
No son 100% fiables, pero representan una mejora de los actuales controles
El precio ronda los 100.00 euros. Los tradicionales cuestan 5.500
Tras la bomba de Lockerbie aument¨® el control del equipaje facturado
"Es improbable que detecten explosivos de Al Qaeda", dice un experto
La Euroc¨¢mara vot¨® en 2008 contra el uso de esta tecnolog¨ªa
Este tipo de controles suscitan, sin embargo, divisi¨®n de opiniones. Algunos expertos los creen muy ¨²tiles para detectar explosivos pl¨¢sticos o l¨ªquidos que se escapan a los detectores de metales. Otros cuestionan esa capacidad. Y, por encima de todo, han abierto tambi¨¦n un debate sobre las consecuencias de someter a los viajeros a un control que de hecho significa exponerles virtualmente desnudos ante los ojos de las personas encargadas de ver las im¨¢genes generadas por la m¨¢quina.
En estos momentos hay unos 40 esc¨¢neres de ese tipo en 19 aeropuertos norteamericanos, entre ellos el John Fitzgerald Kennedy de Nueva York y el Internacional de Los ?ngeles. Antes de final de a?o, la agencia gubernamental encargada de la seguridad aeroportuaria instalar¨¢ otros 150 aparatos para incrementar la seguridad y reducir el n¨²mero de registros personales exhaustivos.
Hasta la fecha, el Gobierno norteamericano sol¨ªa adquirir aparatos que funcionan con una tecnolog¨ªa conocida como "onda milim¨¦trica", seg¨²n la cual dos peque?as antenas rotan alrededor del cuerpo y crean una imagen tridimensional del mismo. En la copia que aparece en la pantalla del agente de inmigraci¨®n, la cara queda difuminada para proteger la intimidad del pasajero. Los nuevos esc¨¢neres, de tecnolog¨ªa backscatter, ofrecen im¨¢genes m¨¢s detalladas. Su apariencia es la de dos armarios colocados uno frente a otro. Son, en realidad, dos generadores de rayos X de baja intensidad que crean dos im¨¢genes tridimensionales, de la parte frontal y la parte trasera del viajero. La imagen resultante es m¨¢s n¨ªtida que la de la tecnolog¨ªa mencionada anteriormente.
Hoy por hoy, los escaneados integrales son voluntarios en Estados Unidos. Cuando los agentes de polic¨ªa fronteriza consideran que el pasajero debe someterse a un escrutinio mayor que el de los detectores de metales, le ofrecen dos opciones: el esc¨¢ner de cuerpo completo o un cacheo personal pormenorizado. Las personas con pr¨®tesis de metal, por ejemplo, ya se someten a esa ¨ªndole de registros: un agente de su mismo g¨¦nero les palpa brazos y rodillas y puede exigirles que muestren partes de su cuerpo para demostrar que no esconden sustancias o materiales potencialmente peligrosos.
Los esc¨¢neres de cuerpo completo que est¨¢n en funcionamiento en EE UU son del tama?o y tienen la apariencia de una cabina de bronceado. El pasajero entra en ellos y una serie de paneles emiten ondas electromagn¨¦ticas de muy baja intensidad, que atraviesan tejidos comunes como el algod¨®n o el poli¨¦ster, pero que rebotan sobre la piel. Nada queda oculto. En medio minuto, el viajero -con sus intimidades, sus cicatrices, sus ap¨¦ndices y pr¨®tesis- queda al desnudo.
?sa es la gran preocupaci¨®n de numerosas asociaciones ciudadanas, que consideran que el individuo pierde toda su intimidad. "Los esc¨¢neres de cuerpo completo representan una seria amenaza a la intimidad personal y son claramente inefectivos", dijo la Asociaci¨®n de Libertades Civiles de Am¨¦rica en un comunicado. "Los explosivos pl¨¢sticos se pueden esconder de ellos del mismo modo que se pueden esconder explosivos guardados en diversas oquedades corporales, algo que Al Qaeda ense?a como m¨¦todo para cometer ataques".
Los agentes que controlan las m¨¢quinas no entran en contacto con los pasajeros. De hecho, ni siquiera les ven. Se hallan en una habitaci¨®n separada, frente a las pantallas de los ordenadores desde los que ejecutan los escaneados. Si no ven nada sospechoso, pulsan un bot¨®n que indica a otros agentes que el pasajero no supone ninguna amenaza. Si ven algo sospechoso, piden refuerzos y avisan al agente que se encuentra junto al pasajero.
Tanto algunos expertos como el Gobierno de EE UU aseguran que un esc¨¢ner como esos habr¨ªa impedido al terrorista Umar Farouk Abdulmutallab subirse al avi¨®n con destino a Detroit que ten¨ªa intenci¨®n de abatir. Tras aquel incidente, la Casa Blanca se ha apresurado a recordar que la agencia de seguridad aeroportuaria dispone de dinero para comprar 300 esc¨¢neres integrales m¨¢s y que la p¨¦rdida de intimidad puede ser un mal menor necesario en la gran lucha contra el terrorismo.
En Europa, las posiciones son m¨¢s matizadas. El primer ministro brit¨¢nico, Gordon Brown, que el domingo dio la luz verde para instalar de forma gradual ese tipo de esc¨¢neres en Reino Unido, admiti¨® que no son 100% fiables pero subray¨® que su uso significa una mejora respecto a los controles actuales.
Tras la luz verde del Gobierno, BAA, el mayor gestor de aeropuertos brit¨¢nicos y que ha estado probando esos esc¨¢neres en Heathrow entre 2004 y 2008, ha anunciado su introducci¨®n en ese aeropuerto "en cuanto sea pr¨¢cticamente posible". "Nuestra visi¨®n es que una combinaci¨®n de tecnolog¨ªa, inteligencia y el estudio del perfil de los pasajeros ayudar¨¢ a construir una defensa m¨¢s robusta contra la impredecible y cambiante naturaleza de la amenaza terrorista a la aviaci¨®n".
Estos esc¨¢neres, que tambi¨¦n se han probado en el aeropuerto de Manchester, cuestan entre 90.000 y 112.000 euros por unidad, frente a los 5.500 que cuestan los tradicionales para detectar objetos met¨¢licos. Probablemente, un factor que ha contribuido a a?adir dudas a la hora de generalizar su uso.
Las dudas han desaparecido con el intento de atentado de Detroit. La precipitaci¨®n con la que brit¨¢nicos y holandeses han decidido ahora recurrir a ellos ha alarmado a algunos cr¨ªticos, que creen que los Gobiernos se limitan a reaccionar siempre en una direcci¨®n en funci¨®n de la amenaza del momento en lugar de planificar estrategias de conjunto frente a la amenaza que el terrorismo supone para la seguridad a¨¦rea.
"Tras la bomba de Lockerbie se aument¨® el control en el equipaje facturado. Tras el 11-S se puso el acento en aislar la cabina de los pilotos. Luego en los l¨ªquidos. Ahora, de repente, hay una nueva amenaza. Hay que tener presente que ning¨²n esc¨¢ner es capaz de detectar todas las amenazas de todos los pasajeros", sostiene en el diario londinense The Guardian Philip Baum, un experto en seguridad a¨¦rea.
La ventaja de los esc¨¢neres por ondas es que "tienen una gama de usos m¨¢s amplia y son m¨¢s r¨¢pidos e inocuos para el pasajero", sostiene Ben Wallace, un diputado del Partido Conservador en Westminster que antes de entrar en el Parlamento estuvo en el Ej¨¦rcito y luego trabaj¨® para la firma de defensa QinetiQ. "Pero, y es un gran pero, de acuerdo con todas las pruebas que hemos realizado es improbable que puedan detectar los explosivos que actualmente est¨¢ utilizando Al Qaeda", afirm¨® en declaraciones al programa Today de BBC Radio 4. "Probablemente tampoco habr¨ªan detectado el complot con l¨ªquidos que hubo en 2006 en Heathrow ni las bombas utilizadas en el metro de Londres porque no es f¨¢cil detectar l¨ªquidos y pl¨¢sticos salvo que sean muy s¨®lidos", a?adi¨®.
De hecho, lo que hace el esc¨¢ner es construir una r¨¦plica en tres dimensiones del cuerpo humano, lo que permite al controlador detectar sustancias adosadas al cuerpo humano. De ah¨ª la importancia de que ese controlador pueda ver al pasajero al desnudo.
Pero eso, precisamente, es una de las cuestiones que m¨¢s preocupan a los cr¨ªticos de ese sistema: la necesidad de desnudar, aunque sea virtualmente al pasajero. "Estas m¨¢quinas no pueden decir qu¨¦ objetos se esconden debajo de la ropa o dentro de la ropa", sostiene Simon Davies, director de Privacy International. "S¨®lo pueden detectar irregularidades".
"Esa tecnolog¨ªa plantea muchas cuestiones preocupantes. En primer lugar, los esc¨¢neres fabrican im¨¢genes sorprendentemente gr¨¢ficas de los cuerpos de los pasajeros. Esas im¨¢genes revelan no s¨®lo nuestras partes privadas sino detalles m¨¦dicos ¨ªntimos como bolsas de colostom¨ªa. Ese examen tan detallado conduce a un significativo -y para mucha gente humillante- asalto a la dignidad esencial de los pasajeros que los ciudadanos de una naci¨®n libre no deber¨ªan tolerar", opina Privacy International.
"El despliegue de esa tecnolog¨ªa se ha parado recientemente en el aeropuerto de Manchester (Reino Unido) porque los esc¨¢neres violaban las leyes de protecci¨®n de los ni?os al desnudar electr¨®nicamente a ni?os y j¨®venes. Y ha habido llamamientos del Parlamento Europeo para prohibir el uso de esa tecnolog¨ªa", a?ade esta organizaci¨®n. La Euroc¨¢mara vot¨® en 2008 contra el uso de esos esc¨¢neres, aunque la Comisi¨®n Europea puede dar permisos para su uso.
Liberty, rama brit¨¢nica de la Asociaci¨®n de Libertades Civiles de Am¨¦rica, comulga con esas reticencias. Aunque reconoce la necesidad de reforzar los controles en los aeropuertos, sostiene que "para ser efectiva, la respuesta al terrorismo tiene que ser proporcionada y respetuosa de los valores de los derechos humanos y la dignidad, privacidad e igualdad de trato, algo que los Gobiernos a ambos lados del Atl¨¢ntico tienden a olvidar con demasiada facilidad".
Detr¨¢s de esas palabras se esconde un aviso contra la t¨¦cnica sugerida por quienes creen que los esc¨¢neres no son eficaces y defienden que los controles han de ser selectivos y centrarse en las personas sospechosas. El problema es decidir qui¨¦n es sospechoso. Con el acento puesto en el terrorismo islamista, los defensores de las libertades civiles temen que los musulmanes, y en general la poblaci¨®n de tez oscura, se conviertan en el objetivo casi ¨²nico de los controles. Pero, ?c¨®mo se sabe si un blanco es o no musulm¨¢n si trata de evitar parecerlo?
Los defensores de esas t¨¦cnicas de criba sostienen que no se trata tanto de juzgar por la apariencia f¨ªsica como por el comportamiento de las personas una vez est¨¢n en el aeropuerto y seg¨²n lo que hayan hecho antes. "Se trata de tener en cuenta sus patrones de comportamiento, sus billetes, c¨®mo los han comprado, c¨®mo reaccionan con otra gente". Pero se supone que eso ya se est¨¢ haciendo. ?O no?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.