Esto es lo que est¨¢ pasando
La funci¨®n por hacer, en el teatro Lara de Madrid, es la mejor versi¨®n de Seis personajes en busca de autor en muchos, muchos a?os. Miguel del Arco dirige una compa?¨ªa extraordinaria. Intensidad, humor, pasi¨®n, y verdad a espuertas
Qu¨¦ est¨¢ pasando en el teatro madrile?o? La funci¨®n por hacer es lo que est¨¢ pasando. ?Acontecimiento! Me llam¨® Alex Rigola: "Tienes que ver lo del Lara. Urgente". Fui al Lara. Sal¨ª entusiasmado. Desde entonces se la recomiendo a todo el mundo. No soy el ¨²nico. La funci¨®n arranc¨® en sesiones de medianoche, puro off, los fines de semana, en el vest¨ªbulo. Su excelencia empez¨® a correr de boca en boca, de tal modo que la direcci¨®n del teatro (?bravo!) la pas¨® a horario normal, a las diez. Lo que ten¨ªa que durar unos pocos d¨ªas, casi a guisa de experimento, lleva ya m¨¢s de un mes en cartel. Hablando de durar: es mentira eso de que "s¨®lo lo fugitivo permanece y dura". Lo que dura es lo que est¨¢ hecho para durar. Con alma, coraz¨®n y vida, como el bolero. Cuando sal¨ª, me dije: "Parece una compa?¨ªa argentina". Por lo buen¨ªsimos que son todos. Por el vigor, por la intensidad. Y por la necesidad. Ten¨ªan unas ganas locas de hacer este espect¨¢culo, como fuera. Sin escenograf¨ªa, sin atrezzo. A pelo. "S¨®lo los actores y la palabra viva", como dice su responsable, Miguel del Arco. Yo le recordaba, sobre todo, por sus grandes trabajos en musical. El Javert de Los Miserables. El Roger Debris de Los productores. Ahora he descubierto a un formidable director. La compa?¨ªa hace la obra a dos pasos del p¨²blico. Qu¨¦ digo dos pasos: en sus mism¨ªsimas narices. Har¨¢ unas semanas, por cierto, me atrev¨ªa a vaticinar que la forma de Veronese crear¨ªa constelaciones paralelas. Bien, ¨¦sta es la primera prueba. La funci¨®n por hacer, de entrada, es la mejor versi¨®n de Seis personajes en busca de autor que he visto en muchos a?os. Veinte, para ser exactos: desde la de Vassiliev en el Mercat, a?o 1989. Una versi¨®n, pues, que a la manera de Veronese va directa al nervio, que condensa y expande su material, con fragmentos de Cada cual a su manera y de otras piezas de Pirandello. El nuevo texto, firmado al alim¨®n por Del Arco y Aitor Tejada, lima los excesos te¨®ricos y las redundancias y reinventa la relaci¨®n entre los personajes "visitantes", que aqu¨ª no son seis sino cuatro. Cuatro criaturas imaginadas por un dramaturgo y luego arrojadas al caj¨®n pero con sus pulsiones al rojo. A diferencia del original, no irrumpen en un ensayo sino en una obra que se est¨¢ representando, una comedia ligera protagonizada por un pintor (Crist¨®bal Su¨¢rez) y su novia (Miriam Montilla). Es una idea excelente, porque las r¨¦plicas humor¨ªsticas de ambos sirven para relajar las tensiones del conflicto y, al mismo tiempo, cimentar la siguiente acometida pasional. El nuevo intr¨ªngulis es la historia de dos hermanos y sus parejas: el mayor (Israel Elejalde) est¨¢ casado con una mujer que es m¨¢s madre que esposa (Manuela Paso) y se li¨®, fugaz pero fatalmente, con la compa?era (Barbara Lennie) de su hermano menor (Ra¨²l Prieto). Cuando la comedia ligera se va a hacer pu?etas, el pintor y su novia pasan a ser lo que son "en la vida real", un actor-director y una actriz. Una actriz iracunda ante la interrupci¨®n y un director fascinado por el relato de los visitantes, hasta el punto de que quiere dirigirlo y protagonizarlo con su pareja. "No sois reales. Lo ser¨¦is cuando nosotros os interpretemos", les dice. "Tal vez ser¨¦ m¨¢s real entonces", contesta el Hermano Mayor, "pero menos verdadero". Esto da pie a una escena mucho m¨¢s hilarante que la que imagin¨® Pirandello: su drama, reencarnado, se convierte en una parodia feroz del M¨¦todo mal entendido. Y en el quid de la cuesti¨®n. Porque los visitantes no necesitan "int¨¦rpretes". Ni autor, de hecho. Lo de "en busca de autor" parece ser un puro pretexto, un mcguffin de Pirandello. Cada uno de ellos se dir¨ªa que busca o necesita una cosa distinta. Para la esposa, con el beb¨¦ muerto en brazos, la representaci¨®n de su drama tal vez sea un grito a pleno pulm¨®n. Para el hermano mayor, en cambio, la eterna repetici¨®n ser¨ªa la m¨¢s terrible condena. El hermano peque?o no quiere participar, s¨®lo piensa en huir. Y la joven amante quiere revivir lo que pas¨® "para volver a sentir el mismo amor, la misma pasi¨®n, el mismo dolor. S¨¦ que no puedo cambiar nada", dice, "y aun as¨ª me entrego a eso una y otra vez", tambi¨¦n con la esperanza de "que algo nuevo suceda y al fin pueda escapar". Viendo La funci¨®n por hacer he pensado, como nunca antes, en una historia de zombis, de muertos incompletos y viv¨ªsimos. Mejor: de replicantes. Viendo y escuchando a Israel Elejalde, el Hermano Mayor, pens¨¦ en el personaje de Rutger Hauer en Blade Runner. El replicante consciente de que ha sido "creado", con una vida y unas caracter¨ªsticas definidas por otro. Un personaje, pues, con conciencia de personaje. Hay otra cosa extraordinaria: de qu¨¦ manera Elejalde y Barbara Lennie nos hacen ver que sus personajes "hablan escrito" porque as¨ª fueron inventados, sin que por un momento sus parlamentos suenen altisonantes. Todo lo contrario: est¨¢n interpretados con una enorme verdad. Eso, se?ores, es algo muy dif¨ªcil. Barbara Lennie hace un mon¨®logo tan "escrito" y tan natural, tan fluido y conmovedor, como el de Fran?oise Lebrun en La maman et la putain, de Eustache. Atenci¨®n a esta actriz, porque va a ser, est¨¢ siendo, una de las grandes: crece a pasos agigantados y parece haber vivido ya varias vidas. Cada uno de estos actores tiene aqu¨ª un fulgor propio, una l¨ªnea soberbiamente modulada. Elejalde da a la perfecci¨®n la incandescencia reflexiva de su personaje. Barbara Lennie es la sensualidad en carne viva, fiera y sin culpa. Manuela Paso es el dolor constante, asfixiante, invivible (?eso es llorar y lo dem¨¢s son cuentos!). Ra¨²l Prieto es el peligro, la violencia creciente, la sangre: cuando estalla, en la escena de la pelea, da mucho, mucho miedo. Miriam Montilla pasa del humor sard¨®nico de la primera parte a convertirse en una hidra desencadenada. Y Crist¨®bal Su¨¢rez, condenado a interpretar a un memo con ¨ªnfulas, sabe imprimir a su personaje un sincero deslumbramiento, una verdadera pasi¨®n esc¨¦nica ante el regalo (envenenado) que le ha ca¨ªdo del cielo. Corran al Lara: La funci¨®n por hacer acaba el pr¨®ximo 31 de enero.
El nuevo texto reinventa la relaci¨®n entre los personajes "visitantes"
La funci¨®n por hacer. Teatro Lara. Madrid. Hasta el 31 de enero. www.teatrolara.com.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.