Esa sensaci¨®n de 1937
Esto es lo que se avecina en cuanto a noticias econ¨®micas: el pr¨®ximo informe sobre el empleo podr¨ªa revelar que la econom¨ªa est¨¢ creando puestos de trabajo por primera vez en dos a?os. El pr¨®ximo informe del PIB probablemente muestre un crecimiento estable durante el ¨²ltimo periodo de 2009. Habr¨¢ montones de comentarios optimistas; y los llamamientos que ya estamos escuchando a favor del fin del est¨ªmulo, de volver sobre los pasos que el Gobierno y la Reserva Federal dieron para sostener la econom¨ªa, sonar¨¢n con m¨¢s fuerza todav¨ªa.
Pero si hacemos caso a esos llamamientos, repetiremos el gran error de 1937, cuando la Reserva y la Administraci¨®n de Roosevelt decidieron que la Gran Depresi¨®n hab¨ªa terminado, que era hora de que la econom¨ªa empezase a caminar sin muletas. El gasto se recort¨®, la pol¨ªtica monetaria se hizo m¨¢s estricta y, r¨¢pidamente, la econom¨ªa se volvi¨® a hundir en el abismo.
Esto no deber¨ªa ocurrir. Tanto Ben Bernanke, el presidente de la Reserva, como Christina Romer, que dirige el Consejo de Asesores Econ¨®micos del presidente Barack Obama, son expertos en la Gran Depresi¨®n. Romer ha advertido expl¨ªcitamente del riesgo de que los acontecimientos de 1937 se repitan. Pero aquellos que recuerdan el pasado, a veces lo repiten a pesar de todo.
Cuando lean las noticias econ¨®micas, es importante que recuerden, ante todo, que los hechos pasajeros -cifras positivas ocasionales que no significan nada- son habituales hasta cuando la econom¨ªa est¨¢, de hecho, atascada en una depresi¨®n prolongada. A principios de 2002, por ejemplo, los informes iniciales indicaban que la econom¨ªa estaba creciendo a un ritmo anual del 5,8%. Pero la tasa de paro sigui¨® creciendo durante un a?o m¨¢s.
Y a principios de 1996, los informes preliminares mostraban que la econom¨ªa japonesa crec¨ªa a un ritmo anual de m¨¢s del 12%, lo que dio pie a proclamaciones triunfales sobre que "la econom¨ªa por fin ha entrado en una fase de recuperaci¨®n autopropulsada". En realidad, Jap¨®n s¨®lo estaba en mitad de su d¨¦cada perdida.
Estos hechos pasajeros suelen ser, en parte, ilusiones estad¨ªsticas. Pero, lo que es a¨²n m¨¢s importante, suelen estar provocados por un "repunte del inventario". Cuando la econom¨ªa entra en crisis, las empresas suelen encontrarse con much¨ªsimas existencias de productos no vendidos. Para quitarse de encima el exceso de inventario, reducen radicalmente la producci¨®n; una vez que han dado salida a las existencias sobrantes, vuelven a aumentar la producci¨®n, lo que se refleja en el PIB como una subida repentina del crecimiento. Desgraciadamente, el crecimiento provocado por un rebote del inventario es un hecho aislado, a menos que se recuperen las fuentes subyacentes de la demanda, como el gasto de los consumidores y la inversi¨®n a largo plazo.
Y esto nos lleva al fondo a¨²n sombr¨ªo de la situaci¨®n econ¨®mica.
En los a?os de vacas gordas de la d¨¦cada pasada, si se les puede llamar as¨ª, los motores del crecimiento fueron el auge inmobiliario y el aumento del gasto de los consumidores. Ninguno de los dos va a volver. No puede haber un nuevo boom inmobiliario mientras el pa¨ªs siga plagado de casas y pisos vacantes como consecuencia de la expansi¨®n anterior, y los consumidores -que son 11 billones de d¨®lares m¨¢s pobres que antes del desastre inmobiliario- no est¨¢n en situaci¨®n de volver a los h¨¢bitos de anta?o de comprar ahora y no ahorrar nunca.
?Qu¨¦ nos queda? Un auge de la inversi¨®n empresarial nos vendr¨ªa realmente bien en estos momentos. Pero es dif¨ªcil decir de d¨®nde podr¨ªa provenir ese auge: el sector industrial est¨¢ inundado de exceso de capacidad, y los alquileres comerciales se hunden ante la enorme cantidad de espacio sobrante para oficinas.
?Podr¨ªan las exportaciones acudir al rescate? Durante alg¨²n tiempo, la bajada del d¨¦ficit comercial estadounidense ayud¨® a amortiguar la crisis econ¨®mica. Pero el d¨¦ficit vuelve a subir, en parte porque China y otros pa¨ªses con super¨¢vit se niegan a permitir un reajuste de sus monedas.
As¨ª que lo m¨¢s probable es que cualquier buena noticia econ¨®mica que oigan en un futuro pr¨®ximo sea un hecho pasajero, no un signo de que hemos iniciado una recuperaci¨®n sostenida. Pero ?malinterpretar¨¢n los responsables pol¨ªticos las noticias y repetir¨¢n los errores de 1937? En realidad, ya lo est¨¢n haciendo.
Se prev¨¦ que el plan de est¨ªmulo fiscal de Obama tenga su efecto m¨¢ximo sobre el PIB y el empleo en torno a mediados de este a?o, y que luego empiece a desaparecer. Eso es demasiado pronto. ?Por qu¨¦ retirar las ayudas en una situaci¨®n de paro masivo prolongado? El Congreso deber¨ªa haber aprobado una segunda ronda de est¨ªmulo hace meses, cuando qued¨® claro que la crisis iba a ser m¨¢s profunda y larga de lo que inicialmente se esperaba. Pero no se hizo nada; y los n¨²meros ilusorios que estamos a punto de ver probablemente alejen la posibilidad de cualquier actuaci¨®n futura.
Mientras tanto, la Reserva Federal no hace m¨¢s que hablar de la necesidad de una "estrategia de salida" de sus esfuerzos por apoyar la econom¨ªa. Uno de esos esfuerzos, la compra de deuda p¨²blica estadounidense a largo plazo, ya ha llegado a su fin. Todo el mundo espera que otro, la compra de valores hipotecarios, termine en unos cuantos meses. Esto equivale a una restricci¨®n monetaria, incluso si la Reserva no sube los tipos de inter¨¦s directamente (y hay muchas presiones para que Bernanke tambi¨¦n haga esto ¨²ltimo).
?Se dar¨¢ cuenta la Reserva, antes de que sea demasiado tarde, de que la tarea de luchar contra la crisis no ha concluido? ?Lo har¨¢ tambi¨¦n el Congreso? Si no es as¨ª, 2010 ser¨¢ un a?o que empezar¨¢ con falsas esperanzas econ¨®micas y terminar¨¢ con sufrimiento.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa en la Universidad de Princeton y Premio Nobel de Econom¨ªa 2008.? 2010 New York Times News Service.Traducci¨®n de News Clips
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