Autobuses suspendidos en el norte

Funcionaban las m¨¢quinas quitanieves, las esparcidoras de sal, los servicios de emergencia y hasta el tren de Cercan¨ªas. "Todo en orden", seg¨²n informaban las administraciones de algunos municipios del norte de Madrid como Las Rozas (83.400 habitantes) o Pozuelo de Alarc¨®n (81.300 habitantes). Sin embargo, a pie de calle, la nevada no hab¨ªa ca¨ªdo a gusto de todos. Muchos vecinos y trabajadores se quejaban de los retrasos que hab¨ªan sufrido para entrar y salir del municipio a causa de la suspensi¨®n temporal de varias l¨ªneas de autobuses durante las primeras horas de la ma?ana. Otros se preguntaban d¨®nde estar¨ªan la sal y las m¨¢quinas cuando se les hizo imposible llegar con sus coches hasta las v¨ªas principales (que estaban limpias) desde las calles adyacentes a ¨¦stas, que en muchos casos estaban totalmente impracticables.

Tanto en Las Rozas como en Pozuelo tuvieron que suspenderse durante varias horas los servicios de autobuses urbano e interurbanos, en algunos casos hasta mediod¨ªa. "Y como no llegaba el bus, me he venido andando desde Majadahonda", dec¨ªa con cierto orgullo Remedios Hern¨¢ndez, una trabajadora de un colegio de Las Rozas. "He tardado casi una hora en vez de los 10 minutos que son en bus. Y me ha costado lo menos 10 culetazos contra el suelo", a?ad¨ªa la valiente. "Y encima, al llegar, ?me dicen que me estaban llamando a casa para que no viniese!", suspira. Otros viajeros corrieron suertes parecidas. "Normalmente, cojo el autob¨²s y tardo 45 minutos. Hoy en tren casi una hora y media", se quejaba Luis Padilla, mientras esperaba el bus de vuelta a casa una vez reestablecida la l¨ªnea.

Las v¨ªas secundarias de estos municipios se convirtieron tambi¨¦n en un problema. A pesar de lo divertido que resultaba para los ni?os tener pistas de hielo donde jugar a lo largo y ancho del municipio, el asfalto helado de estas calles provoc¨® m¨¢s de un disgusto entre los vecinos que no pretend¨ªan pasar un d¨ªa de trineos y mu?ecos de nieve. Por eso hubo quien se qued¨® resguardado en casa, y los que se las tuvieron que ingeniar para salir de ella. "Por aqu¨ª no han venido ni m¨¢quinas ni nada. S¨®lo por las calles grandes. Mira estos seis coches aparcados delante de mi chal¨¦. Son de gente que no ha podido pasar de aqu¨ª, y claro, les ha tocado dejarlo y seguir andando" comentaba A. A. H., un vecino de la urbanizaci¨®n de La Mata (Las Rozas), que pala en mano, rascaba el hielo de la puerta de su garaje. "Deber¨ªan haber llegado las m¨¢quinas aqu¨ª tambi¨¦n. Cuenta eso en tu peri¨®dico", retaba A. A. H. "Si logras salir de aqu¨ª con el coche, claro", sonre¨ªa.