El pistolero Mars¨¦

Desde la aparici¨®n de mi biograf¨ªa sobre Jaime Gil de Biedma, el escritor Juan Mars¨¦ se ha enzarzado en una ruidosa cruzada en defensa del poeta. El pasado viernes atacaba con p¨¦simo gusto en este diario la pel¨ªcula El c¨®nsul de Sodoma, inspirada libremente en mi libro.

Es de lamentar que un autor de su categor¨ªa no haya tomado la pluma ni un solo momento para restablecer el honor de su amigo.

En lugar de escribir su versi¨®n de la historia y dejar para la posteridad un bello tomito de recuerdos personales, se ha limitado al recurso f¨¢cil del exabrupto amarillista siguiendo la estela de Bel¨¦n Esteban y no la de los h¨¦roes de John Ford.

Cuando se desciende a descalificaciones personales con modos de verdulero -llamar poco menos que g¨¢nster sin escr¨²pulos al productor o aludir al origen geogr¨¢fico del director- quiz¨¢ uno no est¨¦ tan arriba moralmente como se cree. Es posible que Gil de Biedma mereciera un mejor bi¨®grafo y una mejor pel¨ªcula.

Pero lo que es seguro es que merec¨ªa mejores amigos, unos defensores de mayor enjundia intelectual, de mayor categor¨ªa humana, menos vagos y oportunistas, en suma: m¨¢s valientes. Sin esas virtudes todos esos disparos no son m¨¢s que p¨®lvora mojada. El peor drama que le puede ocurrir a un viejo pistolero.