Hipotecado por amor al cine
El due?o de Novocine Leiro se endeuda para instalar 3D en su sala y convertir una localidad de 1.800 habitantes en la ¨²nica de Ourense con ese sistema
"No me daban el cr¨¦dito y me ha tenido que avalar un familiar". Ernesto Romero, due?o del cine de Leiro, se ha hipotecado para que los 1.800 vecinos de su pueblo tengan cine en 3D. Ellos y todos los orensanos, ya que Novocine Leiro es el ¨²nico en toda la provincia que cuenta con proyecciones en tres dimensiones. Ni las ocho salas de la cadena Cinebox en la capital cuentan con este sistema.
Ernesto se r¨ªe con tan solo mencionar la competencia que puede hacerle a los multicines: "Todos podemos convivir, ellos son los grandes y yo el peque?o". Taquillero, acomodador, proyeccionista y propietario asegura que el cine no le llega "ni para malvivir" y que lo hace porque es su "ilusi¨®n". Ernesto es modesto hasta para ponerle nombre a lo que siente por la gran pantalla, que es aut¨¦ntica pasi¨®n. Todo empez¨® cuando ten¨ªa 10 a?os: "Recuerdo que con mi primo recortaba los tebeos y hac¨ªamos tiras, como si fuera una pel¨ªcula, a los dos nos gustaba el cine".
"El cine no me llega ni para malvivir y lo hago porque es mi ilusi¨®n"
De todo lo que recauda la mitad se lo lleva la distribuidora
Desde que inaugur¨® en 1983 la vivienda unifamiliar especialmente dise?ada para albergar su cine, Ernesto no ha dejado de invertir. Mejor¨® el sonido, incorpor¨® la tecnolog¨ªa digital y ahora el 3D. Lleva un mes con el nuevo sistema y aunque el "aumento de p¨²blico no ha sido espectacular, s¨ª que se nota", asegura. Ernesto Romero indica que "muchos no se hab¨ªan enterado e incluso no se cre¨ªan que el cine tuviese 3D".
"Con 14 a?os era amigo del hijo del due?o de uno de los cines de Leiro", comenta Ernesto. Por esa ¨¦poca, se materializ¨® su relaci¨®n con el cine: "Estaba fascinado y gracias a la cercan¨ªa con la familia iba todos los domingos, empec¨¦ a ayudar rebobinando y acab¨¦ trabajando all¨ª".
Por aquella ¨¦poca los cines salpicaban la provincia y las salas siempre estaban llenas. Con el paso de los a?os, Leiro y la mayor¨ªa de los pueblos orensanos empezaron a perder poblaci¨®n y con su decadencia tambi¨¦n llegaron los primeros cierres. Ernesto asegura que ahora como negocio "el cine es poco rentable", pero se muestra despreocupado: "Estoy acostumbrado a pedir cr¨¦ditos". Sin embargo, echa de menos el apoyo de la Administraci¨®n: "Hasta hace siete a?os, la Xunta y el Ministerio de Cultura repart¨ªan subvenciones entre los cines de pueblo, por la labor cultural que realizamos". Ahora su cine no recibe ninguna ayuda y no entiende c¨®mo "dan dinero para hacer pel¨ªculas y para nosotros, que estamos aguantando a?o tras a?o, no". Adem¨¢s, Ernesto Romero se queja de que le obliguen a proyectar un m¨ªnimo de pel¨ªculas espa?olas. "?Por qu¨¦ no obligan a las librer¨ªas y a nosotros s¨ª?", se queja.
Meses antes de que Ernesto regresase de hacer la mili en Melilla, se enter¨® de que cerraban el cine en el que trabajaba en Leiro. Asegura que se llev¨® "un buen disgusto" y que se plante¨® si aceptar o no el traspaso del local. "Tuve miedo al gasto porque el local estaba deteriorado".
Al final, Ernesto hizo las maletas y se traslad¨® a Vigo, donde empez¨® a trabajar en los cines de Garc¨ªa Barb¨®n. Tiene muy buenos recuerdos de esa etapa: "Era un puesto con buen sueldo y muy divertido, conoc¨ª a mucha gente del teatro de las representaciones que se hac¨ªan todos los veranos". La sala viguesa acab¨® cerrando, y Ernesto volvi¨® a Leiro para abrir su propio cine.
En Ribadavia y O Carballi?o los cines cerraron hace unos cuantos a?os y en la provincia s¨®lo sobreviven Leiro, Xinzo y Ourense. Su sala ha atravesado momentos muy complicados e insiste en que las ayudas son muy necesarias: "Lo que no sabe la gente es que, de todo lo que recaudo, la mitad se lo lleva la distribuidora". En una sesi¨®n normal, el precio es de tres euros y medio; en una de 3D, de cinco. La mitad de lo que cobra cualquier cine. Ernesto explica con modestia que ofrece "un servicio m¨¢s al pueblo, adem¨¢s, muchos espectadores se quedan a tomar algo en Leiro".
El de Ernesto es como los cines de toda la vida. Con un ambig¨² antes de entrar a la sala y las paredes llenas de objetos que ha recopilado durante a?os. Antiguos discos de pizarra y vinilo, gram¨®fonos y carteles de pel¨ªculas forman parte de su colecci¨®n. En la sala, 144 butacas rojas a juego con las cortinas y un escenario de madera sobre el que est¨¢ colocada la gran pantalla completan el aire familiar que desprende el cine. Este fin de semana, Ernesto proyectar¨¢ Avatar y asegura que hace todo lo que hace porque "s¨®lo" le "gusta mucho el cine".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.