Maneras de llegar al mar
La pretensi¨®n de prolongar la avenida de Blasco Ib¨¢?ez hasta la playa ha generado en Valencia alternativas que respetan la trama de El Cabanyal
La idea de un paseo desde el centro de Valencia hasta la playa en El Cabanyal-Canyamelar es antigua. Como tambi¨¦n lo es el debate sobre las posibles soluciones, que a lo largo del tiempo no s¨®lo han variado, sino que han buscado alternativas a la apertura de una avenida que en el plan actual partir¨ªa en dos el barrio. Ninguno de los proyectos barajados antes de que el Ayuntamiento del PP aprobara el suyo en 2001 lleg¨® a buen puerto, y algunos ya despertaron hace d¨¦cadas la oposici¨®n de los vecinos y de profesionales de la arquitectura y el urbanismo.
El inicio de esta larga pol¨¦mica suele situarse en el proyecto de Paseo de Valencia al Mar del ingeniero Casimiro Meseguer, planteado en 1888 y que se inspiraba en el modelo de ciudad jard¨ªn, con villas a los lados de un amplio vial de una anchura de 100 metros. En esas fechas, el paseo pretend¨ªa ser una alternativa al Camino del Grao (hoy avenida del Puerto) y terminaba en el l¨ªmite de los poblados mar¨ªtimos, entonces un municipio independiente de Valencia rodeado de huerta. La propuesta arrancaba en los Jardines del Real.
Una propuesta de 1931 abrazaba el barrio en herradura sin atravesarlo
En 1988, Escudero y Berzosa propusieron una soluci¨®n "en peine"
El Ayuntamiento pronto se apart¨® de la idea original por la v¨ªa de los hechos, ya que permiti¨® edificios no previstos en la franja del paseo, como la Facultad de Medicina. Ya en 1931, aprob¨® un proyecto del arquitecto Jos¨¦ Pedr¨®s que, si bien manten¨ªa un ancho paseo en lo que hoy es la avenida de Blasco Ib¨¢?ez, no se prolongaba en l¨ªnea recta por El Cabanyal, sino que dibujaba en la zona del actual bulevar de Serrer¨ªa dos v¨ªas de conexi¨®n en forma de herradura que abrazaban el barrio sin atravesar su n¨²cleo hacia la playa de la Malva-rosa, de un lado, y hacia el puerto, del otro.
La cuesti¨®n sigui¨® abierta en los a?os siguientes, en los que se recogieron variaciones para quebrar el paseo en direcci¨®n noroeste sin pasar por enmedio de El Cabanyal. As¨ª, el plan general de 1946 mantuvo la ciudad jard¨ªn, pero redujo la anchura del paseo a 40 metros y lo desvi¨® hacia el norte, en el l¨ªmite de El Cabanyal con el Cap de Fran?a. Pero el desarrollo del plan acab¨® en una bronca entre el organismo Gran Valencia, que lo tutelaba, y el Ayuntamiento, que se impuso y aprob¨® en 1951 una v¨ªa de 100 metros de ancho a trav¨¦s del entramado de El Cabanyal.
La redacci¨®n del llamado plan parcial 13 sobre esta base gener¨® un gran revuelo en El Cabanyal, del que dan cuenta las alegaciones presentadas en 1953. Una de ellas la firmaba el arquitecto V¨ªctor Gos¨¢lvez G¨®mez, hijo del maestro de obras Juan Bautista Gos¨¢lvez, que proyect¨® la Lonja de Pescadores que pretende demoler ahora el PP. La alegaci¨®n rechaza el derribo de edificios y acompa?a un informe negativo emitido por los arquitectos de la ciudad en 1939 para que sirva a los mun¨ªcipes de "examen de conciencia y piensen en el abandono en el que han tenido a los poblados mar¨ªtimos". Otra alegaci¨®n, la de V¨ªctor Roman¨ª Chiner, logr¨® reunir m¨¢s de 1.200 firmas contra el paseo y contiene reflexiones que no han perdido su vigencia en el debate. "Consideramos improcedente el ancho que a la avenida de Valencia al Mar se le quiere dar a su paso por el Caba?al, ya que el da?o que ello ocasionar¨ªa ser¨ªa tan dif¨ªcil de reparar como f¨¢cil ser¨ªa el que reduci¨¦ndola a 40 metros pudiera pasar por una de las calles m¨¢s anchas, sin que apenas tuviera que derribarse edificio alguno", afirma el texto. "Una ligera desviaci¨®n hacia el norte" permitir¨ªa que "se lesionasen much¨ªsimos menos intereses", defienden tambi¨¦n los firmantes, que consideran "inmenso" el da?o de los derribos de casas de "gente modesta". Y a?aden sobre el sentir de El Cabanyal: "Un pueblo, marinero en su casi totalidad, se va a ver desplazado si el proyecto se aprueba. Y un pueblo, no lo olvidemos, no se improvisa: se crea a fuerza de a?os, no es un postizo, un a?adido sin color ni expresi¨®n propia".
Hubo m¨¢s sugerencias que tampoco cuajaron hasta que se redact¨® el plan general de 1966. Hijo del desarrollismo inmobiliario, este plan enlazaba la prolongaci¨®n con una autopista que sobrevolaba la d¨¢rsena del puerto y continuaba por las playas. Un desprop¨®sito que anularon los tribunales en 1982 junto a la prolongaci¨®n.
La alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, ha destacado estos d¨ªas que el plan general urbano de 1988, aprobado por un consistorio socialista, no abandon¨® la idea de la prolongaci¨®n por ser un "objetivo irrenunciable", un proyecto de "ilusi¨®n colectiva" de un paseo que hoy hace 20 a?os se estim¨® que no pod¨ªa ser sustituido "eficazmente" por la avenida de Francia y la de los Naranjos. Sin embargo, el plan reconoc¨ªa tambi¨¦n "las dificultades y repercusiones" del empe?o, un coste social "que no se puede ocultar" y el "dilema" de actuar sobre un barrio "con una fuerte personalidad". Ante una "operaci¨®n dif¨ªcil de entender por la p¨¦rdida de patrimonio edificado, parte del cual ten¨ªa (y tiene) valor hist¨®rico incuestionable", el plan dej¨® abierta la decisi¨®n definitiva.
Muestra de que la pol¨¦mica no estaba cerrada y de que un urbanismo cambiante admit¨ªa soluciones diversas es el concurso internacional de ideas que se lanz¨® a¨²n en 1988. El Ayuntamiento, un a?o despu¨¦s, con un jurado compuesto por instituciones, arquitectos e ingenieros, dej¨® desierto el primer premio. El segundo, sin embargo, fue a parar a la propuesta de Jos¨¦ Rafael Escudero y Jos¨¦ Antonio Berzosa, que llega al mar sin romper la trama urbana. El proyecto refuerza cuatro ejes existentes para dar "una soluci¨®n de paso en 'peine" por El Cabanyal. Frente a "una cuesti¨®n nost¨¢lgica de terminar un proyecto inconcluso", para los autores no existe "raz¨®n objetiva alguna" para prolongar Blasco Ib¨¢?ez "destrozando" la trama de El Cabanyal. El tercer premio se concedi¨® ex aequo a una propuesta de prolongaci¨®n a trav¨¦s del barrio con una anchura menor a la de Blasco Ib¨¢?ez y a otra que ve¨ªa "irrealizable" una avenida que no respetara el conjunto hist¨®rico, por lo que trazaba un arco que enlazaba con la avenida del Mediterr¨¢neo. Uno de los autores de esta ¨²ltima propuesta es Vicente Colomer, que ha emitido ahora un dictamen favorable al Ayuntamiento en el expediente en el que el Ministerio de Cultura concluye que el plan actual supone un expolio del conjunto hist¨®rico.
El plan aprobado definitivamente en 2001 por el PP se decant¨® por una prolongaci¨®n que exigir¨¢ la demolici¨®n de m¨¢s de 450 inmuebles y que parte en dos la zona declarada Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) en 1993. En la memoria justificativa apenas se menciona el BIC, como destaca Vicente Gallart, vicepresidente de la asociaci¨®n de vecinos de El Cabanyal-Canyamelar. Frente a otras posibles soluciones, el gobierno de Barber¨¢ defiende que la mejor es una avenida de 48 metros de ancho flanqueada por edificios nuevos y que atraviesa el conjunto hist¨®rico. Una opci¨®n tan controvertida como antigua es la "aspiraci¨®n" del paseo al mar.
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