La Guerra, el Este y el Oeste
La historia que me ense?aban de peque?o era probablemente tendenciosa, sin duda parcial y casi con absoluta certeza miope. Por ejemplo, yo no sab¨ªa que los griegos vinieron antes que los romanos hasta que me fui a vivir a la tierra de los primeros. Mis compa?eros y yo, chicos medio de campo y con la cara cubierta de pecas, conocimos un aspecto de la historia: la Guerra Civil norteamericana. Me ense?aron cosas sobre Lincoln y el fin de la esclavitud y sobre unos tipos vestidos de azul que luchaban contra otros vestidos de gris. Me ense?aron a pensar, o me lavaron el cerebro, que el Norte era "bueno" y que el Sur era "malo". Les ahorrar¨¦ los detalles. Basta con decir que el Norte se describ¨ªa como el bando que se opon¨ªa a la esclavitud. El Sur, como el bando al que le gustaba tener a gente que trabajara gratis. Da igual que la verdadera causa de la Guerra Civil fuera una diferencia de opini¨®n sobre el poder. El Sur prefer¨ªa que la mayor parte de ¨¦l estuviera en manos de los estados mientras que el Norte consideraba que el Gobierno Federal deb¨ªa estar al mando. (Si uno quisiera profundizar m¨¢s en esto, podr¨ªa darse cuenta de que al Gobierno, que paga la educaci¨®n, le interesa que sus estudiantes piensen que el bando que eligi¨® el federalismo era el "noble"). Con independencia de las razones, tengo un prejuicio instintivo cuando pienso en la Guerra Civil. Mi cerebro quiere creer que los buenos ganaron, pero quiere creer que ganaron porque eran buenos.
En mi opini¨®n, la NBA funciona de la misma manera. Pero la divisi¨®n, en vez de ser Norte/Sur, es Este/Oeste. En la versi¨®n de la NBA de la Guerra Civil, mi instinto me lleva a tomar partido por el Oeste. Me gustar¨ªa pensar que me siento atra¨ªdo por los equipos de la Conferencia Oeste por una raz¨®n distinta del hecho de que parecen m¨¢s propensos a usar colores m¨¢s llamativos. Pero no estoy seguro.
Con eso en mente, realic¨¦ un peque?o an¨¢lisis estad¨ªstico despu¨¦s de formular una hip¨®tesis. Esa hip¨®tesis era que me gusta m¨¢s la Conferencia Oeste porque sus equipos anotan m¨¢s puntos. Vayamos a las estad¨ªsticas: en la temporada 2009-10, los equipos del Este tienen un promedio de 98 por partido. Los del Oeste, de 102. La hip¨®tesis se confirma en parte. Parece que el Oeste anota m¨¢s. Pero ahora tenemos que analizar mi psicolog¨ªa personal. Creo que el baloncesto se debe jugar a un ritmo r¨¢pido y que un ataque muy anotador puede tener ¨¦xito. ?Pero lo tiene?
El equilibrio de poder de este a?o: en los enfrentamientos directos, el Oeste lleva la delantera por 121 a 80. En otras palabras, el Oeste es mejor. Y sus equipos anotan m¨¢s. Naturalmente, no podemos asumir de manera fiable que una cosa suponga la otra. No estoy seguro de que el Oeste gane m¨¢s porque sus equipos anoten m¨¢s. A menos que, por supuesto, recurra a esa recta educaci¨®n que recib¨ª en un peque?o pueblo de Kansas. Y lo hago aqu¨ª porque es la ¨²nica cosa que conozco (gui?o). Del mismo modo que el Norte gan¨® la Guerra Civil porque era bueno y honrado (gui?o, gui?o), la Conferencia Oeste gana porque anota m¨¢s (gui?o, gui?o, gui?o).
Sab¨ªa que todas esas horas en la clase de Sidener me ser¨ªan muy ¨²tiles alg¨²n d¨ªa.
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