Los ricos salen casi indemnes
Los habitantes del distrito privilegiado de Puerto Pr¨ªncipe escapan del terremoto sin un rasgu?o - El mercado negro no conoce la escasez
Conforme se asciende por la colina de Montagne Noire, en el distrito de P¨¦tion Ville, van quedando atr¨¢s el polvo, la miseria y la muerte que asedian Puerto Pr¨ªncipe. Por el camino se ve alguna tuber¨ªa rota y la gente aprovecha para asearse. Pero a los m¨¢s ricos de la capital de Hait¨ª el terremoto apenas les afect¨®.
En lo alto de Montagne Noire se encuentra el hotel Ibo Lel¨¦. Su directora, Elsa Baussan, es tambi¨¦n vecina del barrio. "En esta zona no hay casi ning¨²n edificio afectado. Y en nuestro hotel, ning¨²n da?o", relata. "El almac¨¦n lo ten¨ªamos lleno y no hemos notado escasez de ning¨²n producto hasta ahora. Pero no s¨¦ si empezaremos a notarlo m¨¢s adelante, porque no estamos recibiendo abastecimiento".
Los disturbios callejeros por el hambre nunca llegan a la zona
El esposo de Baussan, Noel Godulons, se muestra muy cr¨ªtico con la ayuda de los estadounidenses: "Lo quieren acaparar todo. Se han adue?ado del aeropuerto y s¨®lo dejan aterrizar a sus aviones. Por lo visto, un avi¨®n ruso ha tenido que irse sin aterrizar porque ellos no lo han dejado".
Elsa Baussan lamenta que hasta ahora no haya ni Gobierno nacional ni ayuda extranjera en la calle. "Se ven pasar los camiones de la Cruz Roja, pero no se ve a ninguno dando ni siquiera agua. Y los cad¨¢veres, cada uno los entierra como puede. En casa de mi madre, en otro barrio, han muerto siete personas y a cuatro de ellos los hemos tenido que enterrar en el jard¨ªn", se lamentaba.
-?Qu¨¦ est¨¢ haciendo la clase alta de Hait¨ª por sus compatriotas afectados?
-Muchas cosas. ?Usted sabe cu¨¢ntos funerales de mis empleados he pagado yo? Eso es una ayuda, pero no se ve.
-?Cu¨¢ntos funerales ha pagado?
-Ni lo s¨¦. Tengo 70 empleados, pero ahora mismo ni lo s¨¦. Ya me lo dir¨¢ mi contable cuando pase esto. Primero hay que hacer la tortilla y despu¨¦s contar los huevos. Hacemos lo que podemos, aunque tambi¨¦n estamos afectados. Mi sobrino ha perdido tres de sus almacenes. Y mi cu?ado, que es el due?o de la Pepsi-Cola en Hait¨ª, est¨¢ regalando los refrescos. Le he pedido para el hotel y me ha dicho: "Si te doy algo lo vas a vender y todo lo que tengo ahora mismo es para regalar".
Los ni?os de los ricos, igual que los pobres, tampoco tienen escuela en Puerto Pr¨ªncipe. "Aunque ellos est¨¦n ilesos y los colegios privados sin da?os, no se puede dar clase con la miseria que hay por ah¨ª fuera", reconoce Baussan.
Las gasolineras se encuentran atestadas de motoristas y conductores de veh¨ªculos. Hay que esperar m¨¢s de dos horas para llenar el dep¨®sito. Pero los ricos pueden salvar el escollo pagando algo m¨¢s en los puestos callejeros del mercado negro para abastecerse de combustible.
En el barrio aleda?o de Morne Calvaire, el director de Haiti Business, la ¨²nica revista de negocios del pa¨ªs, Claude Cadiot, comenta que ¨¦l tuvo la inmensa suerte de que le sorprendiera el terremoto en Par¨ªs.
"Pero ahora estoy llamando a los m¨¢s de 200 clientes que se anuncian en mi publicaci¨®n para ver qui¨¦n se ha muerto y qui¨¦n no se ha muerto. Por lo que voy viendo, la mayor¨ªa ha tenido suerte", explica.
Hay peque?as molestias que alterar¨¢n durante alg¨²n tiempo la vida de los ricos. La famosa galer¨ªa de arte Nader, que aparece en todas las gu¨ªas de viaje como centro de la mejor pintura haitiana, ha cerrado sus puertas estos d¨ªas.
El campo de golf P¨¦tion Ville Club se encuentra tomado desde el s¨¢bado por 300 marines de Estados Unidos. Y tienen intenci¨®n de seguir un buen tiempo instalados por all¨ª.
El Instituto de Danza Lynn Williams Rouzier tambi¨¦n ha paralizado sus actividades, aunque el edificio permanece intacto. Pero la vida contin¨²a en lo alto de las colinas m¨¢s altas de P¨¦tion Ville, donde s¨®lo tiene sentido vivir si uno posee un buen coche. Los tiros y los disturbios callejeros que se desatan por el hambre nunca llegan hasta all¨ª.
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