Torrej¨®n se salta las directrices estatales fijadas en 2008 para el empadronamiento

Normas de empadronamiento para una mejor convivencia entre todos, por una inmigraci¨®n regular en Torrej¨®n de Ardoz. Es el t¨ªtulo de un tr¨ªptico de informaci¨®n de este Ayuntamiento madrile?o. Dentro del folleto se precisan los requisitos: si usted es extranjero y tiene pasaporte con visado de turista, no podr¨¢ empadronarse; tampoco si en su piso hay m¨¢s de un habitante por cada 20 metros cuadrados.

El reglamento ha logrado reducir un 50% la inscripci¨®n de vecinos extranjeros en Torrej¨®n en 2009 con respecto a 2008. No hay datos sobre mejoras de la convivencia. Pero hay pruebas de su efecto: extranjeros que viven en la ciudad sin estar en el padr¨®n municipal, vecinos fantasmas que se inscriben en otros t¨¦rminos municipales menos exigentes en sus requisitos, para tener derecho a que los reciba un m¨¦dico o para que sus hijos tengan plaza escolar.

El padr¨®n de Torrej¨®n de Ardoz, un municipio de 116.000 habitantes con 26.000 vecinos extranjeros, funciona con criterio propio. La resoluci¨®n estatal sobre empadronamiento de 1997, elaborada por el Ministerio de Administraciones P¨²blicas cuando Mariano Rajoy era ministro, todav¨ªa vigente, obliga a los municipios a registrar a todos los vecinos extranjeros, aunque est¨¦n en Espa?a en situaci¨®n irregular. Torrej¨®n no sigue la regla desde el 1 de octubre de 2008.

Las excepciones legales de este municipio tampoco casan con las directrices m¨¢s recientes del Ministerio de Interior, que precis¨® en 2008 a distintos ayuntamientos catalanes las reglas de juego. Seg¨²n este documento, al que ha tenido acceso EL PA?S, los municipios deben aceptar los pasaportes extranjeros con visado de turista. No se menciona nada relacionado con el espacio disponible en la vivienda donde se registran los inmigrantes.Los funcionarios de Torrej¨®n de Ardoz cumplen ¨®rdenes. "Lo siento, aqu¨ª no puede, va a tener que buscarse otro Ayuntamiento", responde una oficinista del padr¨®n a Mary, una dominicana de 35 a?os. La inmigrante mostr¨® su pasaporte, pero no hubo suerte. Ten¨ªa visado de turista, insuficiente para satisfacer las normas especiales del Ayuntamiento. Mary contraataca: "O sea que aqu¨ª no puedo ir al m¨¦dico ni nada...". Y se da de nuevo con el front¨®n burocr¨¢tico: "Respecto a lo de ir al m¨¦dico, tendr¨¢ que dirigirse a la autoridad competente", replica la funcionaria.

"Burocracia, burocracia, burocracia", protesta en la salita de su casa un ghan¨¦s que no quiere dar su nombre. Su lamento tiene la misma ra¨ªz que las penas de Mary. Torrej¨®n de Ardoz le ha negado el empadronamiento a una familia de compatriotas suyos, un matrimonio con dos ni?os, de tres a?os y 10 meses. Por cuestiones de espacio, la otra cl¨¢usula principal del plan de mejora de la convivencia de Torrej¨®n.

Newton Korang, ghan¨¦s de 30 a?os, padre de esta familia rechazada por el censo torrejonero, explica los inconvenientes de esta normativa discriminatoria: "Estamos empadronados en Coslada, y tenemos que llevar a los ni?os all¨ª cuando se ponen mal. Como no tenemos coche, vamos en tren a San Fernando y luego en bus a Coslada, a nuestro m¨¦dico".

El obst¨¢culo de estos inmigrantes est¨¢ en la base de datos de Torrej¨®n. All¨ª aparecen registrados otros tres habitantes, que sumados al hu¨¦sped y a la familia de cuatro que aspira a censarse suman ocho inquilinos en unos 70 metros cuadrados. El Ayuntamiento no transige. Ellos aseguran que esa gente ya no vive en el apartamento.

Pero el espacio no deber¨ªa influir en su empadronamiento. Eso indica un documento de 2008 del Ministerio de Interior al que ha accedido EL PA?S. Una nota enviada a distintos ayuntamientos catalanes precisa las normas del padr¨®n y no hace referencia al espacio disponible en la vivienda. Lo que s¨ª resalta es que el pasaporte es un documento v¨¢lido para empadronarse, "independientemente de si tiene un visado de turista". Una directriz ignorada por Torrej¨®n.

El Ayuntamiento se ha negado a ofrecer su versi¨®n sobre la contradicci¨®n entre las normas de Interior y sus estrategias para buscar una "inmigraci¨®n regulada" (como se lee en la revista municipal). Remite a las declaraciones del alcalde, Pedro Roll¨¢n, a este diario. El regidor afirmaba que estas reglas defend¨ªan la dignidad de los extranjeros: "No podemos permitir que por pisos de menos de 100 metros se lleguen a cobrar 1.200 o 1.500 euros. Esto les obliga a vivir hacinados... Luchamos contra la esclavitud del siglo XXI". Una "esclavitud" com¨²n seg¨²n este argumento a muchas familias espa?olas, cuya vivienda no tiene 20 metros cuadrados por habitante.

Esta supuesta lucha por favorecer a los inmigrantes ofrece otros logros a la localidad, seg¨²n su revista: "Se ha conseguido que por primera vez baje el n¨²mero de inmigrantes en Torrej¨®n". En otro folleto se explica que las reglas del padr¨®n responden a un "clamor popular". En la plaza del Ayuntamiento, a unos metros de un grupo de subsaharianos, Jos¨¦, de 49 a?os, al igual que otros vecinos, no recordaba problemas con los inmigrantes: "No s¨¦ si hay tensi¨®n en el interior de la gente, pero en el exterior no se ve nada". Tal vez ha bajado el "clamor". O quiz¨¢ los vecinos no lo hab¨ªan notado.