H¨¢blame en na'vi
Por una extra?a raz¨®n -que ahora no viene al caso-, en mi primera adolescencia curs¨¦ dos a?os de esperanto (s¨ª, ya s¨¦ que, seg¨²n dicen, el esperanto se aprende en cuatro d¨ªas, pero mi habilidad para los idiomas se asemeja a la de un mono estudiando ¨¢lgebra). Total, que no hubo forma de hablar nada. No obstante, desde entonces siempre me he preguntado qu¨¦ es lo que hace a un idioma artificial y a otro natural; por qu¨¦ uno tiene prestigio y academia, y el otro s¨®lo referencia en Wikipedia. Seguro que los expertos ya han dado respuesta a eso, pero como soy tozudo por naturaleza, me lo sigo preguntando. En este mundo hay personas dispuestas a aprender a hablar lenguas que salieron de la imaginaci¨®n de un visionario como Zamenhoff o de un sacerdote como Scheleyer y su volapuk. Los hay tambi¨¦n que prefieren probar con las creaciones de ling¨¹istas como Jespersen y su novial, o Elen Kisa y su toki-pona. Incluso -aunque ya me resulte m¨¢s dif¨ªcil de entender- los hay a los que les da por adentrarse en la intrincada gram¨¢tica del klingon de Star Treck o del ¨¦lfico de El se?or de los anillos. En Internet pueden encontrar desde un instituto de lengua klingon hasta un diccionario espa?ol-¨¦lfico, por si les pica la curiosidad.
Las lenguas viven porque alguien est¨¢ dispuesto a decir algo en ellas
Leo estos d¨ªas en la prensa que a ese club de idiomas cinematogr¨¢ficos se ha a?adido recientemente el na'vi, dise?ado por el ling¨¹ista Paul Frommer para James Cameron y su pel¨ªcula Avatar (antes, en los westerns los indios s¨®lo hablaban raro). De momento, en la Red ya ha aparecido un vocabulario, y no ser¨ªa de extra?ar que en el futuro una nueva minor¨ªa se formase alrededor de algo creado originalmente para que lo hablasen unos extraterrestres azules en la pantalla de un cine. Recuerdo que una de las razones que me llevaron a dejar el esperanto fue el comentario continuo de que era un idioma sin tradici¨®n ni utilidad. ?Y qu¨¦ m¨¢s daba? El d¨ªa que dos adolescentes se hablen en na'vi, sin que el resto de la clase se entere de lo que est¨¢n diciendo, ese d¨ªa le habremos encontrado una utilidad al asunto. Qui¨¦n sabe si todos acabaremos hablando algo que ni siquiera ha sido creado todav¨ªa. Por fortuna, las lenguas viven porque hay alguien dispuesto a decir algo en ellas y no porque sean ¨²tiles o tengan un Estado detr¨¢s. Miren, si no, el catal¨¢n...
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