Condici¨®n de supervivencia
Desde finales de los cincuenta y sobre todo a partir de los sesenta del siglo pasado, ninguno de los pa¨ªses m¨¢s ricos de Europa occidental ha sido capaz de garantizar su propia supervivencia sin recurrir a la inmigraci¨®n. El proceso inicialmente se desarroll¨® en el interior del propio continente europeo. Fueron los trabajadores procedentes de Italia, Espa?a, Grecia, Portugal y Turqu¨ªa los que emigraron masivamente a Alemania, Suiza, Francia, B¨¦lgica durante los sesenta y los setenta, haciendo posible que estos pa¨ªses tuvieran un crecimiento econ¨®mico y una sociedad de bienestar como no la hab¨ªan conocido nunca antes.
Lo que le ocurri¨®, y le sigue ocurriendo, a los pa¨ªses occidentales del Norte a partir de 1960, le empez¨® a ocurrir a los pa¨ªses del Sur en los ochenta y sobre todo, de manera muy intensa, en los noventa. Pa¨ªses de emigraci¨®n se convirtieron en pa¨ªses de inmigraci¨®n. Espa?a es el pa¨ªs m¨¢s expresivo de este proceso. Toda Europa Occidental es hoy territorio de inmigraci¨®n y no podr¨ªa sobrevivir si el flujo inmigratorio se detuviera o incluso si se redujera de manera significativa.
La necesidad de inmigraci¨®n es independiente de los ciclos econ¨®micos, pero se ve afectada por ¨¦stos
La inmigraci¨®n es, pues, uno de los presupuestos en los que descansa la supervivencia de todos los pa¨ªses europeos occidentales. Sin los inmigrantes que ahora mismo viven y trabajan en Europa Occidental todos los pa¨ªses de esta parte del continente entrar¨ªan en un proceso de descomposici¨®n irreversible. Nuestra dependencia de la inmigraci¨®n en el futuro va a ser todav¨ªa mayor de lo que ha sido en el pasado y lo est¨¢ siendo en el presente. Europa no va a poder garantizar su propia supervivencia a partir de ella misma durante muchos decenios por no decir que nunca.
Esta necesidad de inmigraci¨®n es independiente de los ciclos econ¨®micos, aunque se ve afectada por estos, de tal manera que la inmigraci¨®n crece m¨¢s cuando el ciclo es expansivo y menos cuando se produce un estancamiento o recesi¨®n. Pero dejar de crecer no deja de crecer nunca o, dicho de otra manera, la tendencia al crecimiento de la inmigraci¨®n es imparable.
Parece razonable intentar ordenar pol¨ªticamente esa tendencia y canalizarla despu¨¦s jur¨ªdicamente. Dada la importancia del fen¨®meno, deber¨ªa alcanzarse un pacto de naturaleza pol¨ªtica sobre qu¨¦ respuesta deber¨ªa darse al mismo y, a continuaci¨®n, convertir ese pacto en norma jur¨ªdica. Tanto el pacto como la norma tendr¨ªan que ser revisados peri¨®dicamente, ya que la forma de manifestaci¨®n del fen¨®meno inmigratorio cambia de manera continua.
Y, en todo caso, ser¨ªa indispensable que hubiera lealtad al pacto y cumplimiento de la norma jur¨ªdica por parte de quienes ocupan las distintas instituciones en los distintos niveles de gobierno que tienen, de una manera u otra, que ocuparse de la inmigraci¨®n. La inmigraci¨®n ¨²nicamente puede ser abordada globalmente tanto desde un punto de vista sustantivo como procesal. Ning¨²n partido puede tener una respuesta de la misma manera que tampoco puede tenerla el Gobierno de la naci¨®n, los Gobiernos auton¨®micos o los municipales. Cada uno puede tener un punto de vista, pero ¨²nicamente un punto de vista que fuera com¨²nmente aceptado por todos constituir¨ªa una respuesta. Dicho de otra manera: o la respuesta es de todos o no es respuesta.
Lo estamos viendo en estos ¨²ltimos d¨ªas en nuestro pa¨ªs. Y lo digo haciendo la reserva de que no creo que se deba demonizar al Ayuntamiento de Vic. En el informativo de las 14.30 de la SER del jueves tuve oportunidad de o¨ªr al portavoz de CiU, Oriol Pujol, y aunque estoy en completo desacuerdo con su afirmaci¨®n de que jur¨ªdicamente la cuesti¨®n del empadronamiento no est¨¢ clara, s¨ª me hizo reflexionar lo que dijo sobre la trayectoria hasta la fecha en pol¨ªtica inmigratoria del Ayuntamiento de Vic, que parece haber sido bastante razonable.
Aparte de que su decisi¨®n es incompatible con la legislaci¨®n vigente, como ha explicado de manera irrefutable la Abogac¨ªa del Estado, es el hecho de ir por libre lo que resulta inaceptable. En este terreno no se puede ir por libre, porque no hay ning¨²n nivel de gobierno, estatal, auton¨®mico o municipal, que pueda dar respuesta a este fen¨®meno.
La inmigraci¨®n no es un problema, pero la inmigraci¨®n s¨ª plantea problemas. Algunos exigen respuesta estatal, otros, respuesta auton¨®mica, otros respuesta municipal y el conjunto respuesta de todos los niveles de gobierno. Ninguna es posible, si la inmigraci¨®n se convierte en materia de enfrentamiento electoral. El electoralismo en este terreno es completamente est¨¦ril. Al final, ning¨²n partido, ni siquiera con una mayor¨ªa absoluta o superabsoluta, podr¨¢ dar respuesta al problema.
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