La ruptura del preacuerdo en el CGPJ pone en riesgo el relevo en el Superior
La designaci¨®n de Jaime Tapia sigue en el orden del d¨ªa del pleno del jueves
Parec¨ªa todo encaminado tras meses de negociaci¨®n, pero la soluci¨®n no va a ser f¨¢cil. El proceso para elegir al nuevo presidente del Tribunal Superior ha vuelto a encasquillarse. La designaci¨®n de Jaime Tapia como relevo de Fernando Ruiz Pi?eiro al frente de la instituci¨®n, apalabrada "desde diciembre", ha quedado nuevamente en el aire tras la "ruptura" del preacuerdo alcanzado entre las corrientes conservadora y progresista del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) debido a su filtraci¨®n p¨²blica. La cuesti¨®n, pese a todo, no est¨¢ bloqueada y permanece como punto en el orden del pleno que se celebrar¨¢ el jueves.
La vocal del PNV en el Poder Judicial, Margarita Uria, fue contundente ayer al confirmar que, "desgraciadamente, no se han respetado los pactos" a los que se hab¨ªa llegado. En este sentido, recalc¨® que "pueden pasar muchas cosas" a¨²n, si bien matiz¨® que su "sensaci¨®n" es que la cuesti¨®n no se tratar¨¢ finalmente en el pleno del jueves. No tendr¨ªa sentido abordar sin consenso un infructuoso proceso de votaci¨®n, como ya ocurri¨® en marzo, y tener que recurrir a un tercero, in¨¦dito hasta la fecha, que minar¨ªa a¨²n m¨¢s la imagen de un Consejo cuestionado ya por su incapacidad de llegar a un acuerdo sobre el Superior.
Los plazos fuerzan a elegir al nuevo presidente entre enero y febrero
Las fechas, sin embargo, apremian y fuerzan a la b¨²squeda del consenso. En marzo expira el plazo de seis meses previsto en la convocatoria para designar al nuevo presidente. S¨®lo el pleno de febrero quedar¨¢ en la rec¨¢mara si la votaci¨®n no se realiza en enero. Y de no alcanzar un pacto, el proceso culminar¨ªa igualmente sin resultado. Quiz¨¢ por este motivo, la cuesti¨®n se mantiene como punto en el orden del d¨ªa que se abordar¨¢ el jueves, a la espera de que se pueda reconducir la situaci¨®n. En caso contrario, la cuesti¨®n podr¨ªa quedar sobre la mesa.
La bald¨ªa experiencia de marzo permanece en la memoria. El debate se centraba tambi¨¦n entonces entre la reelecci¨®n de Fernando Ruiz Pi?eiro para otros cinco a?os o su relevo por parte de Jaime Tapia. Hasta cinco rondas de votaci¨®n se llevaron a cabo, pero todas sin resultado. Ninguno de los dos candidatos alcanz¨® los trece votos necesarios para la designaci¨®n. El aspirante progresista sum¨® los de su corriente a los dos nacionalistas y logr¨® once, mientras que el todav¨ªa presidente en funciones se qued¨® en diez, al obtener el inesperado respaldo del presidente del CGPJ, Carlos D¨ªvar. La tambi¨¦n progresista Mar¨ªa Victoria Cinto se qued¨® en cero.
La rotura definitiva del acuerdo en el seno del Poder Judicial supondr¨ªa un duro rev¨¦s para Tapia, que por dos veces se ha visto a las puertas del Superior, pero tambi¨¦n un punto m¨¢s de incertidumbre para Ruiz Pi?eiro, que suma ya seis a?os al frente del tribunal, casi uno como interino, y tendr¨ªa que afrontar otros cinco en caso de salir reelegido. En la nevera esperan tambi¨¦n su oportunidad Cinto, que ha ganado peso respecto a marzo como posible candidata de consenso, y el tambi¨¦n progresista Manuel D¨ªaz de R¨¢bago, cuya imagen entre la derecha ideol¨®gica est¨¢ m¨¢s debilitada debido a su pronunciamiento contra la Ley de Partidos.
Como trasfondo de la pol¨¦mica late la contaminaci¨®n pol¨ªtica del CGPJ y el reparto de distintos cargos vacantes en otros tribunales auton¨®micos, el Supremo y varias audiencias provinciales codiciadas por conservadores y progresistas. La negociaci¨®n entre ambos sectores del CGPJ se asemeja a un complejo juego de estrategia en el que ninguno parece dispuesto a ceder en sus objetivos si no es a cambio de contraprestaciones.
En este contexto, la designaci¨®n del nuevo presidente del Superior vasco guarda una estrecha relaci¨®n con Valencia y Catalu?a. El primer escenario es objetivo prioritario para los conservadores y el principal campo de batalla, mientras que en el segundo se hab¨ªa consensuado la reelecci¨®n de la conservadora Maria Eug¨¨nia Alegret como contrapunto al relevo progresista en Euskadi. La "reconsideraci¨®n" del intercambio, sin embargo, ha vuelto a paralizar el acuerdo y ha contribuido a enconar todav¨ªa m¨¢s a los dos polos ideol¨®gicos del Poder Judicial.
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