Autoayuda
La filosof¨ªa ha sido secuestrada por los fil¨®sofos y por la academia, ha perdido su p¨²blico original, que eran carpinteros, vendedores de pescado, alfareros, deportistas, gente normal como usted y como yo, y un sonoro y descomunal etc¨¦tera. En este milenio, y en esta crisis que en enero se encrespa, se impone sacar a la filosof¨ªa del gueto, bajarla a tierra o, mejor, elevarla a su funci¨®n primordial, a la ambici¨®n socr¨¢tica de conocerse a s¨ª mismo, esa aspiraci¨®n antigua que sigue muy vigente, "parcialmente, modestamente, tranquilamente, con paciencia, sin precipitaci¨®n, encaminarse hacia una mayor perfecci¨®n. Convertirse en algo, luego en alguien y por ¨²ltimo en s¨ª mismo"; porque ante todo, escribe el fil¨®sofo Michel Onfray, en su delicioso librito La comunidad filos¨®fica, "la filosof¨ªa pertenece a quienes se adue?an de ella", a quienes enfocan la vida desde la ambici¨®n socr¨¢tica y se entregan a la tarea, nada f¨¢cil y sin embargo patrimonio de cualquiera, de trazar una autocartograf¨ªa, una cartograf¨ªa de s¨ª mismos, pues "la filosof¨ªa se ense?a a la manera de c¨®mo se hace un mapa. Luego se entrega una br¨²jula y se invita a cada uno a dibujar su ruta, a inventar su propio camino (...) no se hace el trayecto de otro, no se puede filosofar en su lugar, as¨ª como tampoco se puede vivir, sufrir o morir en lugar de otro".
"La filosof¨ªa se ense?a a la manera de c¨®mo se hace un mapa"
Para empezar a trazar esta autocartograf¨ªa, hay que volver a situarse en la cultura socr¨¢tica de la pregunta, preguntarse a s¨ª mismo todo y de todo como lo hacen los ni?os, porque al final la filosof¨ªa es "ese deseo de saber y comprender, esas ganas de no renunciar a entender los mecanismos del mundo", de uno mismo ante el mundo y su crisis; y a partir de aqu¨ª hay que apelar al devenir revolucionario de los individuos, que propon¨ªa Gilles Deleuze, otro fil¨®sofo: la ambici¨®n socr¨¢tica de conocerse a s¨ª mismo, m¨¢s la autocartograf¨ªa, el mapa de uno mismo con su br¨²jula, nos llevar¨¢n poco a poco al cambio por microcapilaridad, a la revoluci¨®n individual, personal, molecular o at¨®mica; y si no, cuando menos nos mantendr¨¢ entretenidos, distra¨ªdos, mirando la cr¨ªsis con un temple m¨¢s socr¨¢tico, con un ¨¢nimo m¨¢s filosofal.
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