Mucha arena y poco cemento
Expertos en construcci¨®n antis¨ªsmica asesoran a los ingenieros haitianos
Con s¨®lo mirar las calles de Puerto Pr¨ªncipe dan ganas de retirar los escombros y empezar a reconstruir cuanto antes los miles de edificios derribados. M¨¢s de un mill¨®n de personas viven a la intemperie. Pero de momento tendr¨¢n que seguir esperando antes de dise?ar sus nuevos hogares. El Banco Mundial y el Gobierno de Hait¨ª promovieron ayer el encuentro de expertos en construcci¨®n antis¨ªsmica provenientes de California con decenas de ingenieros y arquitectos haitianos. La reuni¨®n continuar¨¢ la pr¨®xima semana y tendr¨¢ como objetivo informar a los haitianos por qu¨¦ se produjo una destrucci¨®n tan masiva y qu¨¦ se puede hacer para evitarla en el futuro.
Entre los asistentes se encontraban los hermanos Ronald y Evelyne Craan, ingeniero y arquitecta de 52 y 51 a?os, hijos a su vez de otro ingeniero de la construcci¨®n. "Lo primero que nos recomendaron", explica Ronald, "es evaluar los edificios no destruidos aunque s¨ª afectados. Tendremos que comprobar cu¨¢les merecen la pena ser reconstruidos y cu¨¢les no. Eso nos llevar¨¢ entre dos y seis meses. Y hasta que no se concluya bien la primera fase no podremos emprender la segunda, que consistir¨¢ en reparar y reforzar algunos bloques y demoler otros. La etapa final ser¨¢ reconstruir la ciudad. Y eso va a ser muy complicado, porque antes de poner un ladrillo en cualquier terreno habr¨¢ que delimitar muy bien hasta d¨®nde llegaba la propiedad de cada uno. Me temo que habr¨¢ litigios".
Para no repetir los errores que llevaron a tanta destrucci¨®n habr¨¢ que averiguar con exactitud cu¨¢les fueron esos errores. Hasta el momento se ha hablado mucho sobre la composici¨®n del hormig¨®n: demasiada arena y poco cemento. Pero los hermanos Craan niegan tal cosa. "Ha habido edificios que quedaron intactos al lado de otros pulverizados", indica la arquitecta. Y los materiales eran los mismos. "En Hait¨ª tenemos un buen laboratorio de ingenier¨ªa, tenemos buenos ingenieros, buenos arquitectos, buenos capataces, buenos materiales y buena arena para construir. ?Qu¨¦ fall¨® entonces? Pues, por un lado, que no tenemos ninguna norma antis¨ªsmica, porque el ¨²ltimo terremoto potente lo sufrimos en 1843; y, por otro, que, como somos un pa¨ªs pobre, no contamos con una buena pol¨ªtica de supervisi¨®n. Aqu¨ª cada uno se cree ingeniero y arquitecto", concluye Evelyne Craan.
"A veces el ingeniero calcul¨® bien la resistencia de los materiales, el arquitecto dise?¨® bien la planta de la casa, pero lleg¨® el capataz y se ahorr¨® lo que pudo en materiales y en tiempo de construcci¨®n. Y en otros casos se ha a?adido altura a edificios que fueron dise?ados para soportar s¨®lo el peso de dos pisos. Y nadie supervis¨® la obra".
Los hermanos Craan explican que hay un tipo de temblor que lo origina el movimiento horizontal de las placas tect¨®nicas. Con ellos la destrucci¨®n se produce mediante el balanceo de los edificios; otros temblores se desencadenan por el movimiento vertical del suelo, que provoca golpes en los bajos de las casas como si se tratara de una inmensa taladradora. "En el caso de Hait¨ª confluyeron los dos tipos de movimientos tect¨®nicos. O sea, hubo balanceo y taladro. Por eso hay tantos edificios ladeados y al mismo tiempo tantos suelos hundidos. Algunas columnas se han clavado en el techo de las casas como si fueran puntillas".
Adem¨¢s de todo lo anterior, es necesario conocer un detalle: "En Hait¨ª hay dos tipos de ladrillos: los que se hacen en f¨¢bricas y los hechos a mano. Estos ¨²ltimos son mucho m¨¢s baratos, pero absorben peor los golpes. En cuanto tengamos una normativa antis¨ªsmica, el panorama cambiar¨¢. Resistiremos temblores de hasta 8,5 en la escala Richter", se?ala el ingeniero Craan.
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