No en mi comunidad

Si el pleno del Ayuntamiento de Asc¨® (Tarragona), controlado por CiU con apoyo socialista, mantiene lo anunciado, hoy aprobar¨¢ su candidatura para albergar el almac¨¦n centralizado que debe conservar los residuos nucleares de toda Espa?a, el ATC. Esa candidatura se unir¨ªa a la ya presentada por Yebra, Guadalajara. La decisi¨®n de optar al ATC es competencia municipal, seg¨²n record¨® ayer la ministra de Medio Ambiente. Pero tanto CiU como los socios del PSC y, finalmente ayer, el presidente catal¨¢n, el socialista Jos¨¦ Montilla, han expresado su rechazo a que Asc¨® acoja dicho almac¨¦n.

El debate sobre c¨®mo almacenar los residuos es independiente de la opci¨®n a favor o en contra de la energ¨ªa nuclear. Tanto si se abren m¨¢s centrales como si se cierran las existentes, sus residuos deber¨¢n ser almacenados. Hay para ello tres soluciones: mantenerlos dispersos en instalaciones anexas a las centrales, como ahora; enviarlos a almacenes ubicados en Francia, como tambi¨¦n se hace con una parte de los residuos (lo que a partir de diciembre costar¨¢ 60.000 euros al d¨ªa); o construir un almac¨¦n centralizado de m¨¢xima seguridad, preferentemente donde ya haya alguna central. El Congreso aprob¨® en 2004, por unanimidad, instar al Gobierno a adoptar esta tercera f¨®rmula, avalada como la m¨¢s eficiente desde el punto de vista de la seguridad.

Los argumentos de Montilla, presionado por sus socios de Gobierno (uno de los cuales, ICV, amenaza con romper el tripartito), son que no hay suficiente consenso para la candidatura de Asc¨® y que Catalu?a ya ha cubierto su cuota de solidaridad con sus centrales, que producen el 40% de la energ¨ªa nuclear espa?ola. En eso coincide con su hom¨®logo castellanomanchego, Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda; la l¨ªder del PP en esa comunidad, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, y el convergente Artur Mas: s¨ª a un ATC, pero no en mi comunidad.

Este doble lenguaje refleja un problema de fondo de la pol¨ªtica espa?ola: algunos dirigentes auton¨®micos buscan legitimarse ante su electorado, no tanto por sus posiciones pol¨ªticas (en este caso, acerca de la energ¨ªa nuclear), como por la explotaci¨®n de supuestos agravios frente a otros territorios y la reafirmaci¨®n de la independencia respecto al poder central y el propio partido. Una estrategia en la que Jos¨¦ Bono revel¨® ser un maestro.

Equilibrios que a menudo les obligan en incurrir en contradicciones. Montilla, por ejemplo, apost¨® por el almac¨¦n centralizado en 2004, como ministro de Industria, y en 2006 impuls¨® la campa?a televisiva en la que invitaba a los ayuntamientos a optar al ATC. En 2008, siendo ya presidente de la Generalitat, su partido se opuso a una moci¨®n del Parlamento catal¨¢n contraria a la instalaci¨®n del ATC en Catalu?a. Cospedal es a un tiempo la n¨²mero dos del PP nacional, fuerza que vot¨® el ATC, y la presidenta del partido en Castilla-La Mancha, que expedientar¨¢ a los concejales de Yebra por presentar su candidatura al mismo.