Cuesti¨®n de ritmos
La lucha contra ETA conforma la raz¨®n de ser del pacto pol¨ªtico entre PSE-EE y PP. A esta firme convicci¨®n antiterrorista, que despliega de paso una sensibilidad con las v¨ªctimas de la violencia, se debe atribuir el nuevo escenario policial en el que la Ertzaintza se desenvuelve ahora. Y lo hace asistida de una confianza pol¨ªtica que el Departamento vasco de Interior ha imprimido para reclamar una mayor exigencia en el objetivo final, ofreciendo de paso todos los medios materiales y econ¨®micos necesarios.
La Ertzaintza no recibe ahora m¨¢s informaci¨®n antiterrorista que antes. Como siempre, cada uno de los cuerpos policiales tiene sus propias l¨ªneas de investigaci¨®n y nadie quiere hacer dejaci¨®n de su protagonismo. Ni siquiera tiene franqueado el paso a Francia, centro neur¨¢lgico de ETA. ?D¨®nde est¨¢ el cambio? La diferencia estriba en la simbiosis que se ha alcanzado en la Ertzaintza entre su direcci¨®n pol¨ªtica y sus cuadros operativos, deseosos de "cobrarse esta pieza", como ayer mismo se escuchaba a uno de los agentes que particip¨® en la desarticulaci¨®n de un comando legal (no fichado).
Precisamente esta proyecci¨®n medi¨¢tica de que ahora s¨ª existe desde el Gobierno vasco una ofensiva n¨ªtida contra ETA y su entorno pone de los nervios al PNV, que se siente injustamente tratado. A tal punto llega su indignaci¨®n, que ayer mismo estuvo a punto de suspender la reuni¨®n del viernes entre su presidente, I?igo Urkullu, y el lehendakari si ¨¦ste no templaba las cr¨ªticas del PSE a la anterior etapa de la Ertzaintza. En realidad, como admiten en la propia polic¨ªa vasca, todo es una cuesti¨®n de ritmos: "Antes se iba muy lento y ahora se va muy r¨¢pido".
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