Pompeya, ciudad (arqueol¨®gica) sin ley
- El derrumbe de 50 metros de muros romanos hace saltar las alarmas en el parque - Los sindicatos denuncian que el sitio lo controlan la Camorra y Protecci¨®n Civil
Pompeya, la ciudad romana que sepult¨® la ceniza del Vesubio, Patrimonio de la Humanidad protegido por la Unesco desde 1997, sigue sufriendo dos mil a?os despu¨¦s el abandono y la impericia de las autoridades. Bajo el acoso de la Camorra, que trapichea en la zona arqueol¨®gica y edifica donde le parece, la gesti¨®n de Pompeya fue entregada el verano pasado por el Gobierno a un comisario extraordinario, manager de la todopoderosa Protecci¨®n Civil, dotado de atribuciones especiales.
Justificada como soluci¨®n a la "grave degradaci¨®n" y al "estado de riesgo" que amenaza el ¨¢rea, en la gesti¨®n del comisario Marcello Fiori ha primado la espectacularidad y la superficialidad sobre la calidad y la seguridad, seg¨²n afirman expertos y trabajadores del campo.
En junio la polic¨ªa descubri¨® un t¨²nel de 30 metros lleno de objetos robados
"Pompeya, con 2,5 millones de visitantes y 20 millones de ingresos al a?o, se gestiona hoy con un estilo espectacular y populista incompatible con el tiempo, casi siempre lento e ingrato, de la arqueolog¨ªa", resume un funcionario del sitio que pide anonimato.
El s¨ªntoma m¨¢s claro es que entre los 600 trabajadores de Pompeya reina la omert¨¤. S¨®lo los sindicalistas hablan, desde fuera, con nombre y apellido. El resto no revela su identidad por temor a las represalias.
Un misterioso incidente ha sido convertido casi en asunto de Estado por la direcci¨®n. Los trabajadores denuncian que se ha intentado minimizar da?os muy graves. Y esto ha hecho estallar en el sitio arqueol¨®gico una tensi¨®n latente desde hace meses.
El 14 de enero, una obra puesta en marcha a toda prisa, en turnos de siete d¨ªas, seg¨²n los sindicatos, para dar brillo a la inminente visita al sitio de un pol¨ªtico (no est¨¢ claro si es el presidente Giorgio Napolitano o el primer ministro Silvio Berlusconi), caus¨® el derrumbamiento de dos muros, uno de 30 metros y otro de 20. Dos paredes de casas antiguas, seg¨²n algunas fuentes decoradas con frescos, se vinieron abajo.
El sindicalista Gianfranco Cerasoli, de la UIL, explica que la obra fue decidida por el comisario Fiori y afectaba a la zona de la V¨ªa de la Abundancia, donde se encuentran la Casa de los Castos Amantes -descubierta en 1987 y cerrada con andamios desde entonces- y la Casa de Polibio. "Colocaron una gr¨²a muy grande sobre un terrapl¨¦n fr¨¢gil, y con la lluvia la gr¨²a cay¨® sobre el muro que rodea la Isla de la Casa de los Castos Amantes; ¨¦ste a su vez derruy¨® una pared contigua", explica Cerasoli.
El comisario Fiori ha negado que los desperfectos hayan sido graves, ha desmentido que los hubiera causado una gr¨²a y los ha achacado a las fuertes lluvias. Siguiendo al mil¨ªmetro la l¨ªnea oficial, Fiori ha preferido anunciar que "en febrero ser¨¢ posible ver la excavaci¨®n de la Casa de los Castos Amantes a trav¨¦s de un pl¨¢stico transparente y un sistema de c¨¢maras de televisi¨®n".
El director de la excavaci¨®n de Pompeya, el arque¨®logo Antonio Varone, ha acusado a los sindicatos de alarmismo y ha quitado hierro al percance, limit¨¢ndolo a un "peque?o corrimiento de tierras".
Pero la denuncia parte de la prestigiosa asociaci¨®n privada Italia Nostra, que vela por el patrimonio cultural. Italia Nostra habla de omert¨¤ y de "distorsiones" en la gesti¨®n y ha exigido "transparencia inmediata".
Una funcionaria del parque da su versi¨®n mientras se aleja de la oficina para hablar sin ser o¨ªda: "Tenemos miedo, el clima aqu¨ª es de intimidaci¨®n. No sabemos siquiera qu¨¦ da?os reales ha habido porque la consigna es no hablar, y ni siquiera han dejado entrar a los t¨¦cnicos a hacer fotos".
Los sindicatos explican que las obras en curso costar¨¢n 33 millones de euros, y que el d¨ªa 20 el comisario firm¨® una entrega de 200.000 euros para reparar los da?os. Adem¨¢s, se?alan que 12 d¨ªas despu¨¦s del incidente no se hab¨ªa mandado el preceptivo informe al director general del ministerio, Stefano de Caro.
Seg¨²n Bagio de Felice, del sindicato CGIL, "la actuaci¨®n de Fiori y la falta de reacci¨®n del ministerio que dirige Sandro Bondi revelan que el Estado ha abdicado de tutelar el patrimonio de Pompeya y N¨¢poles y certifica el fracaso de la pol¨ªtica cultural".
"En ese desierto hace carrera la presunta eficacia de la Protecci¨®n Civil, que usa los mismos m¨¦todos en Pompeya que en L'Aquila. Entre nosotros circula este chiste: hab¨¦is llegado 2.000 a?os tarde a la erupci¨®n, ahora no hace falta que os deis prisa".
Fiori es un hombre vers¨¢til y de probada capacidad de trabajo. Pero los t¨¦cnicos dudan de que sea el hombre que necesita Pompeya. "Es un lugar muy delicado, no puedes hacer obras como si fuese una autopista", se?ala Pietro Giovanni Guzzo, responsable estatal (superintendente) del sitio desde 1994 a 2009. El arque¨®logo recalca que "en Pompeya lo m¨¢s importante es combatir la infiltraci¨®n de la Camorra, que edifica viviendas ilegales donde quiere y controla los negocios en la zona". Seg¨²n el diario L'Unit¨¤, que destap¨® el incidente, un comerciante del ¨¢rea, Nicola Mercurio, se ha convertido "en el brazo derecho de Fiori". En junio de 2009, la polic¨ªa de N¨¢poles descubri¨® un t¨²nel secreto de 30 metros lleno de objetos robados que iba desde la excavaci¨®n hasta una vivienda cercana.
Babelia
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