Hait¨ª, el d¨ªa despu¨¦s

La conferencia de donantes celebrada en Canad¨¢ ha confirmado todos los errores que la comunidad internacional pod¨ªa cometer a la hora de ayudar a Hait¨ª. Convocada sin apenas preparaci¨®n, no pas¨® de lo que parecen condenadas a ser estas citas, una simple pasarela para exhibir la compasi¨®n, cuyos efectos se extinguen tan pronto se apagan los focos sobre el escenario. Las sumas anunciadas como contribuci¨®n rara vez se hacen efectivas y la escasa porci¨®n que se materializa se pierde en un oc¨¦ano de miseria, acotado, adem¨¢s, por unas reglas para el comercio internacional que penalizan los pocos productos en los que los pa¨ªses atrasados son competitivos y una deuda externa que asfixia el desarrollo.

La respuesta al terremoto no es la primera experiencia de los haitianos sobre este tipo de iniciativas internacionales. Otras conferencias de donantes fueron convocadas tras el devastador hurac¨¢n de 2004, sin que la situaci¨®n del pa¨ªs experimentase mejoras sustanciales. La ayuda internacional no debe obviar el hecho de que en Hait¨ª existe un Gobierno, por m¨¢s que sus estructuras fueran extremadamente d¨¦biles antes del terremoto y su liderazgo contestado por la oposici¨®n y algunos sectores sociales. El se¨ªsmo que destruy¨® las principales ciudades corre el riesgo de afectar la legitimidad del presidente Pr¨¦val, sentando las bases para una crisis pol¨ªtica que complicar¨ªa a¨²n m¨¢s el socorro a las v¨ªctimas y la reconstrucci¨®n del pa¨ªs. Puede que poner en pie una autoridad internacional que se subrogue en los deberes del Estado haitiano, seg¨²n una idea que ha empezado a circular entre los donantes, garantice un mejor empleo inmediato de la ayuda. Pero al coste de comprometer el desarrollo, una de cuyas condiciones es la estabilidad institucional y pol¨ªtica.

Naciones Unidas deber¨ªa tomar cuanto antes la iniciativa en la ayuda a Hait¨ª, articulando mecanismos que refuercen las estructuras estatales y la autoridad del Gobierno, al mismo tiempo que se ejecuta la ayuda ya concedida. En cualquier caso, para la pr¨®xima conferencia de donantes, prevista en Nueva York en marzo, la comunidad internacional deber¨ªa contar con un plan de acci¨®n ratificado por el Gobierno haitiano. La Uni¨®n Europea, que no ha sido capaz de articular una respuesta com¨²n a la tragedia, tendr¨ªa ahora la oportunidad de empujar en esa direcci¨®n.