Sucios
?Acaso queda alguien que no se haya sentido sucio al saber que los grandes fabricantes de gel de ducha estaban enga?¨¢ndonos con sus precios? Ha sido humillante frotarse bajo las axilas con un producto tramposo, enjabonarse la entrepierna con la met¨¢fora misma del enga?o comercial. Que nos estafen con el jab¨®n de ba?o es la mejor imagen del tiempo que nos ha tocado vivir. La Comisi¨®n Nacional de la Competencia ha multado a Fa, a La Toja, a Magno, a S¨¢nex, a Lactovit, a Kinesia, a Heno de Pravia, por pactar de espaldas al consumidor una reducci¨®n en el tama?o de sus envases y una subida de precios general. Nombres que para nosotros quer¨ªan decir caricia, confort, dulzura y placidez y hasta frescor salvaje del Caribe... Que ya no te puedas fiar ni de tu gel dermonutritivo para pieles sensibles es algo as¨ª como te estafe tu madre con las vueltas del pan. El mundo al rev¨¦s. Si las instituciones limpiadoras ensucian el ambiente, ?qu¨¦ nos queda?
Al mismo tiempo que esta noticia llegaba a nuestras duchas y ba?eras, el presidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy desgranaba en la apertura del Foro de Davos las razones por las que es urgente una regeneraci¨®n del mundo econ¨®mico global. Hay que frenar a los que juegan con el bienestar de los otros, a los codiciosos que han amasado dinero f¨¢cil sin crear riqueza ni empleo. Y lo dijo todo, se puede rescatar en la Red, con ese aire suyo autoritario pero distra¨ªdo, con esa fuerza redentora que le ha dado el amor y que lo ha transformado de un hombre resentido y amenazante en un ser humano generoso y comprensivo con aquellos que s¨®lo buscamos un rinc¨®n tranquilo donde amar y ser amados, y luego ducharnos. Desde Estados Unidos, Barack Obama clama por apretar las tuercas a la banca, que es la anguila huidiza de toda esta crisis.
Pero las portadas se las ha llevado Steve Jobs con la nueva tableta digital de Apple, recibida con una acr¨ªtica reverencia. A ratos parec¨ªa que hubiera inventado el ordenador port¨¢til, pero si lo miras bien se asemejaba m¨¢s a la serpiente d¨¢ndonos a comer la manzana. Seguimos creyendo que lo que llaman nuevo es realmente nuevo y lo que dicen que limpia realmente limpia.
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