"Si eres visionario, los avances t¨¦cnicos llegan antes"

Intenten imaginarse viajando por una autopista inteligente en la que los conductores no tienen que conducir y no hay accidentes. ?Verdad que suena a ciencia-ficci¨®n? Pues parece ser que no: "No creo que sea tan lejano, al menos algunas piezas de esa tecnolog¨ªa pueden llegar en pocos a?os. Lo bueno de ser acad¨¦mico es que puedes ser un visionario, y, si lo eres, los avances tecnol¨®gicos llegan mucho antes".

Andrea Goldsmith, una chica de California de bellos ojos grises y esbelta figura realzada por el vestido rojo con el que llega a desayunar, habla con mucha confianza y con el tono llano y pedag¨®gico de una maestra; es catedr¨¢tica de Ingenier¨ªa Electr¨®nica en la Universidad de Stanford (EE UU). Experta en tecnolog¨ªas, especialmente en la comunicaci¨®n wireless (sin cables), se dedica a imaginar cosas, intentarlas y hacerlas. Por ejemplo, aparte de las autopistas autom¨¢ticas, trabaja en microchips que se insertan en el cuerpo para hacer seguimiento a distancia de una dolencia, en los tel¨¦fonos m¨®viles de dentro de 30 a?os o en la forma de descomponer el cerebro humano como una red de neuronas que puedan repararse o conectarse por v¨ªas alternativas.

La ingeniera trabaja en la pr¨®xima generaci¨®n de tecnolog¨ªa sin cables

De paso en Madrid como presidenta, por segundo a?o, del jurado del Premio BBVA Fronteras del Conocimiento de Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n, Goldsmith pide caf¨¦ con leche, zumo, y se sirve del buf¨¦ del desayuno salm¨®n y unas pocas alcaparras, huevos revueltos, unas lonchas de jam¨®n serrano y queso. Normalmente toma s¨®lo el caf¨¦, porque se levanta con el tiempo justo para preparar a sus dos hijos y salir hacia el trabajo.

Suena estresante, pero tampoco acertamos, porque lo hace todo con la tranquilidad que le ha dado aceptar sin dramatismo que en algunos momentos no podr¨¢ ser la madre que quiere ser y en otros no ser¨¢ la profesional que le gustar¨ªa. "Pero tampoco hay que castigarse", sonr¨ªe. Para la parte familiar habr¨ªa que preguntarle a los interesados, pero en la profesional desde luego no le va mal: preside la Sociedad de Teor¨ªa de la Informaci¨®n del Institute of Electrical and Electronic Engineers (IEEE), y ha recibido reconocimientos, entre otros, de la Academia Nacional de Ingenier¨ªa de EE UU.

Le gusta mucho Espa?a (en este pa¨ªs se prometi¨® con su marido, mexicano) y le gusta mucho comer. Pero no tanto como hablar, admite delante de unos huevos revueltos ya muy fr¨ªos. Si hay quien dice que se puede saber mucho de una cultura a trav¨¦s de su desayuno, Goldsmith cree que se puede saber lo mismo fij¨¢ndose en c¨®mo se usa la tecnolog¨ªa. La sucesi¨®n de avances t¨¦cnicos empuja vertiginosamente los cambios sociol¨®gicos. "Antes, la cultura avanzaba a trav¨¦s del pasado, de la historia, evolucionaba desde los padres, de los abuelos y de la gente de alrededor, pero ahora la tecnolog¨ªa impulsa la cultura tanto o m¨¢s".

Pero como est¨¢ empe?ada en que no se adelanten conclusiones ni sobre ella ni sobre su trabajo, esta visionaria insiste en que tampoco hay que volverse loco y desechar sin m¨¢s lo que hemos aprendido y funciona. Pone un ejemplo de su experiencia como profesora universitaria: por mucho que haya que repensar c¨®mo y qu¨¦ se ense?a y c¨®mo se pueden aprovechar las nuevas herramientas, hay ocasiones para las que todav¨ªa no ha "encontrado nada mejor que escribir en una pizarra".