Un 'remake' contra Hollywood
Con esta nueva ley, es la segunda vez que el Gobierno catal¨¢n intenta imponer cuotas de doblaje o subtitulado en catal¨¢n, especialmente de las pel¨ªculas m¨¢s taquilleras. Lo intent¨® el Gobierno de Jordi Pujol en 1998 con un decreto que suscit¨® el mismo debate y las mismas cr¨ªticas que el proyecto de ley actual. Distribuidores y exhibidores recurrieron y el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a suspendi¨® la capacidad sancionadora del decreto, con lo que ¨¦ste qued¨® en agua de borrajas. Tras pactar con las majors estadounidenses el doblaje de un m¨ªnimo de pel¨ªculas a cargo de la Generalitat, en 1999, el mismo Gobierno de Pujol se vio obligado a retirar el decreto. Entonces el porcentaje de copias de cine en catal¨¢n apenas superaba el 2%; 10 a?os despu¨¦s s¨®lo ha aumentado un punto. Hasta en esto el remake es id¨¦ntico.
Con esta experiencia, el segundo Gobierno tripartito ha reiniciado el proceso, pero ahora ha optado por publicar una ley para asegurarse la capacidad sancionadora. El departamento de Cultura y Medios de Comunicaci¨®n, en manos de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), intent¨® pactar con distribuidores y exhibidores. Se comprometi¨® por escrito a asumir el coste del doblaje o la subtitulaci¨®n al catal¨¢n y compensarles si hubiera p¨¦rdidas por deserci¨®n de p¨²blico. A pesar de esas ventajosas condiciones, se encontraron con la negativa de las majors, para las que no es tanto un problema de dinero como de principios: les asusta crear precedentes que puedan esgrimir otras comunidades ling¨¹¨ªsticas.
Ante la velada amenaza de productores y distribuidores de limitar el n¨²mero de copias para no verse obligados as¨ª a dar versi¨®n catalana de los filmes, la reacci¨®n de ERC fue inmediata: endureci¨® a¨²n m¨¢s el proyecto de ley.
La pol¨¦mica, en cualquier caso, ha sepultado dos aspectos importantes. Por un lado, los costes. Seg¨²n un estudio encargado por los distribuidores, el doblaje al catal¨¢n de una pel¨ªcula valdr¨ªa de media unos 25.000 euros, a los que habr¨ªa que a?adir 1.500 euros si el proceso fuera en sistema dolby y 1.300 m¨¢s de la primera copia f¨ªsica, que se rebajan a 650 euros a partir de la segunda copia. El subtitulado es a¨²n m¨¢s econ¨®mico: 4.500 euros la primera cinta y 1.500 cada copia.
El segundo aspecto oculto es la cantidad de medidas de tipo industrial que ofrece la ley, como la unificaci¨®n de ayudas institucionales al sector, a partir del Instituto Catal¨¢n de Industrias Culturales, el Instituto Catal¨¢n de Finanzas y la televisi¨®n auton¨®mica.
Asimismo, la ley es ambiciosa con la industria, por lo que incide en todas sus fases. As¨ª, se prev¨¦ la creaci¨®n de fondos de fomento a la producci¨®n, a la distribuci¨®n independiente y tambi¨¦n ayudas a la exhibici¨®n. En este apartado est¨¢ incluida la creaci¨®n de una red concertada de pantallas para promover filmes producidos en Catalu?a, la Uni¨®n Europea o fuera de ella pero siempre de inter¨¦s cultural y siempre subtituladas en catal¨¢n si la versi¨®n original no es una lengua cooficial en Catalu?a. Otra aportaci¨®n es la ayuda a la digitalizaci¨®n de las salas. En dos ¨²ltimas vueltas de tuerca, tambi¨¦n se compromete a vigilar m¨¢s las pr¨¢cticas de las distribuidoras que obstaculicen la libre competencia y a impulsar un estudio sobre la situaci¨®n laboral del sector. No es poco.
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