Un agujero de seguridad que el juicio no puede tapar
Si todo se desarrolla conforme a lo previsto, el juicio contra Roberto Fl¨®rez quedar¨¢ visto para sentencia ma?ana, una vez declare el ¨²ltimo de los peritos -un agente del CNI que debe corroborar el car¨¢cter secreto de la documentaci¨®n que guardaba el ex esp¨ªa en su domicilio y en un despacho particular- y que las partes eleven a definitivas sus conclusiones. El fiscal pide 12 a?os de c¨¢rcel por un delito de traici¨®n, mientras que el abogado del Estado plantea adem¨¢s, como alternativa, el de revelaci¨®n de secretos, castigado con s¨®lo cuatro a?os.
El juicio contra Fl¨®rez no es el primero que se celebra por traici¨®n, pero su condena, de producirse, s¨ª ser¨ªa la primera. Al menos, tal como la define el art¨ªculo 584 del C¨®digo Penal.
El ex director Saiz no se esforz¨® en desmontar la coartada de Fl¨®rez
La causa no entra en averiguar c¨®mo consigui¨® el esp¨ªa la documentaci¨®n
Aunque su abogado, Manuel Oll¨¦, reclama la absoluci¨®n, ni siquiera el propio Fl¨®rez niega que se llevara a casa documentaci¨®n del CNI, aunque sostiene que lo hac¨ªa para adelantar trabajo de una monograf¨ªa que le hab¨ªan encargado. Las cartas en las que ofrec¨ªa, por ejemplo, la lista de todos los agentes del servicio secreto espa?ol por orden alfab¨¦tico a cambio de 200.000 d¨®lares son, seg¨²n su versi¨®n, un "anexo" para dicha monograf¨ªa. Puede que la coartada de Fl¨®rez no resulte muy convincente, pero a su defensor le basta con sembrar la duda. El ex director del centro Alberto Saiz, que en su declaraci¨®n ni siquiera cit¨® a Rusia como beneficiaria de la supuesta traici¨®n, no se esforz¨® en desmontarla.
Las misivas de Fl¨®rez, el "supuesto pr¨¢ctico" como ¨¦l las denomin¨®, eran de un gran realismo. Los informes que ofrec¨ªa se corresponden con documentos reales y su destinatario, Petr Melnikov, era el representante del servicio exterior ruso en la Embajada en Madrid, acreditado como tal ante el CNI. Lo ¨²nico que no era verdad era su presentaci¨®n: "Soy un directivo del Cesid que tiene inter¨¦s en comunicarle su disposici¨®n a colaborar con el servicio y el pa¨ªs al que usted representa", dec¨ªa. Pero Fl¨®rez no era ning¨²n directivo, sino un simple cabo de la Guardia Civil.
Por eso sorprende m¨¢s que pudiera tener acceso la mayor parte de la informaci¨®n que manejaba: incluida la "lista de agentes dobles en la delegaci¨®n del GRU y del SVR en Espa?a" o el "informe sobre delegaciones del CNI en el exterior".
A pesar de celebrarse a puerta cerrada, el juicio ha dejado en evidencia que el CNI tuvo un enorme agujero de seguridad, por el que salieron cajas enteras de informaci¨®n secreta. Una mera ojeada a la relaci¨®n documentos incautados a Fl¨®rez muestra que estos abarcan un periodo de cinco a?os, desde 1999 a 2003. La explicaci¨®n, seg¨²n el abogado del Estado, es que el acusado "se fue apoderando de documentaci¨®n e informaci¨®n clasificada como secreta durante a?os". Lo que no explica es por qu¨¦ nadie se percat¨® de ello. Ni qui¨¦n es el responsable.
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