El Pent¨¢gono entierra la doctrina que oculta a los homosexuales
El secretario de Defensa de EE UU considera que la norma debe ser abolida
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, declar¨® ayer que debe cambiar la ley que dicta que los militares que se declaren homosexuales deben ser expulsados del Ej¨¦rcito. El proceso de acabar con la pol¨ªtica actual conocida como don't ask, don't tell (no preguntes, no digas) se llevar¨¢ a cabo de una forma "profesional y desapasionada", a?adi¨® Gates.
En una comparecencia ante la Comisi¨®n de las Fuerzas Armadas del Senado, Gates dijo que desde que en 1993 se aprobara la pol¨¦mica ley hab¨ªan cambiado mucho las actitudes hacia los gays y lesbianas en la sociedad y que el Ej¨¦rcito deb¨ªa modificar las reglas para adaptarse a los nuevos tiempos. "El presidente cuenta con mi total apoyo en este tema", manifest¨® el secretario de Defensa. "La ley no preguntes, no digas debe de ser revocada". El anuncio -comedido y razonado- de Gates fue un paso m¨¢s hacia la meta de Obama de poner fin a la ley que hace m¨¢s de 15 a?os conden¨® al silencio a los homosexuales que serv¨ªan en las fuerzas norteamericanas. Desde entonces, m¨¢s de 11.000 militares se han visto forzados a renunciar al uniforme debido a su orientaci¨®n sexual.
Es el mayor cambio desde que en 1948 se suprimi¨® la discriminaci¨®n racial
Con el pa¨ªs sumido en dos guerras y tras casi diez a?os de combates en el extranjero, Gates insisti¨® en que su objetivo es que revertir la ley no cause ning¨²n conflicto interno en unas fuerzas armadas que ya soportan sobre sus hombros una gran carga. Por ese motivo, el secretario de Defensa ha nombrado un grupo de expertos -"que trabajar¨¢ sin prejuicios"- que revisar¨¢ a fondo las consecuencias de la transici¨®n que ponga fin a la discriminaci¨®n. El grupo tendr¨¢ hasta final de a?o para presentar su informe.
Consciente de que el tema es de alto riesgo y que desatar¨¢ una profunda divisi¨®n entre los miembros de las fuerzas armadas, Gates reconoci¨® la gran dificultad de una tarea que podr¨ªa abrir el camino al mayor cambio dentro del servicio militar desde que en 1948 se orden¨® que las unidades suprimieran la discriminaci¨®n racial en los criterios de admisi¨®n.
Junto a Gates compareci¨® el jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas estadounidenses, Mike Mullen, quien dijo que los homosexuales tienen que formar parte del Ej¨¦rcito porque "es lo correcto". La declaraci¨®n de Mullen es la m¨¢s contundente realizada nunca por un alto rango de las fuerzas armadas, aunque el almirante quiso puntualizar que hablaba por si mismo y s¨®lo por si mismo.
La pol¨ªtica de exclusi¨®n de gays y lesbianas dictada durante la Administraci¨®n de Bill Clinton permite que ¨¦stos permanezcan en las fuerzas armadas siempre que oculten sus preferencias sexuales. A cambio, sus superiores no podr¨¢n hacer nada para investigar su verdadera orientaci¨®n sexual.
Aunque lo que se proh¨ªbe, en realidad, es que los soldados "muestren propensi¨®n a o intento alguno de tomar parte en actos homosexuales".
Ya en 1981 el entonces presidente Ronald Reagan firm¨® una directriz en la que dec¨ªa que "ser homosexual es incompatible con el servicio militar", por riesgo de insubordinaci¨®n, falta de confianza en los compa?eros de filas o riesgos de filtraci¨®n de informaci¨®n secreta. Los homosexuales eran expulsados del ej¨¦rcito sin derecho a las pensiones de las que disfrutan los otros veteranos, de un modo calificado oficialmente de deshonroso. Bill Clinton quiso solucionar aquello y fue quien firm¨® la ley, en 1993, que aceptaba que los gays prestaran servicio de uniforme, siempre y cuando no manifestaran abiertamente su sexualidad.
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