"Luchar¨¦ hasta el final"

"Voy a luchar hasta el final, es una promesa que he hecho". Amparo Berm¨²dez, de 51 a?os, est¨¢ indignada. Junto a ella est¨¢ su hija Silvia, de 27, que corrige, puntualiza o aclara las explicaciones de su madre. Al fondo de la habitaci¨®n, Arturo Berm¨²dez, de 84 a?os, se limita a asentir. Son la hija, la nieta y el viudo de ?ngeles Blasco Ib¨¢?ez, vecina de Manises que falleci¨® el 10 de marzo de 2008, nueve meses despu¨¦s de haber solicitado las ayudas de la ley de Dependencia. Desde entonces, ni ?ngeles ni sus familiares han recibido un euro de las ayudas previstas por la ley. Y es probable que, a pesar de llevar m¨¢s de dos a?os y medio luchando por ellas, no lleguen a recibirlas nunca.

Su problema es el de otros 11.000 valencianos y decenas de miles m¨¢s de espa?oles que se enfrentan a las incongruencias que de vez en cuando arrojan las leyes y a la falta de diligencia que, en ocasiones, demuestran quienes tienen que aplicarlas.

La incongruencia tiene que ver con que la ley de Dependencia estableci¨® que las ayudas tienen efecto retroactivo desde su solicitud pero no dej¨® claro qu¨¦ sucede cuando los beneficiarios mueren durante su tramitaci¨®n. Si no se les ha llegado a valorar, no se sabe oficialmente su grado y nivel de deterioro y, por ello, se ignora qu¨¦ recursos les corresponder¨ªan y, por tanto, el dinero que deber¨ªan percibir. Este es el razonamiento de la Consejer¨ªa de Bienestar Social para explicar que como no se lleg¨® a valorar a ?ngeles, a su familia no le corresponden ayudas. De hecho, todas las autonom¨ªas est¨¢n pendientes de coordinar un criterio com¨²n para solventar este problema.

Pero, y aqu¨ª viene la falta de diligencia, pasaron nueve meses sin que se valorara a ?ngeles, mucho tiempo teniendo en cuenta que ahora hay un l¨ªmite de seis para concluir todo el expediente. Si Bienestar Social fue quien tard¨® tanto en valorarla, ?por qu¨¦ tiene que ser su familia quien pague por la falta de agilidad administrativa de la consejer¨ªa y deje de cobrar las ayudas?

?ngeles no pod¨ªa comer por s¨ª misma. Ni vestirse, lavarse o moverse. "Necesitaba a alguien constantemente a su lado", recuerda su hija. Seg¨²n el informe m¨¦dico que se adjunt¨® a la solicitud de las ayudas -sin valor oficial para la Generalitat-, ten¨ªa Alzheimer, diabetes, hipertensi¨®n y hab¨ªa sufrido un infarto. Por todo ello, su hija decidi¨® abandonar su trabajo y cuidarla el tiempo que le quedara de vida. "Para dejarla en una residencia o que otra persona la atendiera, prefer¨ª hacerlo yo", algo que reconoce la ley y por lo que ofrece un sueldo como cuidadores personales.

Durante los dos a?os y medio que lleva luchando, ?ngeles ha descubierto que el expediente de su madre estuvo meses congelado sin motivo y, pese a que el S¨ªndic de Greuges lo ha reconocido, no ha servido de nada. Como tampoco los mensajes contradictorios que, apunta, ha recibido de Bienestar Social sin que a¨²n haya llegado a cobrar por las ayudas que prest¨® a su madre. Fuentes de la consejer¨ªa apuntan que, pese a que no se puede hacer nada en este caso, ahora se han agilizado los tr¨¢mites y s¨®lo se tarda un mes en valorar a los dependientes.