Un gran cambio para lograr un gran triunfo
El Sevilla cobra ventaja ante el Getafe tras blindar Jiménez el centro del campo
El Sevilla sacó muy buena renta del primer envite ante el Getafe gracias a una controvertida decisión de su entrenador, Manolo Jiménez, que acabó marcando de forma definitiva un partido hasta entonces de claro color visitante. El técnico, a los 36 minutos, sacrificó a un delantero, Negredo, para dar entrada a un centrocampista, Romaric, entre los silbidos de su gente. Corrigió su erróneo planteamiento y acertó. Para eso está.
Cuando al director deportivo sevillista, Monchi, se le preguntaba por su predilección a la hora de escoger al Getafe o el Mallorca como rival en las semifinales de la Copa, la respuesta de uno de los forjadores de este gran Sevilla fue siempre la misma: "Quiero al Mallorca". Tocó el Getafe y con su presencia bajo la continua lluvia en el estadio Sánchez Pizjuán se cumplieron todos sus temores. Se encontró el Sevilla con un equipo dinámico, de excelente movilidad y toque, todo adobado con el descaro necesario para plantar cara a un grande en su propia casa.
SEVILLA 2 - GETAFE 0
Sevilla: Palop; Adriano, Stankevicius, Escudé, F. Navarro; Navas, Zokora, Renato, Perotti; Negredo (Romaric, m. 36; Duscher, m. 87) y L. Fabiano (Kanouté, m. 67). No utilizados: J. Varas; M. Valiente, Capel y J. Carlos.
Getafe: Ustari; Cortés, C. Díaz, Mario, Mané; Casquero, Boateng; P. León (P. Ríos, m. 85), Parejo (Albín, m. 72), Manu (Miku, m. 81); y Soldado. No utilizados: Codina; Torres, Rafa y Belenguer.
Goles: 1-0. M. 46. L. Fabiano. 2-0. M. 79. Mario, en propia puerta.
?rbitro: González Vázquez. Amonestó a Soldado, Zokora, Romaric, Adriano, Stankevicius y Duscher.
Unos 35.000 espectadores.
Fue decisiva la entrada de Romaric, medio, por Negredo, delantero
El motivo de la superioridad del Getafe fue evidente, tan clara como la que propició la victoria liguera de los madrile?os en diciembre. El Sevilla, un equipo que hace de la carrera en busca de la portería rival su mayor virtud, fue masacrado en el centro del campo por la superioridad de los hombres del Getafe. Era una zona en la que Zokora, en solitario, no podía contrarrestar las maniobras de Boateng, Parejo, Casquero y hasta Pedro León, con tendencia al centro y una soberbia actuación. No debió extra?ar, por lo tanto, que Palop, siempre Palop, salvara un gol cantado ante Manu del Moral y que luego Adriano enviara otro balón peligroso a saque de esquina. El ba?o del Getafe era evidente.
Lo que tampoco extra?ó es que Jiménez, con una decisión dura pero brillante, quitara del campo a Negredo a los 36 minutos para dar entrada a un centrocampista, Romaric, con la intención de detener la incuestionable superioridad del Getafe. El público pitó la decisión del entrenador, quien debió jugar desde el principio con un solo punta, como además le gusta. Lo cierto es que la hemorragia se detuvo, hasta el punto de que Luis Fabiano culminó con un prodigioso remate de cabeza una diablura entre Navas y Adriano en la banda derecha.
Los entrenadores están en el banquillo para tomar decisiones y la inclusión de un centrocampista más para dotar de equilibrio a su equipo debe ser aplaudida. El técnico mira siempre por el beneficio del grupo y no por el interés de un futbolista. Criticable en otras ocasiones por actuaciones impropias de un preparador de la élite, Jiménez estuvo ayer brillante a la hora de corregir su erróneo planteamiento, que propició la puesta en escena de un equipo vulnerable, tímido y sin mando.
Pocos peros se le podían poner al juego del Getafe, pero la pegada la ejerció el Sevilla. Tanto juego delicioso para nada. Bajo la incesante lluvia, el partido se equilibró, sin atisbo del poderío anterior del Getafe, que se fue diluyendo ante un Sevilla más sólido. Navas, tras internarse en el área, provocó el error de Mario y el segundo gol llegó para desesperación visitante.
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